La sal de la tierra: la israelí ICL lanza en Cataluña el mayor plan industrial de España

Los representantes deICL Iberia, filial española del grupo Israel Chemical Ltd. (ICL), han intensificado los contactos con la Generalitat y el Ministerio de Industria de cara al desarrollo en el Bages catalán del llamadoProyecto Phoenix, en el que ya se llevan invertidos más de500 millones de euros. El plan, destinado a la creación de nuevas líneas de negocio a partir de laextracción de sal y potasa, se ha convertido en el mejor estandarte de la política de reindustrialización que trata de estimular el Gobierno durante el tramo final de la actual legislatura.

El subsuelo de la comarca situada en torno aManresa contiene una de las escasas vetas europeas de extracción de potasas, materia prima básica en la producción mundial de fertilizantes. La explotación de este negocio corre por cuenta de la multinacional israelí ICL,cotizada en la Bolsa de Tel Aviv, que adquirió en 1998Potasas de Llobregat y Súria K, las dos empresas estatales controladas hasta entonces por la SEPI.

La privatización dio lugar a la fusión de ambas compañías enla nueva Iberpotash, SA, denominación de la filial de ICL Iberia y responsable jurídica de un programa intensivo de inversiones que se irá desarrollando hasta el año 2020.Capital israelí y mineral españoldan forma a una actividad industrial que en estos momentos emplea a más de1.200 personasy que no conoce de crisis. A fin de cuentas la compañía ofrece un margen derentabilidad del 25% sobre ventasy sus beneficios en el último ejercicio alcanzaron los100 millones de euros.

Negociaciones a dos bandas

Con estos poderes el objetivo de la multinacional israelí no es otro que situar en nuestro país elcentro de excelencia en la producción de materias primas. No sólo potasas, que también, sino otros minerales como es principalmente la sal para usos industriales y en segundo lugar el magnesio. Es lo que se ha bautizado como el Proyecto Phoenix y que en la práctica supone la creación de ungran polo industrialen el corazón de la comunidad autónoma de Cataluña,a tan sólo 60 kilómetros de Barcelona.

El planteamiento que ICL negocia a dos bandas, con el Gobierno central y las autoridades de Cataluña, se traduce en la extensión y modernización de las instalaciones industriales, la mejora de las infraestructuras de transporte y laampliación del Puerto de Barcelona. Como consecuencia de estos esfuerzos, Iberpotash prevé la comercialización en los mercados internacionales de un millón largo de toneladas anuales de potasa y más de700.000 toneladas de salVacuum, destinada a la gran industria química y con un grado de pureza del 99,7%.

La producción a gran escala de esta sal de máxima calidad implicará la construcción de unanueva planta de alta tecnología, adicional a las dos que mantiene operativas la empresa en Súria y Sallent. Los planes de ICL contemplan, no obstante, el cierre de la fábrica de Sallent a principios de 2015 trasladándose entonces todas las actividades a la mina deCabanasses, en el municipio de Súria, donde también se encuentran los almacenes de producto acabado, así como los utilizados para la expedición efectiva por tren y camión.

Foco de atracción y desarrollo logístico

Iberpotash fundamenta la trascendencia del Proyecto Phoenix en los efectos multiplicadores que puede generar para la economía española comocentro de atracción industrial, sobre todo de las grandes multinacionales del sector químico. Los directivos de ICL en España han destacado en sus contactos oficiales con el ministroJosé Manuel Soriala posibilidad de alcanzar una masa crítica de negocio que facilitefuturos desarrollos logísticos, tanto a nivel ferroviario como portuario.

La compañía israelí considera la ocasión propicia para impulsar la red del Corredor del Mediterráneo con una base esencial de operaciones en el Puerto de Barcelona, donde ICL necesita ahora una zona más extensa de instalaciones paradar cobertura a su propia terminal de carga, denominada Tramer. El plan de inversiones de Iberpotash contempla también la posibilidad de nuevas conexiones ferroviarias con objeto de facilitar la exportación de los productos al resto de Europa.

El Proyecto Phoenix se articula como una plataforma industrial que el Gobierno puede utilizar de bandera para reactivar la deprimida actividad fabril en España. No es extraño que sus promotores empresariales hayan decido invocar una denominación tan singular comoalegoría de esa España post-recesióna la que todavía le falta algo de tiempo para resurgir verdaderamente de sus cenizas.