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El nuevo plan B de Andorra: ofrecer a franceses la compra del 'banco bueno' de BPA
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lucha para evitar la liquidación

El nuevo plan B de Andorra: ofrecer a franceses la compra del 'banco bueno' de BPA

Las autoridades del país están buscando por todos los medios evitar la liquidación de la entidad y están manteniendo contacto con entidades galas para que adquieran el futuro banco bueno

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Está en juego la estabilidad del Principado. La debacle de Banca Privada de Andorra (BPA) va más allá de la caída de uno de los cuatro grandes bancos que tiene este pequeño Estado:pone en jaque a todo el sistema financiero del pirenaico enclave y, con él, a su principal sostén económico. Conscientes de ello, las autoridades andorranas han analizado todo tipo de fórmulas para encontrar una solución a la entidad todavía propiedad de la familia Cierco y evitar que sea liquidada.

Tras ver cómo su principal opción, que otro banco andorrano, solo o en compañía, absorbiera BPA, ha sido rechazada por todo el sistema del país, las autoridades andorranas han puesto en marcha un plan B dirigido a conseguir un comprador para el futuro 'banco bueno' de la intervenida entidad.

Aunque, en apariencia, el Principado está dispuesto a abrir las ofertas a todos los interesados, con españoles y franceses como principales candidatos, fuentes conocedoras confirman que los mejor posicionados son los galos, ya que tienen una oportunidad de oro para recuperar influencia en Andorra, donde nuestro país hace tiempo que ganó la partida, a pesar del teórico reparto de poder que existe con la bicefalia de los copríncipes.

Los jefes de Estado del Principado, según establece su Constitución, son el obispo de la Seo de Urgel y el presidente de Francia, sistema cuyos orígenes se remontan al siglo XI y a las dispuestas entre los distintos señoríos. Mil años después, el bando español ha ganado la batalla de facto, lo que hace que Andorra sea más dependiente de nuestro país de lo que le gustaría, y la debacle de BPA puede ser una oportunidad de volver a equilibrar la balanza.

Tras cambiar su normativa para poder dividir la entidad en un banco bueno y otro malo, las autoridades andorranas han recibido ya muestras de interés de varias entidades francesas ante el eventual proceso de venta de la parte sana, según confirman fuentes conocedoras.

En los primeros contactos mantenidos, Andorra trata de hacer valer el discurso de que es una oportunidad para Francia de recuperar peso en el Principado

No obstante, se trata de contactos todavía preliminares, ya que todavía se está analizando cómo será el nuevo BPA, su valoración, y si será viable sin su filial española. El tiempo apremia y, para acelerar, casi un centenar de profesionales de PWC están empotrados en las oficinas del banco analizando, una por una, todas las cuentas de la entidad, un trabajo que supondrá un desembolso cercano a los siete millones de euros.

Una legión para destripar las cuentas

La laboriosidad de un trabajo de este tipo, y el interés por acelerar el proceso, ha llevado al Instituto Nacional de Finanzas (INAF) a tomar una inédita decisión: llamar a capítulo a 600 clientes de BPA para que aclaren tanto el origen de sus fondos como la licitud de la operativa financiera de los mismos, un requerimiento que, además, exige su presencia en persona en las oficinas centrales del banco.

Cualquier posible venta de la parte sana, prácticamente la última alternativa que le queda a BPA para escapar de la liquidación, exige ofrecer a los potenciales compradores máximas garantías, sobre todocuando estos se enfrentan a hacerse con unbanco cuya marca ya no sólo no vale nada, sino que es un lastre. También está por ver cómo evoluciona el concurso de su filial española, Banco Madrid, valorada inicialmente en 300 millones de euros.

Todo elloamenaza con dejar a la matriz reducida a poco más de un cascarón vacío y manchado en lo más profundo de su reputación, y juega en contra de una posible venta. Pero el planteamiento de las autoridades andorranas consiste en defender que, aunque más pequeño, es una puerta de entrada al sistema financiero del país y una vía para que los franceses recuperen parte de su perdida influencia. Y en esa línea se está tratando avanzar.

Está en juego la estabilidad del Principado. La debacle de Banca Privada de Andorra (BPA) va más allá de la caída de uno de los cuatro grandes bancos que tiene este pequeño Estado:pone en jaque a todo el sistema financiero del pirenaico enclave y, con él, a su principal sostén económico. Conscientes de ello, las autoridades andorranas han analizado todo tipo de fórmulas para encontrar una solución a la entidad todavía propiedad de la familia Cierco y evitar que sea liquidada.

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