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Sherpa eleva a más de 30 millones el plan de rescate necesario para salvar a Amper
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Negocia en exclusiva la compra

Sherpa eleva a más de 30 millones el plan de rescate necesario para salvar a Amper

El fondo, que tiene un derecho preferente para comprar Amper, es la última bala que le queda en la recamara a la compañía para evitar irse a concurso de acreedores

Foto: Sede de Amper
Sede de Amper

A la tercera debe ir la vencida. Es el espíritu que impera en torno a todos los actores que rodean a Amper, compañía que antes de terminar el año necesita imperiosamente que salga adelante el tercer plan de salvamento que tiene sobre la mesa el grupo en apenas un año y que, prácticamente, es la última bala que le queda en la recámara para evitar irse a concurso y seguir alimentando la lista de empresas cotizadas que dejan atrapados a sus inversores.

La realidad es que Amper carece de gasolina y necesita imperiosamente una inyección de capital. Con una caja endémica y una prórroga bancaria que termina el próximo 30 de noviembre, el grupo de tecnología se juega su futuro con el fondo Sherpa Capital, que tiene este mes para realizar en exclusiva el proceso de auditoría interna (due dilligence) previo a cualquier potencial plan de salvamento de la empresa.

A la espera de conocer las entrañas del grupo de tecnología, el fondo capitaneado por Eduardo Navarro está dispuesto a poner sobre la mesa un rescate de más de 30 millones de euros, frente a los 20 millones en que se cifró inicialmente o los 15 en que se calculó la entrada de Slon Capital la pasada primavera, ya que, además de la primera inyección que se realice vía ampliación de capital, posteriormente se deberá hacer frente a una emisión de deuda convertible.

En su favor, Sherpa cuenta con la disposición a alcanzar un acuerdo de la banca acreedora, a quien Amper adeuda cerca de 120 millones de euros, y de Cisco, el otro gran acreedor de Amper con unos 30 millones de euros, que desean evitar por todos los medios que se repita la historia vivida con Enrique Bañuelos y Slon Capital. En su contra, el nuevo comprador tiene el factor de desconocer qué puede encontrarse en el proceso de due dilligence, una auditoría que se promete intensa a tenor de los convulsos dos últimos años de Amper.

Fue en mayo de 2012 cuando el fundador de Astroc entró en la compañía con unas promesas de desembolsos que nunca cumplieron el calendario previsto, mientras la sociedad se hundía en unos crecientes números rojos. Después de un año de búsqueda de inversores, en abril de este año, Amper anunció un acuerdo con Slon capital, que iba acompañado de la salida de Bañuelos.

En este cambio de accionista tomó un papel protagonista el propio presidente del grupo, Jaime Espinosa de los Monteros, que adquirió la participación de Bañuelos para posteriormente vendérsela a Slon, bajo una serie de condicionantes que saltaron por los aires con la espantada del fondo el pasado julio.

La oferta de Sherpa parte con la ventaja de que sigue el esquema ya planteado por Slon Capital, es decir, una ampliación de capital y una posterior conversión de deuda convertible, lo que allana el terreno frente a la CNMV –Comisión Nacional del Mercado de Valores–, que ya había dado el visto bueno a este planteamiento. Además, en los últimos meses, Amper ha dado importantes pasos, como la venta del 51% de su filial de Defensa a Thales, o el acuerdo de desistimiento por ambas partes del largo proceso judicial que los enfrentaba con Cable Andino.

Más complejo será superar el escollo de Cisco, compañía que ya en el primer semestre de este año dejó de proveer equipos en Latinoamérica como medida de presión, y terminar de rematar los flecos con la banca, que son quienes tienen la última palabra en este proceso. HSBC, BBVA, Bankia y Santander son las entidades que han liderado todo el proceso y que han tutelado al resto de los 22 bancos acreedores. Además, sobre la mesa sigue estando el interrogante de qué puede encontrarse Sherpa en el proceso de due dilligence que le lleve a retirarse también, como hizo Slon.

Todas estas entidades dieron el visto bueno al plan de Slon Captial, que ahora está dispuesto a heredar Sherpa, consistente en una operación acordeón, mediante la dilución del nominal de la acción de un euro a cinco céntimos, y una posterior ampliación de capital por 20 millones. Tras ella, la banca se quedará con un 35% mediante la conversión de 90 millones de euros de deuda en acciones, mientras que el peso de Sherpa Capital, si la operación termina llegando a buen puerto, rondará el 30%, tras hacerse con el 20% que tenía Bañuelos y que actualmente controla Espinosa de los Monteros.

Los títulos de Amper cotizan en torno a 0,6 euros, tras dejarse un 45% en el año, frente a los 0,39 euros en que valoraron inicialmente el presidente de Amper y Bañuelos el acuerdo de compra entre ambos.

A la tercera debe ir la vencida. Es el espíritu que impera en torno a todos los actores que rodean a Amper, compañía que antes de terminar el año necesita imperiosamente que salga adelante el tercer plan de salvamento que tiene sobre la mesa el grupo en apenas un año y que, prácticamente, es la última bala que le queda en la recámara para evitar irse a concurso y seguir alimentando la lista de empresas cotizadas que dejan atrapados a sus inversores.

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