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El capo italiano de Enel toma las riendas de Endesa y limita las atribuciones de Prado
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le aleja del poder por su intento de ir a repsol

El capo italiano de Enel toma las riendas de Endesa y limita las atribuciones de Prado

Francesco Starace, el nuevo consejero delegado de Enel, ha dejado a Prado sin poder en una Endesa que vuelve al tamaño que tenía hace treinta años.

Foto: Francesco Starace, el nuevo consejero delegado del holding italiano. (Reuters)
Francesco Starace, el nuevo consejero delegado del holding italiano. (Reuters)

Che cosa pensi tu di Borja Prado? (¿Cómo ves tú a Borja Prado?) Esta fue la pregunta que semanas atrás le hizo Patrizia Grieco, la nueva presidenta de Enel desde el pasado mes de mayo, a un conocido lobista en España para saber cómo veía al presidente de Endesa, la gran eléctrica española en manos del grupo italiano desde 2009. Prado, banquero de inversión de profesión, fue nombrado por el Gobierno transalpino –máximo accionista de Enel- primer ejecutivo de la que fuera empresa pública nacional hasta finales de los noventa, lo que le permitió alcanzar grandes cotas de poder en el mundo empresarial y en el político.

Pero el cambio de Ejecutivo en Roma, con el aterrizaje del austero Matteo Renzi y el nombramiento de nuevos capos en Enel, ha modificado completamente el papel de Endesa, su futuro y el de su todavía presidente. Francesco Starace, el nuevo consejero delegado del holding italiano, ha decidido darle la vuelta a la compañía, encoger su tamaño, ordeñar su balance, tomar el mando directo de las operaciones y reconducir el papel de Prado para mejorar los números. Desde que éste se hizo cargo de la compañía, el beneficio neto ordinario se ha reducido en cerca de 3.000 millones, un 50%.

Aunque Prado sostiene que su relación con Starace es “muy buena”, en Italia no piensan que sea recíproca. La respuesta que el lobista le dio a Patrizia Grieco navegaba entre dos aguas. “Tiene contactos, se mueve bien entre bambalinas, pero no tiene entrada en el Gobierno, Botín rompió con él hace tiempo y el lobby de los grandes empresarios (el Consejo Empresarial de la Competitividad) le veta”, le explicaron a la presidenta de Enel, cuya primera medida fue bajarse el sueldo a 280.000 euros al año..

La reacción de Roma va a ser contundente. Va a dejar a Endesa como una división regional tras amputarle los negocios en Latinoamérica, la gran joya de la corona del grupo español. Es decir, devolverla al tamaño que tenía en los años ochenta. La gestión de los intereses al otro lado del charco los llevará exclusivamente el nuevo CEO de Enel, que día atrás le había dejado claro a Prado quién es el que mandaba en España.

Fue en los preparativos de su primera visita diplomática como consejero delegado, con destino Chile, para presentarse a la presidenta Michelle Bachelet. La discusión fue todo un pulso en el que Strarace puso las cartas sobre la mesa: le prohibió viajar con él para hacer de anfitrión. Aunque Prado insistió en que la relación con el Gobierno del país andino, el más importante para Endesa en Latam, la tenía él, el capo de Enel se negó en rotundo a que se subiera al avión. Más aún, le informó que en los próximos viajes a Brasil y Perú tampoco le acompañaría.

El encontronazo no quedó ahí. En el ardor del enfrentamiento, Starace le recordó a Prado que estaba perfectamente informado de que había movido Roma con Santiago para convertirse en presidente de Repsol. Se refería a los documentos que Mediobanca, el broker y el banco de inversión donde Borja Prado también ejerce de presidente, había distribuido entre fondos de inversión criticando abiertamente la gestión de Antonio Brufau en la petrolera. Unos papeles que Prado reconoce en privado y que han tensionado aún más sus relaciones con el Gobierno actual del PP, conocedor también de una intentona que no contó con el apoyo ineludible de La Caixa.

Porque Prado se identificó mucho con José Luis Rodríguez Zapatero, que facilitó la toma de control de Enel por Endesa. Pedro Solbes, ministro de Economía en aquel ejecutivo del PSOE, acabó como consejero de Enel, y la vicepresidenta, Elena Salgado, sentada en el órgano de gestión de una filial en Chile. Solbes ha sido relegado ya de sus funciones, en una prueba más de quién manda ahora en el grupo.

No obstante, el aún presidente de Endesa, cuyo contrato mercantil vence dentro de dos años, trató de convencer a Starace de su excelente red de contactos en España, de su amistad con el antiguo Rey y de sus negocios personales con los hombres de confianza del nuevo, Felipe VI, amén de su capacidad para terciar en determinados medios de comunicación. Pero el consejero delegado le respondió que esas buenas relaciones no se habían traducido en influencia a la hora de persuadir al Gobierno en la reforma energética aprobada por el Ministerio de Industria, que ha supuesto un duro golpe en las cuentas de Endesa. En concreto, más de 1.300 millones en el Ebitda, según datos oficiales de la compañía.

Con este escenario, Starace le ha dejado claro a Prado que su función se limitará a presidir Esdesa SA, filial de Enel, sin tentáculos en Latinoamérica. A pesar de presentar oferta por los activos de E.On en España, su principal función a partir de ahora será ver si sube o baja la luz, o si la demanda se recupera o se debilita, para calcular como evoluciona la cuenta de resultados. Un trabajo con poco valor añadido –depende del BOE y del PIB– pagado a 2,3 millones de euros al año, ocho veces más de lo que cobra la presidenta de Enel, que le ha pedido a todos los altos ejecutivos que sigan su ejemplo y se aprieten el cinturón.

Octubre es la fecha límite. Veremos cómo contraataca Prado, cuyas aspiraciones no eran gestionar una Endesa de una dimensión -una vez que Enel se quede con los activos en Latinoamérica- similar al que tenía hace treinta años, antes de su internacionalización, cuando se dedicaba al carbón. Dadas sus inquietudes y su capacidad, pocos apuestan a que se quedará parado. Tiempo va a tener este verano de reflexionar en la mansión que se construyó en Sotogrande durante los años de la crisis mientras intermedia del lado de la italiana Unedisa la fusión de El Mundo con ABC (Vocento).

Che cosa pensi tu di Borja Prado? (¿Cómo ves tú a Borja Prado?) Esta fue la pregunta que semanas atrás le hizo Patrizia Grieco, la nueva presidenta de Enel desde el pasado mes de mayo, a un conocido lobista en España para saber cómo veía al presidente de Endesa, la gran eléctrica española en manos del grupo italiano desde 2009. Prado, banquero de inversión de profesión, fue nombrado por el Gobierno transalpino –máximo accionista de Enel- primer ejecutivo de la que fuera empresa pública nacional hasta finales de los noventa, lo que le permitió alcanzar grandes cotas de poder en el mundo empresarial y en el político.

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