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ACS y sus socios sabían que podía haber fugas de gas en el subsuelo de Castor
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SHELL DEJÓ DE TRABAJAR LOS POZOS EN 1988

ACS y sus socios sabían que podía haber fugas de gas en el subsuelo de Castor

El folleto de colocación de la emisión de bonos señalaba que “el aumento de la presión en el depósito puede provocar fugas de gas”

Foto: Fabra, Soria y Margallo visitan las instalaciones del almacenamiento subterráneo de gas castor
Fabra, Soria y Margallo visitan las instalaciones del almacenamiento subterráneo de gas castor

Los promotores del depósito de gas submarino Castor, a los que se acusa de provocar inestabilidad sísmica en el norte de Castellón y el sur de Cataluña, sabían que el proyecto incurría en riesgos geológicos. En concreto, la constructora que preside Florentino Pérez, ACS, y sus socios de Dundee Energy, eran conscientes de que podía haber fugas de gas en el subsuelo.

Así consta en el folleto de colocación de la emisión de bonos que se lanzó en Luxemburgo para financiar Castor por valor de 1.400 millones de euros. En concreto, en la página 27 del folleto, en el apartado “Riesgos geológicos”, se señala que “el aumento de la presión en el depósito puede provocar fugas de gas”.

El folleto no preveía temblores sísmicos por encima de cuatro grados en la escala de Richter, tal y como sucedió posteriormente, pero sí que señalaba, como muestran los documentos, que “no puede haber ninguna garantía de que la cubierta de roca no sea dañada por exceso de presión”.

El depósito de gas de Castor es una cavidad en el subsuelo marino fruto de los antiguos trabajos de la petrolera Shell en las aguas de Castellón. La compañía extrajo de allí 56 millones de barriles entre 1973 y 1988. Después, Castor quedó abandonado durante 25 años hasta que Escal UGS, la sociedad conjunta entre ACS y Dundee Energy que explota esta infraestructura, decidió solicitar una concesión para que la autorizaran a crear una reserva estratégica de gas.

Castor es un caso peculiar. Peculiar porque no es normal que unos pozos se abandonen y luego se retome la actividad después de tanto tiempo. Y también porque otros depósitos de gas en España como Serrablo o Gaviota eran antiguos pozos de gas, no petrolíferos, y además fueron explotados de manera inmediata por las empresas después de que se agotaran sus reservas, no después del paso de más de veinte años.

El abandono de Shell

Fuentes de Shell aseguran que la actividad se abandonó porque el crudo se agotó y que no se propuso la adaptación de los pozos como depósito de gas ya que ese no era el negocio de la petrolera angloholandesa en España. Grupos ecologistas como la Plataforma en Defensa de la Sènia aseguran que Shell notificó al Gobierno cuando dejó la actividad de extracción que Castor no era viable como almacén gasista. Sin embargo, portavoces de la petrolera aseguran que “no les consta” la existencia de un informe al respecto sin desmentir del todo su existencia, pese a que nadie ha podido demostrar que se emitiese algún tipo de documentación al respecto.

Lo indiscutible es que Castor fue abandonado por Shell y que durante años ni hubo actividad industrial ni tampoco sísmica, pese a que Castor se encuentra sobre la falla de Amposta, la cual se ha despertado desde que Escal UGS inició las inyecciones de gas.

Error de cálculo

Cómo mínimo, el caso de Castor demuestra un enorme error de cálculo por parte de ACS y sus socios. En el folleto de colocación se define como “el peor de los casos” que “hubiese alguna fuga”, para lo que sería necesario aislar el pozo utilizando otro pozo auxiliar que supondría un incremento de costes. Evidentemente, después de los terremotos está claro que ése no era el peor de los casos.

ACS y sus socios prefirieron realizar sus pruebas no con geólogos españoles sino con el Instituto Francés del Petróleo (IFP). Para dar luz verde al proyecto, IFP llevó a cabo estudios de modelos geomecánicos que indicaban que a una presión de 229 bares era “poco probable” que provocasen un “efecto adverso en la integridad de la capa de roca”, según consta en el folleto de la emisión. Teniendo en cuenta los terremotos registrados y que el Ministerio de Industria ha paralizado la actividad en Castor, los estudios de IFP no parecen muy acertados.

Ahora el Gobierno y ACS están a la greña sobre quién ha de asumir los costes del cierre de Castor y de cómo se cuantifican. Por ahora, la clausura es provisional.

Los promotores del depósito de gas submarino Castor, a los que se acusa de provocar inestabilidad sísmica en el norte de Castellón y el sur de Cataluña, sabían que el proyecto incurría en riesgos geológicos. En concreto, la constructora que preside Florentino Pérez, ACS, y sus socios de Dundee Energy, eran conscientes de que podía haber fugas de gas en el subsuelo.

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