Nuevas reuniones 'privadas' de rebeldes de PSM y PSOE a 72 horas de votar en Madrid

Madrid es un hervidero de especulaciones conforme se acerca el 13 de junio, el día que se constituyen los ayuntamientos de España. Todos los partidos y sus militantes miran con nerviosismo qué pasará en Madrid, donde cualquier escenario de gobernabilidad es posible. La popular Esperanza Aguirre consiguió ser la lista más votada, pero se quedó con 21 concejales, lejos de la mayoría absoluta que no consigue ni con el apoyo de los siete ediles de Ciudadanos. Le pisa los talones con sólo un escaño menos la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, que necesitaría el apoyo de los nueve concejales del PSM que lidera Antonio Miguel Carmona para poder gobernar. Sin embargo, la filtración del nuevo organigrama de Carmena ya como alcaldesa ha sentado como un jarro de agua fría al líder del PSOE en la capital, que se siente ninguneado por Ahora Madrid al dar por hecho su apoyo. “No hay nada cerrado”, advierte en público el profesor.

La investidura del próximo alcalde de Madrid está enfriando todavía más si cabe las relaciones entre Carmona y sus líderes, que exigen por activa y por pasiva un pacto de izquierdas y echar al PP del Palacio de Cibeles. Un gesto simbólico que no pasó desapercibido se vivió este martes por la tarde en la capilla ardiente de Pedro Zerolo, instalada en la Casa de la Villa. Mientras Pedro Sánchez daba el pésame a la familia del socialista fallecido, una Susana Díaz impaciente por entrar esperó en la plaza de Ramales, a escasos metros del lugar donde se velaba al difunto, hasta que saliera su secretario general. La lideresa andaluza, que decidió descartar a Podemos para formar gobierno y así diferenciarse de la estrategia poselectoral de Ferraz, saludó a los familiares de Zerolo flanqueada por Antonio Miguel Carmona. Hubo quien entendió aquel paseíllo como la unión de los rebeldes contra el aparato.

Hubo más disidentes de Pedro Sánchez que estuvieron reunidos este miércoles por la mañana en un discreto reservado del Senado, Tomás Gómez y Maru Menéndez. Sorprendió que la reunión se celebrase en la Cámara Alta, sobre todo porque los dos tuvieron un escaño reservado en esa institución al comienzo de esta legislatura.

Tanto Maru como el exalcalde de Parla forman parte también del grupo del PSOE de Madrid que haadvertido a Ferraz de las consecuencias letales que supone para los socialistas entregar el Ayuntamiento de Madrid a Podemos por una cuestión de pura imagen, al fijar en Manuela Carmena la referencia de la izquierda institucional hasta el detalle de que los cuadros con el busto de Pablo Iglesias se cuelguen en las salas de reuniones de los 21 distritos que conforman Madrid. El sector crítico del PSOE con una alianza con Podemos también justifica esta "no unión" con que Iglesias utilizaría todos los estamentos municipales para organizar y subvencionar los movimientos sociales y vecinales que están en su órbita o en la de Izquierda Unida, ya en desbandada.

La sombra del tamayazo sobrevuela Madrid

La sombra del tamayazo sobrevuela Madrid desde que Esperanza Aguirre ha dejado de ofrecer la Alcaldía de Madrid a diestro y siniestro para evitar que gobierne Carmena. A propios y extraños descoloca que la presidenta del PP de la Comunidad de Madrid, que gobernó la región gracias a que dos socialistas se ausentaron en la votación de investidura de Rafael Simancas como presidente, esté tan callada días antes de su posible sentencia de muerte política. Sin embargo, ni Aguirre ni Carmona han hablado con Begoña Villacís, la representante de Ciudadanos en la capital, para ofrecer un posible pacto. Un silencio que hace saltar todavía más las alarmas.

Al candidato del PSM en la capital no le ha sentado nada bien que Simancas, que dirige la gestora socialista madrileña desde que Sánchez echó a Tomás Gómez, le imponga cómo deben hacerse las cosas en Madrid. Desde la dirección federal del partido recuerdan todos los días a su candidato los pésimos resultados electorales cosechados el 24-M. Convertir a Carmona en vicealcalde con Carmena como alcaldesa supondría “darle un poder que no le corresponde”, sobre todo cuando su compañero Ángel Gabilondo, “con el doble de votos que Carmona”, dapor seguro que será líder de la oposición de Cristina Cifuentes.

No obstante, el PSOE sigue manteniendo conversaciones con Ahora Madrid y todo apunta a que seguirá manteniendo el suspense sobre el apoyo hasta el mismo sábado, que es cuando quedará constituido el Ayuntamiento de la capital con uno u otro color político. Sin embargo, el voto para investir a los alcaldes es secreto, por lo que un descuido de un solo concejal socialista o de Ahora Madrid dejaría a Carmena sin la ansiada Alcaldía.

El desgaste se verá en las elecciones generales

Los líderes del PSM quieren que los concejales del PSOE apoyen a Carmena pero que no formen parte de ningún gobierno. Sin embargo, crece el rumor dentro del PSM de que el portavoz del partido en Madrid estaría dispuesto a asumir la vicealcaldía con Carmena como alcaldesa o, incluso, la alcaldía con el apoyo del PP. Sería el golpe de efecto para colocar a los socialistas sin puesto y hacerse con el partido cuando la gestora termine su función. Las mismas fuentes aseguran que el socialista habría pedido respaldo a UGT para llevar a cabo esta operación.

El desgaste que sufrirá el PSOE apoyando una u otra opción se sabrá en noviembre, donde el partido se juega en Madrid seguir como segunda agrupación o quedarse tercero, como ya le ha ocurrido en los comicios municipales, lo que equivale poner en peligro la mitad de los diputados que Alfredo Pérez Rubalcaba obtuvo en 2011.

Por su parte, Pablo Iglesias, que encabezará la lista de Podemos para el Gobierno de la nación, puede conseguir la mejor plataforma para medirse en las legislativas con Pedro Sánchez con sus bases movilizadas y apoyadas desde el Ayuntamiento de Madrid y dispuestas a proseguir en su misión de aunar en Podemos a todos los sectores políticos y sociales situados a la izquierda del PP. Es el detalle de lo que Eduardo Madina explicó al secretario general del PSOE en el último comité federal cuando se refirió al “abrazo del oso” que suponen los pactos con Podemos.