Montoro 'amenaza' a Pastor con quitarle 5.000 millones por la quiebra de las radiales

El Gobierno se enfrenta antes de finalizar el año a una de las patatas calientes más indigestas de la legislatura: la potencial quiebra de las autopistas de peaje que están ya en avanzado concurso de acreedores. La situación es tan límite que Cristóbal Montoro ha advertido a Ana Pastor que, en caso de que el Estado tenga que hacerse cargo de los 5.000 millones de deuda, le quitará esta cantidad de los presupuestos de 2015.

Las diferencias surgieron hace un mes cuando desde el Ministerio de Fomento se acusó al de Hacienda, también mediante una misiva, de no poner todo de su parte para resolver el entuerto de las carreteras de pago que están al borde la disolución. Se refería a la negativa de Montoro a hacerse cargo de la parte de la deuda que está en manos de la banca extranjera y que asciende a cerca de 1.300 millones de euros.

La respuesta de Hacienda, con copia a la Abogacía del Estado, para dar formalidad al asunto, fue taxativa: si Fomento no encuentra una solución y se activa la Responsabilidad Patrimonial de la Administración (RPA), el coste para el Estado se detraerá de la inversión prevista en infraestructuras para 2015.

El Gobierno ha destinado 17.496 millones a Grupo Fomento para el próximo curso, con el fin de construir nuevas carreteras, trazar más líneas de ferrocarril de alta velocidad y mejorar las instalaciones en puertos y aeropuertos. Por lo tanto, de cumplirse la advertencia de Hacienda, Pastor perdería cerca de un 28,5% de su presupuesto, un castigo extraordinario en un año electoral en el que las autoridades suelen acelerar las obras para ganarse el voto de los ciudadanos.

El apercibimiento de Montoro preocupa mucho a las constructoras y a las cementeras españolas, las cuales ya habían contabilizado en sus carteras de obras para 2015 el que en teoría va a ser el primer incremento de la inversión pública desde el estallido de la crisis. Un periodo que ha provocado, por ejemplo, un hundimiento del consumo de cemento hasta niveles no vistos en sesenta años.

Tanto en Fomento como en Hacienda se sigue confiando en una solución negociada con la banca, pero lo cierto es que las conversaciones se han alargado más de un año sin que hasta el momento se haya encontrado un punto de encuentro. Al contrario, pese a la buena disposición de las entidades españolas, las posturas siguen distantes mientras los procesos concursales se acercan a las fechas límite.

Otros rifirrafes

No es la primera vez que Fomento y Hacienda tienen un rifirrafe por escrito, lo que demuestra las tensiones que hay entre los responsables de las dos carteras. El pasado 13 de julio, Montoro envió otra misiva a Pastor en la que le informaba que estaba poniendo en riesgo la solvencia del Estado por gastar dinero en “obras políticas” que no estaban contempladas en los presupuestos generales. Como ha ocurrido recientemente, Marta Fernández Curras, secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, advirtió de que está comprometiendo inversiones que no estaban incluidas en las cuentas que el Gobierno había presentado a la Comisión Europea para mantener a raya los niveles de déficit.

Unas diferencias de criterio que también se han puesto de manifiesto a la hora de aprobar la privatización de Aena. Mientras Pastor ha empujado la enajenación de hasta el 49% de la sociedad que gestiona los aeropuertos de España, Montoro nunca ha visto con buenos ojos la venta parcial del holding presidido por José Manuel Vargas. La tensión sigue en todo lo alto porque mientras desde Fomento se sigue insistiendo para que la Oferta Pública de venta (OPV) se haga antes del 12 de febrero, en Hacienda no consideran oportuno hacer una transacción de este tipo en pleno año electoral.