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BBVA y Santander emitirán 30.000 millones para cumplir los requisitos de capital
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LA SOLVENCIA TENDRÁ QUE LLEGAR AL 19,5%

BBVA y Santander emitirán 30.000 millones para cumplir los requisitos de capital

Los grandes bancos no han terminado el calvario del reforzamiento de su capital. Los nuevos requisitos internacionales (TLAC) obligarán a Santander y BBVA a emitir 30.000 millones en mercado

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (Reuters)
La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín. (Reuters)

Desde el derrumbe de la banca mundial en 2008-2009, la obsesión de los reguladores internacionales ha sido elevar la solvencia de las entidades, medida como nivel de capital, para evitar una repetición del desastre. Eso ha llevado a nuevas definiciones de capital más exigentes y a ratios más elevados, plasmados en las conocidas normas de Basilea III. Estoexplica la macroampliación de 7.500 millonesacometida este año por el Santander.Ese parecía el final del camino, pero ahora han aparecido unos nuevos requisitos conocidos como TLAC (capacidad total de absorción de pérdidas, en inglés) que exigen un nuevo colchón de capital a los bancos considerados sistémicos a nivel global.

Todavía no está claro cuáles serán esos colchones porque se están debatiendo en el FSB (Consejo de Estabilidad Financiera), pero las entidades ya están haciendo sus cálculos de cuánto dinero tendrán que captar para cumplir con ellos en un escenario prudente. BBVA aseguró el martes en Londres que a él le tocará apelar al mercado por unos 10.000 millones y que el resto de sus pares, incluyendo el Santander, estará en torno a 20.000. De hecho, una presentación remitidaa la CNMV hace un mes cifraba esas necesidades en 19.000 millones aproximadamente.

Hay que precisar que estas emisiones no tienen por qué ser ampliaciones de capital tradicionales, es decir, acciones puras y duras. Los instrumentos incluidos en el TLAC son más amplios y comprendenlos famosos CoCos (bonos convertibles contingentes, que se convierten en acciones cuando el capital baja de un determinado nivel), instrumentos parecidos a la subordinada o incluso deuda senior, que también tendrá que asumir pérdidas a partir de ahora en caso de insolvencia de una entidad.

Además, los 30 bancos internacionales considerados sistémicos tendrán tiempo de sobra para emitir estos títulos, ya que estos requisitos entrarán en vigor el 1 de enero de 2019. Eso implica que BBVA podrá ir emitiendo a un ritmo de entre 3.000 y 4.000 millones al año y Santander, aproximadamente el doble. Claro que lo mismo se decía del período transitorio para cumplir las normas de Basilea III, y el mercado ha exigido desde el primer minuto que los bancos cumplan los requisitos establecidos para el final del período, el llamado ratio de capitalfully loaded.

El mercado puede exigir emisiones más rápidas

Ahora es posible que ocurra lo mismo y que los bancos se vean obligados a acelerar el calendario de emisiones en los próximos años, algo que no supondría ningún problema en un momento de mercado tan dulce como el actual, gracias a las compras de deuda por parte del BCE, pero que puede complicarse si asistimos a una nueva crisis provocada por cualquier acontecimiento negativo (una resolución drástica del problema de Grecia, una subida de tipos demasiado abrupta en EEUU...). Por tanto, igual que las entidades ya están anunciando sus necesidades para transmitir a los inversores el mensaje de que son manejables, pueden comenzar a realizarlas en breve para aprovechar la bonanza actual.

El capital en un banco sirve para asumir pérdidas inesperadas que se producen por un deterioro muy fuerte de los activos que tiene en balance; por ejemplo, las hipotecas subprime en los bancos norteamericanos o el crédito promotor en los españoles. La crisis actual ha puesto de manifiesto que los niveles de capital anteriores eran claramente insuficientes para hacer frente a un deterioro sistémico, ya que la banca es uno de los sectores con menos capital en relación a su balance, es decir, de los más apalancados. De ahí que se haya exigido reforzar el capital y también que se haya extendido la absorción de pérdidas a otros instrumentos como la deuda senior o los depósitos (por encima de la garantía de los 100.000 euros) en próximas crisis.

Aún no está definido cómo se va a calcular este colchón ni qué porcentaje va a suponer de los activos. BBVA basa sus cálculos en que los nuevos requisitos se fundamentarán en el tamaño del banco (sus activos ponderados por riesgo –APR–, con menos peso para los más seguros como la deuda pública) y no en el apalancamiento total (los activos totales sin asignarles una ponderación en función del riesgo). Asimismo, estima que el requisito de capital total del TLAC se situará en el 19,5% de los APR.

Desde el derrumbe de la banca mundial en 2008-2009, la obsesión de los reguladores internacionales ha sido elevar la solvencia de las entidades, medida como nivel de capital, para evitar una repetición del desastre. Eso ha llevado a nuevas definiciones de capital más exigentes y a ratios más elevados, plasmados en las conocidas normas de Basilea III. Estoexplica la macroampliación de 7.500 millonesacometida este año por el Santander.Ese parecía el final del camino, pero ahora han aparecido unos nuevos requisitos conocidos como TLAC (capacidad total de absorción de pérdidas, en inglés) que exigen un nuevo colchón de capital a los bancos considerados sistémicos a nivel global.

Ampliación de capital Ana Patricia Botín Francisco González
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