La venta del Hotel Villa Magna, en el aire

En medio del calor estival, la operación hotelera más importante del momento se ha enfriado. En agosto se han tensado las negociaciones que el empresario colombiano Jaime Gilinski mantiene desde hace meses con los propietarios del Hotel Villa Magna, la familia portuguesa Queiroz Pereira, hasta el punto de que éstas penden de un hilo.

Como adelantó El Confidencial,el primer accionista del Banco Sabadell estaba en conversaciones exclusivas con la saga lusa para adquirir el establecimiento por un importe cercano a los 190 millones de euros. Sin embargo, en las últimas semanas, las negociaciones han encallado, entre otros motivos, por discrepancias en torno a la cifra definitiva de cierre.

La fuerte recuperación del turismo, la progresiva mejora de la economía española y el apetito de las grandes cadenas hoteleras de lujo por desembarcar en Madridhan cambiado las reglas de juego justo al final de la partida.

Este desencuentro deja en el aire también el desembarco de un gran operador internacional en el Villa Magna, ya que Gilinski ha negociado en paralelo al proceso de compra del establecimiento una alianza con algunas de las insignias hoteleras más importantes del mundo, con la elitista St.Regis como principal candidata a operar el hotel.

A pesar de las aguas turbulentas en las que navega actualmente la operación, que está siendo dirigida por JLL, el proceso de venta sigue abierto, según ha podido confirmar este medio con fuentes del mercado, ya que ninguna de las partes implicadas ha querido hacer comentarios.

¿Nuevos inversores?

Además de Gilinski, inversores árabes y estadounidenses han mostrado también interés por hacerse con el hotel, potenciales compradores que también irían de la mano de un gran operador internacional de lujo, según las mismas fuentes.

A la compra del 7,5% de Sabadell, Jaime Gilinski quiere sumar una cartera de inversiones inmobiliarias, estrategia en la que se enmarca esta operación

Con una fortuna estimada por Forbes en 3.000 millones de dólares, Jaime Gilinski ha puesto sus ojos en España decidido a realizar importantes operaciones. A la compra del 7,5% de Sabadell, el empresario quiere sumar una cartera de inversiones inmobiliarias, estrategia en la que se enmarca la operación del Villa Magna.

La familia Queiroz Pereira, por su parte, compró el hotel en 2001 a la japonesa Shirayama por unos 80 millones de euros. Seis años después, y tras ver cómo Hyatt abandonaba sus habitaciones, los lusos se embarcaron en una ambiciosa obra de remodelación del establecimiento que les ha permitido consolidarlo como uno de los mejores hoteles del país, además de un rentable negocio, capaz de llegar a arrojar beneficios en medio de la crisis económica.