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La exjefa de Sanciones de CNMV se pasa a la causa de Jaime Botín contra el regulador
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CRISTINA VIDAL, a punto de entrar en RAMÓN Y CAJAL

La exjefa de Sanciones de CNMV se pasa a la causa de Jaime Botín contra el regulador

El bufete Ramón y Cajal, que defiende a Jaime Botín en su querella contra la CNMV, acaba de fichar a Cristina Vidal, ex jefa de Sanciones del regulador.

Foto: El financiero Jaime Botín (izq) a su llegada al funeral de Isidoro Álvarez el pasado verano en Madrid (E.Villarino)
El financiero Jaime Botín (izq) a su llegada al funeral de Isidoro Álvarez el pasado verano en Madrid (E.Villarino)

Las puertas giratorias siguen dando vueltas sin parar y a veces amenazan con provocar mareos en algunos departamentos de la Administración del Estado. Esta vez parece que le ha llegadoel turno a la CNMV, cuya misión fiscalizadora en los mercados de valores quizá debiera exigir un mayor culto por las apariencias a los directivos que han pasado por sus dependencias. De ahí la sorpresa que ha causado en algunos despachos de abogados familiarizados con la Comisión de Valores el fichaje en ciernes de Cristina Vidal, antigua directora jurídica del organismo regulador, por el bufete Ramón y Cajal.

La contratación no tendría nada de particular si no fuera porque la mencionada firma profesional actúa desde hace casi un año como representación legal del financiero Jaime Botín en su querella criminal contra la propia CNMV. El expresidente y actual máximo accionista de Bankinter acusa a la institución presidida por Elvira Rodríguez de haber revelado información reservada cuando se difundió a finales de 2013 la multa de 700.000 euros derivada de una infracción muy grave impuesta al propio Jaime Botín por ocultar la verdadera posición accionarial que ostentaba en su entidad financiera.

El contraataque en vía penal de Jaime Botín apunta directamente al secretario del consejo de la Comisión de Valores, Fabio Pascua, quien ya ha tenido que acudir a presentar declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid. Fabio Pascua es uno de los pocos altos directivos designados a instancias de Elvira Rodríguez y se da la curiosa circunstancia de que el puesto que ahora ocupa y por el que tiene que penar con la querella era pretendido por la plana mayor de la asesoría jurídica de la CNMV, incluyendo, sobre todo y principalmente, a Cristina Vidal.

La Secretaría del consejo y consiguiente Dirección General de Asesoría Jurídica estaba vacante tras la marcha al FROB de Alfonso Cárcamo en septiembre de 2012. La presidenta de la CNMV prefirió incorporar a un colaborador de su neta confianzapara el cargo, provocando la natural decepción de otros directivos que venían propicio el momento de su promoción dentro de la entidad. Fabio Pascua entró en la Comisión de Valores en enero de 2013 convirtiéndose precisamente en jefe directo de Cristina Vidal, quien siguió desempeñando su labor como directora del Servicio de lo Contencioso y Régimen Sancionador hasta su dimisión en septiembre de dicho año.

La mejor defensa es un buen contraataque

En el ejercicio de estas funciones directivas, Cristina Vidal tuvo en sus manos la responsabilidad directa del expediente sancionador contra Jaime Botín, que fue incoado a mediados de 2010 cuando la Audiencia Nacional comenzó a investigar los presuntos delitos fiscales de toda la saga de financieros encabezada por Emilio Botín. Cristina Vidal dejó la CNMV pocos días antes de que el consejo de administración del organismo regulador resolviera el largo sumario de más de tres años con una conclusión demoledora para el antiguo presidente de Bankinter, por lo que se ha considerado una infracción continuada y muy grave contra la que ni siquiera cabe eximente de prescripción.

Bajo estas circunstancias, la defensa de Jaime Botín, dirigida por Francisco Palá, socio del bufete Ramón y Cajal, se quedó sin argumentos de peso para recurrir la resolución de la CNMV. Más bien al contrario, la reacción del financiero ha consistido en pasar al ataque con la presentación de la mencionada querella basada en los eventuales daños que puedan derivarse de los detalles con que varios medios de comunicación dieron cuenta de aspectos reservados del expediente disciplinario. El delito de revelación de secretos es difícil de demostrar, pero la imputación de Fabio Pascua no deja de ser un engorro jurídico que ha producido el natural desasosiego dentro de la CNMV y del Ministerio de Economía.

El fichaje estelar de Cristina Vidal por el bufete encargado de dirigir la causa de Jaime Botín contra el secretario de la Comisión de Valores puede interpretarse en el mejor de los casos como una ‘ironía del destino’ ante la falta de una regulación más estricta en materia de incompatibilidades. Fuentes autorizadas del despacho jurídico reconocieron ayer la negociación con Cristina Vidal, aunque precisaron que su contratación laboral todavía no está cerrada.Nada hace presuponer que el bufete de Ramón y Cajal necesite la colaboración de la antigua jefa de Sanciones de la CNMV para apoyar la representación legal de Jaime Botín, pero una vez más lo que está en juego es el viejo principio de la mujer delCésar, cuya mera invocaciónes el indicio que siempre arroja las mayores sombras de duda.

Las puertas giratorias siguen dando vueltas sin parar y a veces amenazan con provocar mareos en algunos departamentos de la Administración del Estado. Esta vez parece que le ha llegadoel turno a la CNMV, cuya misión fiscalizadora en los mercados de valores quizá debiera exigir un mayor culto por las apariencias a los directivos que han pasado por sus dependencias. De ahí la sorpresa que ha causado en algunos despachos de abogados familiarizados con la Comisión de Valores el fichaje en ciernes de Cristina Vidal, antigua directora jurídica del organismo regulador, por el bufete Ramón y Cajal.

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