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Los 'buitres' toman Codere tras ejecutar la deuda corporativa y a los Martínez Sampedro
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acuerdo ante el impago de otra línea de crédito

Los 'buitres' toman Codere tras ejecutar la deuda corporativa y a los Martínez Sampedro

Los Martínez Sampedro, el todavía mayor accionista, de Codere, ultima un acuerdo con los bonistas por el que estos inversores se quedarán con el 85% del capital.

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Llegó la hora de la verdad para Codere, la compañía española de casinos y máquinas recreativas que lleva seis meses jugando a la ruleta rusa de la refinanciación bancaria. El todavía mayor accionista, la familia MartínezSampedro, ultima un acuerdo con los bonistas y fondos oportunistas por el que estos inversores se quedarán con el 85% del capital ante la incapacidad de hacer frente a un pago de 135 millones esta semana

Codere tiene que devolver esa línea de crédito a Canyon Capital Finance Sarl y GSO Capital Partners LP, los dos fondos distress, que le salvaron de la suspensión de pagos el pasado verano. Estos dos fondos buitres, como se les conoce en el mundo financiero, llevan semanas negociando con los Martínez Sanpedro para evitar el concurso de acreedores, un estadio no deseable para ninguna de las partes.

Según fuentes financieras, el acuerdo consiste en la captalización de los 1.100 millones de deuda corporativa en acciones mediante una ampliación de capital. El resultado sería que los fondos se quedarían con el 85% de Codere, mientras que el 15% restante se les regalaría a los Martínez Sampedro para que siguieran al mando de la gestión. Los fondos necesitan un equipo gestor y creen que José Antonio Martínez Sampedro es una de las personas que más saben de la industria pese a los errores financieros cometidos en los últimos años.

Pero el problema de la familia no se queda ahí. Porque a título personal acumulan una deuda de más de 500 millones de euros, según distintas fuentes financieras. Un pasivo que se deriva del Payment in Kind(PIK) concedido en 2007 por Credit Suisse a Massampe Holding, la sociedad patrimonial que los Martínez Sampedro tienen domiciliada en Holanda y a través de la cual controlan el 70% de Codere. El importe inicial de ese PIK era de 340 millones, pero los constantes impagos han disparado la deuda a cerca de 500 millones.

Los bonistas le han propuesto incluir este préstamo en la refinanciación global de la compañía, una deuda que ha ido cambiando de mano al acecho de los fondos buitres. El banco suizo se deshizo meses atrás del PIK con un importante descuento y fuertes pérdidas. Sus nuevos titulares fueron Apollo y Anchorage, el mismo inversor que llegó a tener cerca de un 6% del capital de Codere el pasado verano. Después fue reduciendo esta participación directa y tomando posiciones a través de la deuda.

La compañía ha reconocido la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo. Como adelantó El Confidencial el pasado 9 de diciembre, Codere fue incapaz de abonar los 31 millones de euros de intereses de una emisión de bonos de 760 millones cuya fecha de pago era el 15 de diciembre. Por ello, activo una cláusula denominada “de gracia” para retrasar el desembolso hasta el 15 de enero de 2014.

Pero la cuenta atrás está mucho más próxima porque la dueña del Bingo Canoe, el más grande de España, tiene otra partida a vida o muerte este sábado, día 4. O paga 135 millones a Canyon Capital y a GSO Capital o presenta el concurso de acreedores salvo acuerdo in extremis con los fondos. Pasaría de un default selectivo a una quiebra en toda regla, situación que ambas partes quieren evitar.

Desde que este medio publicó el impago de los intereses de los bonos, las acciones de Codere se han hundido un 28%, hasta los 0,89 euros por título. La empresa apenas capitaliza 48 millones tras desplomarse un 77% en 2013. Lejos, muy lejos, quedan los 22 euros a los que debutó en los mercados de capitales en 2006. La compañía perdió 93 millones de euros en los nueve primeros meses del pasado ejercicio.

Llegó la hora de la verdad para Codere, la compañía española de casinos y máquinas recreativas que lleva seis meses jugando a la ruleta rusa de la refinanciación bancaria. El todavía mayor accionista, la familia MartínezSampedro, ultima un acuerdo con los bonistas y fondos oportunistas por el que estos inversores se quedarán con el 85% del capital ante la incapacidad de hacer frente a un pago de 135 millones esta semana

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