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Guindos planta cara a Merkel: pide unos test de estrés en la UE como los españoles
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Guindos planta cara a Merkel: pide unos test de estrés en la UE como los españoles

El Gobierno español se ha atrevido a plantar cara a la canciller alemana, Angela Merkel, por primera vez desde que Zapatero cambió su política económica en 2010

Foto: El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. (EFE)
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. (EFE)

El Gobierno español se ha atrevido a plantar cara a la reelegida canciller alemana, Angela Merkel, por primera vez desde que Zapatero tuvo que dar el famoso giro a su política económica en mayo de 2010. El encargado de lanzar el desafío ha sido el titular de Economía, Luis de Guindos, que ha lanzado un torpedo al punto débil de la Alemania que ha impuesto su política de austeridad a la díscola Europa periférica: la banca. Si hay algo de lo que puede presumir España respecto a su reforma financiera es la transparencia y el rigor de los test de estrés realizados el año pasado para determinar el volumen del rescate europeo. Y ahora nuestro Ejecutivo pretende que esa seriedad se traslade al ejercicio que pretende realizar el BCE con la banca de la zona euro antes de asumir las competencias de supervisor único. Algo a lo que no está dispuesta Alemania (ni Francia ni Italia), pero que puede convertirse en realidad tras el órdago español.

"Nuestra prioridad es que el ejercicio de revisión de los activos de la banca y el posterior test de estrés tengan el mismo nivel de transparencia, luz y taquígrafos que el que se ha realizado con la banca española, y por eso apoyamos que se utilicen evaluadores independientes como aquí", declaró el ministro el miércoles en la clausura de una jornada celebrada por el FROB con inversores internacionales. Todo un desafío, puesto que sabe perfectamente que los grandes países europeos son muy reacios a ese ejercicio de transparencia, empezando por Alemania.

Como se puso de relieve en el reciente debate organizado por El Confidencial entre José Manuel González Páramo (exconsejero del BCE) y Daniel Lacalle, Alemania es el país más reticente a la unión bancaria que tanto ansían las naciones periféricas, porque teme que signifique que tenga que pagar los rescates de toda la banca europea en el futuro. De ahí que haya intentado reducirla a su mínima expresión y limitado todo lo posible las exigencias españolas: los depósitos sólo estarán totalmente protegidos hasta 2018 y gracias a las derramas entre los bancos sanos, y la recapitalización directa retroactiva (que es lo que pretendía España) no se aplicará por defecto, aunque tampoco se descarta.

Esas reticencias explican que el país germano haya impuesto que el BCE sólo supervise los bancos con activos superiores a 30.000 millones (o el 20% del PIB del país de origen) y que el resto se mantengan bajo supervisión nacional. Eso significa que, en España, todas las entidades salvo las cooperativas vayan a ser supervisadas por el BCE por el tamaño alcanzado en el proceso de concentración, mientras que en Alemania (donde el sector financiero está extraordinariamente atomizado), el grueso de sus bancos regionales se mantendrá bajo control nacional.

Y dado que esas entidades no van a pasar al supervisor único europeo, no tiene sentido que se sometan a la revisión de activos y a los test de estrés pensados para los que sí van a hacerlo, según la lógica alemana. No hay que olvidar que ya retiró a varios de sus bancos principales en los test de la EBA de 2011, de forma que Alemania fue el país con un menor porcentaje de su sistema examinado (claro que eso dio lo mismo dado el desastroso resultado de ese ejercicio, donde aprobó el grueso de nuestra banca). La razón, según todos los analistas, es que sus balances guardan miles de millones en activos tóxicos (entre ellos titulizaciones hipotecarias españolas a tipos irrisorios) que no desean que salgan a la luz para que no se cuestione la solidez del sistema.

Merkel no está sola

Según una fuente conocedora de la situación, "en Alemania están convencidos de que el test va a ser muy light y no va a sacar los colores a sus entidades, porque con tanta oposición va a ser muy difícil hacer un ejercicio serio", concluyen. De hecho, el aplazamiento de estos test desde el último trimestre de 2013 al primero de 2014 es otra señal de la imposición de las tesis alemanas. Porque, además, Merkel no está sola en esta batalla. Ni Francia ni Italia quieren que los test de estrés sean muy rigurosos para que no aireen las vergüenzas de sus propios bancos.

Draghi, quedan muy pocos asuntos por resolver en la banca de españaEn ambos casos, sobre todo el francés, esta reticencia está justificada por la enorme exposición al riesgo que tienen sus bancos y que apenas han reducido en los últimos años, frente al fuerte desapalancamiento de los españoles. En cuanto a los italianos, "se encuentran en una situación de negación de la realidad como la que tenía la banca española antes del desastre", explican las fuentes citadas. "Y lo peor es que suelen salirse con la suya, entre otras cosas porque Mario Draghi es italiano".

Oliver Wyman hará los test en toda la zona euro

Ante esta situación, Guindos ha decidido poner los puntos sobre las íes y lanzar un desafío al resto de países. Si España, con un sistema financiero tan cuestionado internacionalmente, ha hecho este ejercicio de forma tan rigurosa y transparente, por qué no van a hacerlo igual otros países con una banca teóricamente más sólida, es el mensaje del Gobierno español. Un mensaje que ha sido adoptado de forma entusiasta por la Comisión y el Parlamento europeos, los principales impulsores de la unión bancaria junto a los países periféricos, y que se inscribe dentro del deseo de nuestro Ejecutivo de librarse de la tutela de la troika cuanto antes.

De momento, Guindos ha conseguido una primera victoria. Oliver Wyman, la consultora que ejecutó los test españoles del año pasado, ha sido seleccionada por el BCE para repetir el ejercicio en los 17 países de la zona euro. Por cierto, se ha cambiado el nombre al Asset Quality Review (AQR, revisión de la calidad de los activos) por Balance Sheet Assessment (BSA, evaluación del balance). No obstante, eso no garantiza a priori un rigor similar, puesto que "Oliver Wyman cumplirá el mandato que le dé el BCE, que no tiene por qué coincidir con el que le dio el Gobierno y el Banco de España", según una fuente cercana a la consultora. Dependerá de si Merkel acepta finalmente el desafío de Guindos o no.

El Gobierno español se ha atrevido a plantar cara a la reelegida canciller alemana, Angela Merkel, por primera vez desde que Zapatero tuvo que dar el famoso giro a su política económica en mayo de 2010. El encargado de lanzar el desafío ha sido el titular de Economía, Luis de Guindos, que ha lanzado un torpedo al punto débil de la Alemania que ha impuesto su política de austeridad a la díscola Europa periférica: la banca. Si hay algo de lo que puede presumir España respecto a su reforma financiera es la transparencia y el rigor de los test de estrés realizados el año pasado para determinar el volumen del rescate europeo. Y ahora nuestro Ejecutivo pretende que esa seriedad se traslade al ejercicio que pretende realizar el BCE con la banca de la zona euro antes de asumir las competencias de supervisor único. Algo a lo que no está dispuesta Alemania (ni Francia ni Italia), pero que puede convertirse en realidad tras el órdago español.

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