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Blackstone y Apollo compran la deuda de Portland y ponen contra las cuerdas a FCC
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SE CONVIERTEN EN LOS MÁXIMOS ACREEDORES

Blackstone y Apollo compran la deuda de Portland y ponen contra las cuerdas a FCC

Los dos fondos buitres han adquirido por 500 millones la mitad de la deuda de la cementera, que está en situación de impago desde el pasado mes de junio.

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Mientras Esther Koplowitz termina de negociar los detalles para dejar en stand by el impago de su deuda personal de 1.000 millones, a la todavía propietaria de FCC le ha salido otro frente financiero que atender. GSO, el fondo buitre de Blackstone, y Apollo han adquirido la mitad de la deuda de Portland Valderribas, la cementera de la constructora, que también está en default selectivo hasta el próximo 30 de septiembre.

Los dos fondos oportunistas, junto con otros invesores similares, han aprovechado la decisión de varios de los acreedores tradicionales de Portland de quitarse un grave problema de encima para comprar 500 millones de deuda. GSO y Apollo han acudido al mercado secundario para convertirse en los nuevos mayores prestamistas de la cementera de FCC, cuyos gestores tendrán que sentarse ahora con estos dos fondos distress para prolongar una vez más la amortización global de 1.277 millones de euros.

Lo que han adquirido GSO y Apollo es cerca del 50% del préstamo sindicado que ya fue refinanciado en 2012 cuando el desplome del consumo de cemento hasta cotas no vistas en cuarenta años impidió a la compañía cumplir con sus obligaciones financieras. En aquel momento, BBVA le dio cinco años de plazo para repagar los cerca de 1.000 millones adeudados a cambio de que el grupo se comprometiera a mantener ciertos ratios operativos y a que FCC inyectara 100 millones en la filial.

La constructora no ha podido reforzar los recursos propios de Portland, que a su vez ha incumplido las cláusulas que le obligaban a tener una proporción de deuda sobre el beneficio operativo y del ebitda sobre gastos financieros. El primer pago del citado préstamo sindicado, por importe de 50 millones, le venció el pasado mes de junio, letra a la que el grupo no pudo hacer frente.

Portland consiguió que el 75% de la banca le autorizase a no pagar esta cuota con el fin de alcanzar antes del 30 de septiembre un nuevo acuerdo de refinanciación. FCC confiaba en que BBVA y el resto de bancos llamados de relación le adaptasen los pagos al ritmo de generación de caja, pero a la vuelta del verano se ha encontrado que los interlocutores son ahora dos fondos buitre con pretensiones mucho más agresivas.

Un buitre al 10%

A partir de ahora, cualquier plan de pagos debe de contar con el visto bueno de Apollo y de Blackstone, que curiosamente ya es acreedor de Portland. La firma dirigida en España por Claudio Boada le dio en 2012 un préstamo mediante la suscripción de unos bonos de alto riesgo por 350 millones para refinanciar Giant, la filial estadounidense de la cementera española. La línea de crédito no fue precisamente gratuita porque el tipo de interés al que le prestó el dinero fue del 10%.

En consecuencia, el futuro de Portland pasa por las manos de Blackstone, lo que ha provocado un enfado mayúsculo en la sede de FCC. La alta dirección de la compañía esperaba que, al tiempo que se alcanzaba una solución definitiva para la matriz y para la deuda de la familia (otros 1.000 millones), se encontrase un punto de encuentro para resolver el problema de la cementera, que tiene un fondo de maniobra negativo de 817 millones.

La filial, de la que FCC tiene el 77,9% del capital tras la conversión en acciones de un préstamo de 110,8 millones (con una pérdida del 30% ya que se hizo a 8 euros por título), sigue en números rojos pese a los esfuerzos por ajustar costes. La compañía ha cerrado varias fábricas y ha aplicado varios expedientes de regulación de empleo (ERE) para adaptar su capacidad productiva a una demanda que está en niveles de los años sesenta.

Mientras Esther Koplowitz termina de negociar los detalles para dejar en stand by el impago de su deuda personal de 1.000 millones, a la todavía propietaria de FCC le ha salido otro frente financiero que atender. GSO, el fondo buitre de Blackstone, y Apollo han adquirido la mitad de la deuda de Portland Valderribas, la cementera de la constructora, que también está en default selectivo hasta el próximo 30 de septiembre.

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