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Blesa duplicó los blindajes de los directivos de Caja Madrid para subir su indemnización
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permitió PAGOS DE HASTA 6 MILLONES

Blesa duplicó los blindajes de los directivos de Caja Madrid para subir su indemnización

El desmadre de las retribuciones de Caja Madrid en la época de Miguel Blesa llegó a las indemnizaciones. En plena burbuja, subió los blindajes de uno a dos años

Foto: El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa (Reuters)
El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa (Reuters)

El desmadre de las retribuciones de la cúpula de Caja Madrid en la época de Miguel Blesa llegó también a las indemnizaciones. En plena cúspide de la burbuja, el entonces presidente de la caja decidió subir el blindaje de los directivos de uno a dos años, con lo que duplicó las indemnizaciones que cobraron posteriormente cuando abandonaron la entidad, en la mayoría de los casos coincidiendo con la llegada de Rodrigo Rato. Esto permitió a algunos directivos llevarse espectaculares compensaciones de más de 6 millones (Matías Amat) o casi 5 (Enrique de la Torre).

La reciente denuncia del FROB ante la Fiscalía recoge que en 2008 Blesa subió un 26% la retribución de la alta dirección de la caja utilizando un subterfugio: había dos miembros menos del comité de dirección (Carlos Vela y Carlos Martínez), con lo que el dinero se repartía entre menos directivos y cada uno 'tocaba' a más. Pero el consejo sólo era informado de la remuneración global, no individual, con lo que no detectó la maniobra. Sin embargo, no fue la única jugada del compañero de oposiciones de Aznar. También decidió duplicar el blindaje en caso de destitución de los componentes del comité: hasta entonces era de un año de salario y pasó a ser de dos, según fuentes de la dirección de la entidad en aquel momento.

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Pero, además, esos dos años de compensación se calculaban sobre una base (el salario anual) que había sido inflada artificialmente, según la citada denuncia del fondo de rescate, propietario del 100% de BFA (matriz de la actual Bankia). Aparte de esa subida estratosférica e irregular de 2008, se incluye una retribución variable cobrada sin que se justificara el cumplimiento de ningún objetivo entre 2008 y 2010. El resultado de todas estas maniobras fue que la cúpula recibió pagos irregulares por la extinción del contrato –que incluyen indemnizaciones, bonus o pactos de no concurrencia– por 9,1 millones cuando fue destituida entre 2009 y 2010, según las estimaciones del FROB.

Esta decisión de duplicar los blindajes implica que, quien ganara 1 millón al año, era indemnizado con 2 millones cuando abandonara Caja Madrid. Ese fue exactamente el caso de Ricardo Morado, director de organización y sistemas de la caja (y brevemente director general), que recibía una remuneración anual en torno al millón y se llevó una indemnización por despido en 2010 de 1,96 millones, con lo que se llevó a casa ese año en total 3,02 millones. Además de esta retribución 'oficial', Morado –que mantiene su puesto de director de riesgo tecnológico en el Santander– fue el segundo directivo que más dinero se gastó con su tarjeta black, 448.300 euros (la mayoría de ese dinero mediante retiradas de efectivo, para no dejar rastro de sus gastos).

De la Torre, "el más listo de la panda"

Más escandalosos son otros dos casos. El primero es el de Enrique de la Torre, secretario del consejo, quien se llevó una indemnización de 4,65 millones al abandonar Caja Madrid en 2009, que no sólo duplicaba, sino que cuadruplicaba su sueldo anual, en torno al millón en los dos ejercicios anteriores. Esto fue posible porque De la Torre –"el más listo de la panda", según las fuentes consultadas– se apuntó a un 'incentivo por jubilación' que puso en marcha el propio Blesa; Rato lo anuló ante el escándalo que se montó (el propio Blesa tenía derecho a ese incentivo, que no estaba ligado a ningún objetivo), pero demasiado tarde, puesto que este directivo ya había cobrado esa indemnización, que junto al salario que se llevó por los meses que trabajó ese año elevaron su retribución total a 5,23 millones en 2009.

Sin embargo, la palma se la lleva Matías Amat, que cobró una indemnización de 6,16 millones al abandonar Bankia en 2011. En este caso lo consiguió al acogerse a las grandes ventajas ofrecidas en el ERE que puso en marcha Rato con motivo de la integración de las siete cajas que dio lugar a Bankia. El sueldo de Amat, entre fijo y variable, alcanzaba los 2,5 millones anuales. Este personaje, una de las manos derechas de Blesa que siguió en la entidad con Rato –la otra era Ildefonso Sánchez Barcoj–, fue director financiero y de participadas en Caja Madrid, cargo que mantuvo en Bankia antes de ser nombrado director general en junio de 2011. En septiembre de ese año optó por la jubilación anticipada en el citado ERE. Amat disfrutó también de 431.000 euros con su tarjeta black, sobre todo en ropa y viajes.

Blesa, sólo 2,7 millones

Por el contrario, Blesa sólo se llevó una indemnización equivalente aproximadamente a un año de su salario cuando fue relevado por Rato al frente de Caja Madrid a principios de 2010. El expresidente cobraba en torno a 3 millones anuales tras el 'subidón' de 2008, pero el pago por extinción de su contrato sólo ascendió a 2,7 millones. Habría sido más, pero la anulación del incentivo por jubilación por parte de Rato le dejó sin percibir ese complemento junto a otros directivos (en total, el plan ascendía a 25 millones). El único que lo percibió fue Enrique de la Torre. En todo caso, sumando la indemnización al salario, ese año Blesa se llevó a casa 3,56 millones.

Todas estas irregularidades cometidas con las retribuciones en las épocas de Blesa y Rato, así como la probable devolución de los 3.000 millones captados en la salida a bolsa de Bankia por el falseamiento de las cuentas –según denuncian los peritos del Banco de España y el propio Luis de Guindos–, han puesto en cuarentena la recuperación del bonus para la plantilla después de tres años de suspensión del mismo, como adelantó El Confidencial.

El desmadre de las retribuciones de la cúpula de Caja Madrid en la época de Miguel Blesa llegó también a las indemnizaciones. En plena cúspide de la burbuja, el entonces presidente de la caja decidió subir el blindaje de los directivos de uno a dos años, con lo que duplicó las indemnizaciones que cobraron posteriormente cuando abandonaron la entidad, en la mayoría de los casos coincidiendo con la llegada de Rodrigo Rato. Esto permitió a algunos directivos llevarse espectaculares compensaciones de más de 6 millones (Matías Amat) o casi 5 (Enrique de la Torre).

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