La banca ha refinanciado el 15% del crédito (200.000 millones) y la mitad está en mora

El Banco de España ha puesto cifras al gran peligro de nuestro sistema financiero según los analistas: la 'patada a seguir', es decir, la práctica de refinanciar créditos incobrables a la espera de que en el futuro se puedan recuperar con la mejora de la economía. Según el informe de estabilidad financiera del supervisor, las entidades tienen 211.273 millones refinanciados, el 15,3% del crédito total concedido al sector privado. Y lo peor es que el 51,4% de esa cantidad –108.594 millones– está considerada morosa, y otro 19,4% es subestándar (no ha entrado en mora pero corre mucho riesgo de hacerlo). Sólo el 29,2% se califica como 'normal'.

Estas cifras provienen de la revisión por parte del Banco de España de la obligación que impuso el año pasado a las entidades de reclasificar los créditos refinanciados ante las presiones de la troika. Como es sabido, esta obligación –aunque suavizada respecto al proyecto de circular inicial– exigía a las entidades considerar por defecto 'subestándar' a todas las refinanciaciones y las impulsaba a pasarlas a mora, mientras que imponía unos criterios muy duros para mantenerlas como 'normales' (es decir, sin provisiones). La consecuencia de esta norma es el afloramiento de esos más de 200.000 millones y el hecho de que la mitad sean morosos.

Las diferentes entidades han señalado este fenómeno como la principal causa del fuerte aumento de la tasa de morosidad en 2013, si bien siempre han matizado que "la mayoría de los refinanciados que han pasado a morosos se encuentra al corriente de pago", y que esa calificación se ha adoptado por prudencia, no por exigencia del Banco de España. Sea como fuere, la magnitud del fenómeno (200.000 millones es el 20% del PIB español) da la razón a aquellos analistas que han alertado de esta práctica como la gran amenaza que se cierne sobre la banca española, porque muchos de esos créditos no se van a poder cobrar nunca por más tiempo que se les conceda, ya que la empresa (o el particular) que tiene la deuda es insolvente.

Según el citado informe, se ha producido un trasvase de 13 puntos porcentuales de normal a moroso. Aproximadamente dos tercios de las refinanciaciones son de empresas (con un 27% para constructoras y promotoras y un 39% para el resto) y el otro tercio corresponde a hogares, donde el grueso del problema se encuentra en las hipotecas, que suponen el 27,4% del total (y eso que sólo incluye las concedidas por menos del 100% del valor de tasación, así que el porcentaje sube si se suman las que tenían un importe superior).

La mora hipotecaria preocupa al BdE

Precisamente, el Banco de España avisa de las escasas provisiones con que cuentan las hipotecas en otra parte del informe. Al explicar cómo es posible que la tasa de morosidad siguiera creciendo en 2013 hasta el 14,1% (y prevé que lo siga haciendo pese al respiro del último mes) y a la vez se redujeran las provisiones en un 6,2%, alude a varias razones como "los traspasos a fallidos, las altas en dudosos hipotecarios de la cartera minorista, como consecuencia de la revisión de las operaciones de refinanciación y reestructuración, y que, por su tipología, tienen provisiones en media inferiores al resto de la cartera; y, finalmente, las reclasificaciones a dudosos de la cartera de promotores a la que se le han reasignado los fondos genéricos constituidos a raíz de los RDL de 2012" [los Guindos].

El impacto de la reclasificación de los refinanciados es demoledor en la tasa de mora. Según el citado informe, los activos dudosos (morosos), es decir, el numerador de la tasa de mora, crecieron el 21,1% interanual hasta febrero de este año, porcentaje que se eleva hasta el 25,6% si se excluyen las entidades que han traspasado su crédito promotor a Sareb. Aquí sobresale el explosivo incremento de la mora de particulares, del 34,6% al cierre de 2013, y sobre todo el de la mora hipotecaria, del 43%, lo que confirma que el aumento de la morosidad hipotecaria es otra de las grandes amenazas para la banca española.

Menos crédito al sector público y más DTA

Por lo demás, este informe semianual confirma que el beneficio de la banca en 2013, de unos 11.000 millones, se debe a la caída en picado de las provisiones, que compensan la contracción de márgenes por los bajos tipos de interés y la falta de crédito. A este respecto, constata que en 2013 no sólo cayó el saldo total de crédito por el efecto del desapalancamiento (reducción de deuda) de la economía, sino también el nuevo flujo de préstamos, aunque esta tendencia se ha frenado en 2014. Y señala un elemento llamativo: en 2013 se redujo por primera vez desde el inicio de la crisis el crédito a las Administraciones Públicas, en un 17,5%. El incremento de la compra de deuda pública en un 2,7% dejó el saldo de la financiación total a los organismos públicos en un descenso del 3,9%.

El Banco de España también cuantifica el importe de los DTA (activos fiscales diferidos) que podrán mantener las entidades españolas en su capital gracias a la modificación normativa de finales del año pasado. Finalmente, la cifra ha sido sustancialmente superior a la anunciada por el ministro Luis de Guindos, de unos 30.000 millones, y se ha elevado hasta 40.800, el 60% de los 68.000 millones con que cuenta el sector en estos activos. Y eso que sólo se reconocieron aquellos generados por provisiones y por compromisos de pensiones, mientras que quedaron fuera las bases imponibles negativas (pérdidas de ejercicios anteriores). Esta cifra viene a coincidir con las estimaciones realizadas recientemente por el diario El País.