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Abortada la OPV de Aena: ni Guindos ni Montoro querían, y Catalá se puso de perfil
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ANA PASTOR SE QUEDÓ SIN APOYOS ANTE RAJOY

Abortada la OPV de Aena: ni Guindos ni Montoro querían, y Catalá se puso de perfil

La OPV de Aena fue abortada ayer cuando estaba a punto de despegar en bolsa. Guindos, Montoro y Nadal hicieron causa común contra Ana Pastor

Foto: El ministro de Economía, Luis de Guindos (i), y el de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)
El ministro de Economía, Luis de Guindos (i), y el de Hacienda, Cristóbal Montoro. (EFE)

Toda la noche nadando y en la ‘madrugá’ se ahogó. O lo que es igual, entre todos la mataron y ella sola se murió. La oferta pública de venta (OPV) de Aena aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 13 de junio fue abortada ayer por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos cuando la compañía emisora estaba ya situada en la pista de despegue. De momento, la versión oficial habla de un ‘aplazamiento por un defecto formal’, pero lo más lógico es que el operador aeroportuario termine ‘estrellándose’ en su afán por salir a bolsa.

Las causas que han motivado la decisión del Ejecutivo sólo se pueden entender si recordamos la carrera de obstáculos que tuvo que superar la ministra de Fomento, Ana Pastor, para obtener la autorización inicial a la privatización de Aena hace cuatro meses. En aquel momento la responsable política de la compañía que gestiona los aeropuertos tuvo que ejercitar su más acreditada capacidad de influencia ante Mariano Rajoy para vencer la resistencia del grupo opositor que encabezaba el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Por una vez, y sin que sirviera de precedente, el guardián de la caja pública estaba arropado en su empeño de paralizar la venta de Aena por el ministro de Economía, Luis de Guindos. El zar económico de la Moncloa, Álvaro Nadal, también se mostraba reticente a respaldar una operación con serias connotaciones políticas, en tanto que el ministro de Industria, José Manuel Soria, prefirió dar un paso lateral apelando a la necesidad de asegurar el control estatal de la compañía por su incidencia en el desarrollo turístico del país.

Sólo la intervención directa del presidente del Gobierno permitió desbloquear el proyecto con la restricción en todo caso de una venta parcial y limitada al 49% de las acciones. La privatización se quedaba a medio camino, pero la ministra de Fomento entendió que lo mejor era enemigo de lo bueno y el equipo gestor de la compañía, encabezado por José Manuel Vargas, se puso manos a la obra para poner en valor los esfuerzos de dos intensos años de trabajo.

La metamorfosis de Aena

Aena ha experimentado en este periodo una transformación radical que ha permitido duplicar con creces el ebitda hasta casi los 1.800 millones de euros y reducir la deuda en más de 2.000 millones hasta un total de 11.000 millones al cierre del pasado ejercicio. Con estos parámetros, la compañía que controla la red de los 47 aeropuertos del Estado ha conseguido cerrar un núcleo estable de potenciales socios privados que han llegado a valorar Aena en 8.000 millones de euros. Dicho importe es el que sirvió de referencia al Grupo March en su propuesta de compra del 8% del capital. Ferrovial y el hedge fund The Children Investment (TCI) formularon también ofertas por encima de los 7.000 millones de euros.

Los observadores más suspicaces consideran que la “operación está ahora en el alero” y que la privatización será imposible de materializar hasta que pasen las elecciones autonómicas y locales, que se celebrarán el próximo 24 de mayo. Los aeropuertos constituyen una reivindicación esencial en el ideario político de los principales grupos nacionalistas y, después de todo lo ocurrido, son muy pocos los que creen que Ana Pastor pueda reemprender el vuelo después de que la plana mayor de sus compañeros del Gobierno hayan decidido cortarle las alas a Aena.

La ministra de Fomento se quedó ayer triste y sola, sin ningún apoyo efectivo ante Rajoy, en la reunión restringida que todos los jueves celebran los ministros relacionados con el área económica que preside el propio jefe del Ejecutivo. Ana Pastor tuvo que enfrentarse abiertamente el viernes anterior en el Consejo de Ministros a su colega de Economía, Luis de Guindos, pero ese día el presidente del Gobierno estaba ausente y las espadas quedaron en todo lo alto para el encuentro celebrado ayer por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.

Una excusa convertida en un problema

El motivo oficial de discordia que ha dado al traste finalmente con la OPV de Aena ha sido el papel del auditor de la compañía, la firma PwC, que fue también contratada para llevar a cabo la certificación de garantía para la venta de las acciones por parte de los bancos colocadores. El mandato de la denominada comfort letter o carta de conformidad, habitual en este tipo de operaciones, fue efectuado por la comisión de auditoría de Aena y ratificado por el comité de seguimiento de Enaire, la empresa dependiente del Ministerio de Fomento y que actúa como dueña y ente privatizador del operador aeroportuario.

En realidad, el inconveniente que planteaba Guindos no era tanto la incompatibilidad de PwC para efectuar la carta de conformidad como la necesidad de que el auditor fuera contratado después del correspondiente concurso público. A partir de este requisito, la OPV podría entrar en barrena, como así ha ocurrido, porque ahora será necesario un periodo mínimo de dos meses para cumplimentar el trámite. Los promotores de la privatización, con la ministra de Fomento a la cabeza, han intentado estos últimos días soslayar el problema, pero finalmente han fracasado en el intento.

La solución pasaba por que Marta Silva, en su condición de abogada general del Estado, emitiera un dictamen garantizando que la contratación de PwC para efectuar la comfort letter era ajustada a derecho público. El problema es que la máxima institución jurídica del país depende del Ministerio de Justicia y el titular del departamento es ahora Rafael Catalá, quien hace sólo un mes era precisamente el presidente de Enaire y, por lo tanto, el primer encargado de llevar a buen puerto la OPV de Aena.

Cumbre fallida de PwC con los bancos colocadores

El ministro de Justicia se situó ayer de perfil en la reunión de Moncloa para no incurrir en un hipotético conflicto de intereses y no pudo apoyar a su antigua jefa, Ana Pastor, como verdaderamente le habría gustado. Lo cierto es que el problema del célebre concurso público no era más que un simple pretexto para desactivar la OPV. De hecho, una vez que la opción de la Abogacía del Estado fue descartada, tanto PwC como los bancos y los asesores legales contratados para la privatización mantuvieron una cumbre negociadora hasta altas horas de la madrugada del jueves con objeto de desbloquear la situación.

La firma auditora llegó a un acuerdo con los bancos en virtud del cual PwC renunciaba a una parte de su retribución por la comfort letter que, en su caso, sería contratada directamente por las entidades financieras a fin de evitar el obligado concurso público exigido a Aena por ser una empresa estatal. El pacto tenía que ser refrendado por el Gobierno, pero la Comisión Delegada rechazó la propuesta y decidió posponer la oferta pública con todas las consecuencias que ello supone para la imagen de España en los mercados internacionales.

La OPV ha quedado formalmente aplazada y todo será que termine siendo suspendida. De momento, Ana Pastor prefiere mostrarse inasequible al desaliento e insiste en llevar a cabo la operación de manera inmediata, una vez que se resuelva el concurso público para elegir al auditor de la salida a bolsa. La ministra considera que buena parte del trabajo está hecho, incluyendo sobre todo la puesta en valor de Aena. Los eventuales accionistas privados están ya sentados en el consejo de administración y sus propuestas de compra seguirán vigentes por contrato hasta el 16 de abril.

El objetivo de Fomento es cerrar ahora el balance provisional a 30 de septiembre para volver a la carga en los mercados internacionales no más tarde del 15 de febrero. La esperanza es lo último que se pierde y la ministra ha demostrado tener suficientes agallas para sacar adelante otros proyectos pese a la oposición de buena parte del gabinete. La diferencia es que en todos estos casos las circunstancias políticas no operaban en su contra y Rajoy siempre estuvo a su lado. Habrá que ver si dentro de unos meses, con unas elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, el presidente del Gobierno está por la labor de privatizar, aunque sólo sea parcialmente, una compañía con tantos intereses creados como Aena.

Toda la noche nadando y en la ‘madrugá’ se ahogó. O lo que es igual, entre todos la mataron y ella sola se murió. La oferta pública de venta (OPV) de Aena aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 13 de junio fue abortada ayer por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos cuando la compañía emisora estaba ya situada en la pista de despegue. De momento, la versión oficial habla de un ‘aplazamiento por un defecto formal’, pero lo más lógico es que el operador aeroportuario termine ‘estrellándose’ en su afán por salir a bolsa.

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