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La burguesía catalana de los negocios teme un septiembre negro a causa del caso Pujol
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AL SALPICAR A GRANDES EMPRESARIOS

La burguesía catalana de los negocios teme un septiembre negro a causa del caso Pujol

La burguesía catalana pasa un verano sumida en la inquietud. La investigación sobre Jordi Pujol amenaza con salpicar a reputados miembros del empresariado

Foto: Carles Sumarroca, vicepresidente de Comsa-Emte (foto: CambraBcn Press)
Carles Sumarroca, vicepresidente de Comsa-Emte (foto: CambraBcn Press)

La burguesía catalana pasa un verano sumida en la inquietud. La investigación abierta sobre las actividades de los hijos del expresident Jordi Pujol amenaza con convertirse en una pesadilla que salpique a reputados miembros del empresariado catalán en septiembre, cuando la Fiscalía retome sus trabajos en la Audiencia Nacional.

Las investigaciones apuntan a documentos que dejan rastro de pagos a tres de los hermanos Pujol Ferrusola: Jordi, el primogénito y el más investigado por sus actividades; pero también Josep Pujol, ex socio de Indra, a la que vendió la consultora Europraxis; y Oleguer Pujol, especializado en la gestión de activos inmobiliarios.

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Entre los posibles salpicados por la investigación estarían históricos aliados de CDC, como Carles Sumarroca Coixet, miembro fundador del partido y padre de Carles Sumarroca Claverol, vicepresidente de Comsa-Emte y uno de los pocos grandes empresarios que aboga por la opción independentista. Los Sumarroca tienen una buena parte de su fortuna fuera de Comsa-Emte, de la que sólo controlan un 30%. Entre estas empresas ajenas a Comsa se encuentran la constructora Teyco, las Bodegas Sumarroca y el grupo Labco, donde cuentan con una participación que ronda el 10%,

Otro de los posibles implicados sería Artur Suqué, presidente del Grupo Peralada, que ya estuvo salpicado por el denominado caso Casinos, de financiación ilegal de CDC; los Carulla (Agrolimen) o diversos grupos constructores catalanes, que se han beneficiado de contratas de la administración durante los tiempos de bonanza.

Tras la confesión de Jordi Pujol padre el pasado mes de julio, ni sus hijos ni los que han estado haciendo negocios con ellos están tranquilos. Y más teniendo en cuenta las ramificaciones de todas las operativas, por lo que existe una gran preocupación en el mundo empresarial catalán.

Posible estrategia de goteo

El temor del empresariado catalán radica en el desgate que sufrirá todo el colectivo por culpa sólo de algunos. Pero también en que el Gobierno, a través de la Fiscalía, utilice una táctica de goteo para que los nombres implicados no aparezcan de golpe sino de manera paulatina.

La razón de estas filtraciones pautadas estribaría en la situación política catalana. El 11 de septiembre se prevé una gran movilización en Barcelona a favor de la independencia. El 9 de noviembre se espera que se convoque la consulta sobre la que pivota gran parte de la agenda política catalana. En todo caso, la investigación será lenta, compleja y dependerá en buena parte de los datos que avance Hacienda.

Desgaste del secesionismo a corto plazo

El Gobierno es consciente de que en el corte plazo, el escándalo de los Pujol desgasta a la movilización secesionista previa al 9 de noviembre. Sobre todo porque el ex presidente catalán Jordi Pujol abrazó el independentismo en 2012 renegando de su trayectoria anterior.

Sin embargo, en el largo plazo, el único beneficiado es Oriol Junqueras y su partido, ERC. Primero, de cara a las municipales y, después, por las autonómicas adelantadas a las que Artur Mas quiere dar un carácter plebiscitario. Por mucho que Mas pretenda ahora desmarcarse en los próximos meses, parece muy complicado obviar que toda la ejecutiva del partido se encontraba en stand by mientras esperaban que Oriol Pujol asumiese el liderazgo del partido. Partido, por cierto, que tiene su sede embargada por otro caso del corrupción, el del Palau de la Música y Fèlix Millet.

En estas circunstancias resulta imposible pasar por alto lo que todo el mundo ya sabía en Barcelona: que el expresidente Pujol tiene siete hijos de los cuales tres son millonarios, algo estadísticamente difícil de justificar. Ni siquiera con herencias que aparecen de la nada un tranquilo viernes de julio por la tarde.

La burguesía catalana pasa un verano sumida en la inquietud. La investigación abierta sobre las actividades de los hijos del expresident Jordi Pujol amenaza con convertirse en una pesadilla que salpique a reputados miembros del empresariado catalán en septiembre, cuando la Fiscalía retome sus trabajos en la Audiencia Nacional.

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