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Repsol contrata a Goldman Sachs y a BBVA para vender activos por 1.000 millones
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para reducir su deuda y mejorar su solvencia

Repsol contrata a Goldman Sachs y a BBVA para vender activos por 1.000 millones

La compañía tratará de desprenderse de aquellos activos considerados no estratégicos que le permitan rebajar su pasivo y, en consecuencia, mantener su nivel de solvencia

Foto: Antonio Brufau, presidente de Repsol (dcha) junto al presidente ejecutivo, Josu Jon Imaz. (Reuters)
Antonio Brufau, presidente de Repsol (dcha) junto al presidente ejecutivo, Josu Jon Imaz. (Reuters)

Los ejecutivos de Repsol van a tener unas vacaciones discontinuas, con un ojo en la playa y otro en la videoconferencia. A la vista del desplome del precio del petróleo, la compañía se ha puesto manos a la obra para vender activos tan pronto como sea posible por 1.000 millones para abrillantar su balance, muy endeudado tras la adquisición de la canadiense Talisman Energy por 13.000 millones de dólares (10.400 millones de euros).

Según indican fuentes financieras, Repsol ha contratado los servicios de Goldman Sachs y de BBVA para desprenderse de aquellos activos considerados no estratégicos que le permitan rebajar su pasivo y, en consecuencia, mantener su nivel de solvencia. Fuentes oficiales del banco estadounidense, que es quien llevará la voz cantante de las operaciones, han declinado hacer ningún comentario sobre el mandato que le ha otorgado la petrolera española.

Repsol tiene actualmente un rating financiero que apenas está un escalón por encima de lo que se considera una empresa recomendable para invertir, según la escala de Standard & Poor's, y tan sólo dos, según los barómetros de Fitch y de Moody's. Esta última la tiene, encima, en perspectiva negativa. Las tres actualizarán sus informes sobre la solvencia de Repsol a la vuelta del verano, momento para el que la compañía ya quiere dar alguna señal de que su programa de desinversiones empieza a dar sus frutos.

De hecho, Miguel Martínez, director financiero de Repsol, señaló el pasado viernes, con motivo de la presentación de los resultados del primer semestre del año, que “las ventas ya están en marcha” y que previsiblemente alguna se concretará incluso antes de que en noviembre el grupo haga público su nuevo plan estratégico. Martínez aseguró no tener ninguna preocupación por las valoraciones de las agencias de rating, ya que la compañía siempre ha adoptado con firmeza las medidas necesarias para no caer en lo que se conoce como bono basura.

Así lo hizo Repsol cuando, tras sufrir la confiscación de Vaca Muerta en Argentina y recibir la amenaza de Standard & Poor's, Moody's y Fitch, se desprendió de su negocio de gas licuado (LGN) por más de 6.600 millones. Para la petrolera dirigida por Josu Jon Imaz es vital mantener un buen rating, ya que constantemente tiene que recurrir a emisiones de bonos para financiarse. A mejor calificación, menos precio tiene que pagar cuando coloca papel de renta fija. A peor solvencia, más caro le sale vender bonos a los inversores, lo que repercute inmediatamente en sus resultados.

El tesoro de Gas Natural

Fuentes del mercado aseguran que Repsol venderá activos que no estén vinculados directamente con el precio del crudo, que se paga a tan sólo 52,6 dólares por barril, tras derrumbarse un 50% en los últimos doce meses. En el sector se baraja que la española podría tratar de vender negocios en Venezuela, Golfo de México, Alaska y Bolivia, donde sus exploraciones han tenido varios éxitos sonados y alguna que otra decepción.

Lo que sí parece claro es que Repsol no va a vender de momento su participación del 30% en Gas Natural, el gran tesoro de la petrolera que más de una vez ha tenido en la mesa para sopesar una desinversión parcial. Así al menos lo aseguró Miguel Martínez, quien señaló al respecto que la idea es mantener su paquete –valorado en 5.900 millones– en la multinacional con sede en Barcelona.

En un principio, Repsol se ha dado un plazo de doce meses para quitarse grasa de encima por 1.000 millones de euros. Pero la petrolera tratará de ejecutar este plan lo más rápido posible porque todavía tiene que emitir cerca de 3.000 millones en bonos híbridos para financiar la adquisición de Talisman, que le permitirá al grupo casi duplicar su producción de crudo hasta los 700.000 barriles por día.

Los ejecutivos de Repsol van a tener unas vacaciones discontinuas, con un ojo en la playa y otro en la videoconferencia. A la vista del desplome del precio del petróleo, la compañía se ha puesto manos a la obra para vender activos tan pronto como sea posible por 1.000 millones para abrillantar su balance, muy endeudado tras la adquisición de la canadiense Talisman Energy por 13.000 millones de dólares (10.400 millones de euros).

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