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Teresa Arellano, la 'secre' que reñía a los directivos que usaban el ascensor de Rato
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DETENIDA POR COLABORAR EN CASOS DE CORRUPCIÓN

Teresa Arellano, la 'secre' que reñía a los directivos que usaban el ascensor de Rato

Teresa Arellano es mucho más que la secretaria de Rato. Ha sido su mano derecha durante más de 30 años y gozó de más poder que ningún directivo en Bankia, donde llegó a dircom en la sombra

Foto: Imagen de televisión de Teresa Arellano. (EFE)
Imagen de televisión de Teresa Arellano. (EFE)

"Menuda era Teresita. Se metía en todo y daba órdenes a todo el mundo. Si veía a un director general subir en el ascensor directo al garaje que usaban Rato y Norniella, menuda bronca le echaba porque era de uso exclusivo de ellos dos. Imagínate, una secretaria riñendo a la cúpula del banco", cuenta un exdirectivo de la entidad. Y es que Teresa Arellano, detenida el jueves por la Guardia Civil, era (y es) mucho más que la secretaria del exvicepresidente del Gobierno. Era su mano derecha en Bankia, y con esa prerrogativa hacía y deshacía en todas las áreas del banco.

"Hablar con Teresa era como hablar con el propio Rodrigo. La gente lo sabía y le tenía un temor reverencial. Y ella lo sabía y lo explotaba", añade otro exalto cargo de Bankia. Por eso, Arellano llegó a convertirse en un auténtico poder en la sombra en la entidad resultante de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas más pequeñas, un poder que hacía y deshacía a su antojo en todas las áreas del banco, sabedora de que, con el respaldo inquebrantable de Rato, nadie se atrevía a toserle.

De hecho, llegó a ser apoderada de Bankia y de su matriz, BFA, y directora en la sombra de comunicación, obra social y la fundación (en realidad, llevaba todas las áreas no bancarias, mientras que el negocio era responsabilidad de José Manuel Fernández Norniella). Y cuando se presentó al equipo de comunicación anterior, exhibió como su mayor mérito los años de servicio con Rato y exclamó, parafraseando a Belén Esteban, "yo por don Rodrigo, ma-to".

En agosto de 2011, Rato comunicó a Pilar Trucios, la profesional fichada para comunicación con cargo de directora general en enero de ese año, que pasaba a depender de Arellano, lo cual desembocó en su salida de la entidad. Asumió sus funciones su número dos, Miguel Robledo, pero siempre se mantuvo bajo la supervisión de la secretaria del jefe. Ahora bien, Arellano nunca llegó a ser nombrada oficialmente para ningún cargo, porque habría dado demasiado el cante y porque su perfil no era precisamente adecuado a esas tareas.

Testaferro en varias sociedades de Rato

Este poder omnímodo y la forma de ejercerlo no le granjearon muchos amigos en Bankia, donde no dejó precisamente un buen recuerdo. "Cuando la tomaba con alguien, le hacía la vida muy difícil. Y ese alguien sólo podía ir a quejarse a Rato si tenía acceso directo a él, cosa que muy poca gente tenía. Pero además, no servía de nada porque siempre la respaldaba", señala otra de las fuentes consultadas.

Por eso, a nadie ha extrañado que la secretaria esté implicada en los supuestos chanchullos de su jefe. Las fuentes citadas aseguran que jamás tuvieron conocimiento de posibles casos de corrupción por parte del entonces presidente de la entidad, pero afirman sin dudar que "si Rato estaba metido en algo sucio, seguro que Teresa también estaba implicada".Como informó El Confidencial en abril, Arellano está vinculada a siete sociedades del complejo entramado del exdirector gerente del FMI, entre ellas la instrumental Kradonara 2011 SL a través de la que supuestamente Rato cobraba comisiones por los contratos publicitarios de la entidad.

30 años de lealtad absoluta

Arellano es la secretaria personal de Rato desde hace más de 30 años. Empezó su carrera con él en el PP y le acompañó cuando fue nombrado Ministro de Economía en 1996, donde se granjeó la confianza absoluta del que pudo ser candidato a la Presidencia del Gobierno si Aznar no se hubiera decantado finalmente por Rajoy. Mientras Rato estuvo al frente del FMI en Washington, la dejó 'aparcada' con Juan José Güemes en la Comunidad de Madrid, y tras la espantada de 2007, recaló junto a él en el banco de inversión Lazard.

Finalmente, cuando Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón dejaron a un lado sus diferencias para nombrar a Rato presidente de Caja Madrid, Arellano también siguió a su mentor y alcanzó el mayor grado de poder, hasta que Bankia fue nacionalizada en mayo de 2012 y Rato sustituido por José Ignacio Goirigolzarri. Con todo, hay quien rompe una lanza por ella: "El único pecado de Teresa es idolatrar a Rato y hacer todo lo que él le mandaba".

"Menuda era Teresita. Se metía en todo y daba órdenes a todo el mundo. Si veía a un director general subir en el ascensor directo al garaje que usaban Rato y Norniella, menuda bronca le echaba porque era de uso exclusivo de ellos dos. Imagínate, una secretaria riñendo a la cúpula del banco", cuenta un exdirectivo de la entidad. Y es que Teresa Arellano, detenida el jueves por la Guardia Civil, era (y es) mucho más que la secretaria del exvicepresidente del Gobierno. Era su mano derecha en Bankia, y con esa prerrogativa hacía y deshacía en todas las áreas del banco.

Rodrigo Rato
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