La empresa familiar pierde a su primer ejecutivo en pleno cambio del modelo fiscal

José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, no es la única baja en el Instituto de la Empresa Familiar (IEF). Y es que el final de su bienio de mandato coincide con la salida del director general, Andrés Tejero, según anunció ayer el propio ejecutivo durante la asamblea anual celebrada en el Casino de Madrid. Su puesto, justo por debajo del presidente de turno, es clave para la organización, tanto para gestionar el día a día como para aunar las voluntades de los empresarios que la componen. “Explicó que se había acabado un ciclo y que su intención era emprender nuevos proyectos profesionales”, explican fuentes presentes en el cónclave.

Tejero llegó al IEF casi al mismo tiempo que Entrecanales a la presidencia, en lo que se entendió como una apuesta decidida del Instituto por reforzar su organigrama, un tanto debilitado desde la salida de Fernando Casado –el eterno director general de la casa– rumbo a CatalunyaCaixa en octubre de 2010. Barcelonés, pero curtido profesionalmente en la capital, Tejero combinaba lo mejor de los dos mundos, un perfil llovido del cielo para un foro que nace y agrupa a la aristocracia empresarial catalana –los Lara, Rodés, Carulla o Puig–, pero que se ha esforzado en mirar al resto del territorio nacional con sus agrupaciones territoriales.

La intención del IEF no pasa por amortizar el puesto, sino más bien por buscar un relevo, según explican fuentes internas de la institución. De hecho, la salida de Tejero se produce en un momento de gran trascendencia para el empresariado nacional, con la reforma fiscal en el horno. Precisamente sobre esta cuestión, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio ayer a los socios motivos para la inquietud en la clausura de la asamblea. No en vano, dejó claro que los tipos nominales del impuesto de sociedades se reducirán, pero para converger con los tipos efectivos y evitar la pléyade de deducciones que actualmente desvirtúan el gravamen.

“Haremos una cosa sensata que no perjudique a las empresas, pero que ayude al país a generar crecimiento”, explicó el jefe del Ejecutivo, sin dar más precisiones. La empresa familiar, tradicionalmente muy activa en cuestiones tributarias, afronta el cambio de su cúpula directiva en los meses decisivos para determinar el nuevo marco fiscal. Y lo hace tras recibir un mensaje claro de sus asociados. En la encuesta que tradicionalmente hace el Instituto entre sus socios para conocer su opinión sobre cuestiones de actualidad, los presentes ayer apenas dieron una nota del 3,62 –sobre nueve– al informe del comité fiscal de sabios designado por el Gobierno. Un rotundo suspenso.

El frente catalán

Los cambios también se producen en pleno debate soberanista, un tema que toca muy de cerca a buen número de los empresarios del IEF por la procedencia catalana de familias históricas en la organización. Aunque el tema prácticamente ni se tocó en la asamblea, la cuestión sí sobrevoló el Congreso de Jérez celebrado el pasado mes de octubre. Rajoy salvó ayer el tema con argumentario, a la espera del debate hoy en el Congreso. Pese a que muchos empresarios inmersos en el Instituto no abdican sotto voce de las tesis independentistas, tampoco dudan en recordar que el grueso de sus ventas está en el resto del territorio nacional. Razón más que de sobra para pedir diálogo, el mantra oficial que repiten cuando surge la cuestión.

Tejero –ex de Telefónica en los tiempos de Juan Villalonga– dice adiós en un cambio de presidencia que, a priori, también tendrá efectos en la percepción del Instituto. Entrecanales, empresario mediático en plena batalla con el Gobierno por los recortes a las renovables, deja paso a Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, conocido por su discreción y bajo perfil público. El sentir en la organización es que, aunque puede perderse proyección de cara al exterior, la nueva cabeza visible del Instituto puede hacer más trabajo de back office y ayudar a galvanizar la asociación. E insisten en que su predisposición no puede ser mejor para implicarse en la tarea.

El nombramiento de Moll supone un claro cambio de tercio, tras el paso por la presidencia de empresarios como Juan Roig, Isak Andic o el propio presidente de Acciona. El Instituto, que asocia a casi un centenar de empresas que facturan 169.000 millones al año y suponen un 26% del PIB nacional si se contabilizan sus asociaciones territoriales, tendrá que reinventarse, con otros frentes abiertos. No en vano, más del 50% de los presentes en la asamblea dejaron claro que tienen los mismos problemas de financiación bancaria que el año pasado. Veremos si la denuncia del IEF, tras el poderoso altavoz que fue Entrecanales, mantiene el tono. Todo un reto por delante.