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La venta con rebaja de Iberdrola desata otra batalla entre Guindos y Montoro
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La venta con rebaja de Iberdrola desata otra batalla entre Guindos y Montoro

El titular de Hacienda quería colocar el 4,9% a un inversor estratégico que estuviera dispuesto a pagar una prima por ser el segundo accionista de la eléctrica.

Foto: Los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro (d), y de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. (EFE)
Los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro (d), y de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. (EFE)

No es la primera ni será seguramente la última discordancia entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro. La venta de Iberdrola por parte de Bankia ha provocado otro nuevo rifirrafe entre el ministro de Economía y el de Hacienda, que obstaculizó la operación hasta la semana pasada en busca de una alternativa a la que se oponía el propio Ignacio Sánchez Galán.

Según han indicado fuentes próximas a la compañía eléctrica, Montoro no quería que el banco nacionalizado se desprendiese del 4,9% de Iberdrola mediante una colocación en bolsa. El titular de Hacienda, que por el Memorandum of Understanding (MOU) tiene que dar el visto bueno a cualquier enajenación, apostaba por traspasarle esta participación a un inversor estratégico que estuviera interesado en tomar una posición relevante en Iberdrola.

Las entradas de nombres de primera talla mundial, como las de Bill Gates y George Soros en FCC, o el fondo soberano de Qatar en Inmobiliaria Colonial, habían animado a Montoro a considerar que habría algún inversor dispuesto a convertirse en el accionista de referencia de Iberdrola. De hecho, con la compra del 4,9% se colocaría como segundo mayor tenedor de títulos de la eléctrica, tan sólo por detrás de, precisamente, el emirato catarí que tiene el 9,5% tras adquirir el pasado año un 1,2% adicional.

Montoro quería sacar los mayores ingresos posibles y estaba convencido de que alguien estaría dispuesto a pagar una prima de control de entre el 5 y el 10% por entrar en Iberdrola con derecho a un puesto en el Consejo de Administración. Esa fue la exigencia a José Ignacio Goirigolzarri del responsable de la cartera de Hacienda para autorizar la venta de su paquete en la eléctrica, operación que estaba en la rampa de lanzamiento desde hacía un año.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. (EFE)
Pero los intentos llevados a cabo por Bankia y sus asesores no dieron los resultados esperados. Porque, aunque el citado 4,9% da derecho a tener un asiento en el órgano de gobierno del grupo energético, es obvio que no permite ningún control sobre las decisiones estratégicas. Los inversores contactados rechazaron la propuesta de Montoro, que la semana pasada dio su brazo a torcer. La venta final se hizo con un descuento del 3% sobre la cotización de mercado, una rebaja habitual en este tipo de colocaciones aceleradas.

Cuenta atrás

La demora del ministerio de Hacienda provocó una gran inquietud en Bankia, que veía como el tiempo se le echaba encima. El banco público tenía hasta el 15 de abril para vender la participación en Iberdrola porque a partir de ese momento comenzaba lo que se conoce como black out o periodo a partir del cual un accionista o un directivo no puede comprar o vender acciones de una empresa un mes antes de publicar los resultados trimestrales.

De haber mantenido su postura, Bankia se habría tenido que esperar a mediados de junio, momento en el que habría que haber analizado las condiciones de mercado para saber si había apetito por Iberdrola o si, debido a la subida acumulada en los últimos doce meses, ya se había puesto demasiado cara para absorber una colocación de 1.500 millones de euros.

No es la primera vez que Montoro, De Guindos y Goirigolzarri discrepan de la fórmula y del momento para cumplir con las exigencias de la Comisión Europea, que obliga a Bankia a vender toda su cartera de participadas y cualquier negocio que no sea el estrictamente bancario. El pasado año, las desavenencias habituales entre ambos ministros pusieron en riesgo la enajenación del 12% en IAG, que finalmente se hizo a finales de junio después de varios meses de tiras y aflojas. También mediante una colocación acelerada tras haber ofrecido el paquete a varias aerolíneas extranjeras, principalmente árabes.

No es la primera ni será seguramente la última discordancia entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro. La venta de Iberdrola por parte de Bankia ha provocado otro nuevo rifirrafe entre el ministro de Economía y el de Hacienda, que obstaculizó la operación hasta la semana pasada en busca de una alternativa a la que se oponía el propio Ignacio Sánchez Galán.

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