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'Manostijeras' y manirrotos: qué presidente ha recortado más y cuál menos
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EL GASTO POR HABITANTE TODAVÍA SUPERA AL NIVEL DE 2003

'Manostijeras' y manirrotos: qué presidente ha recortado más y cuál menos

Los recortes en el gasto público han sido intensos en la primera parte de la legislatura. Pero, aun así, el gasto público continúa siendo superior al que había en 2003, cuando la economía crecía con fuerza

Foto: La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, es la dirigente que menos ha subido el gasto público por habitante y el lehendakari Iñigo Urkullu, el que más. (EFE)
La presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, es la dirigente que menos ha subido el gasto público por habitante y el lehendakari Iñigo Urkullu, el que más. (EFE)

¿Losrecortes en el Estado de bienestar han tocado hueso? Habrá quien piense que sí, pero las cifras no expresan, precisamente, eso. Al menos, globalmente. Y esto es así porque en algunas comunidades autónomas se han impuestolos ‘manostijeras’ –partidarios de los recortes por obligación o por devoción–, pero en otras han vencido los manirrotos. Es decir, quienes han seguido aumentando el gasto público por habitante pese a la crisis económica. Unos y otros, en todo caso, han estadocondicionados, lógicamente, por la situación de partida.

Un dato indica la evolución global. De las 17 comunidades autónomas, en 11 de ellas el gasto público por habitante en términos reales (descontada la inflación) es todavía hoy –a pesar de los recortes–superior al que existía en 2003, un año que se considera significativo debido a que la economía estaba en un ciclo expansivo. Y como sostiene el economista Ángel de la Fuente, aquel año “no parece que hubiera excesivas quejas sobre la calidad de los servicios públicos fundamentales”.

Pues bien, desde entonces las dos comunidades autónomas que han visto crecer más el gasto público por habitante son el País Vasco y Cataluña, un 16% por encima de la media. Lo relevante, sin embargo, no es sólo la evolución, sino que se trata de dos comunidades autónomas con modelos de financiación muy distintos. El primero, de carácter foraly el segundo, de régimen común.Por lo tanto, la evolución del gasto poco tiene que ver con el modelo de financiación, aunque con matices en coherencia con el punto de partida.

El modelo foral, como pone de relieve un reciente estudio del profesor Ignacio Zubiri, de la Universidad del País Vasco, permite aumentar inicialmente los recursos por habitante (otra cosa es la evolución). Pero eso no es óbice para que sea, precisamente, la otra comunidad foral, Navarra, quien haya sido el territorio que menos ha hecho crecer elgasto públicopor habitante.

Su mayor suficiencia financiera, por lo tanto, no sólo no se ha traducido en mayor gasto público, sino que, al contrario, lo ha bajado en términos reales.El ajuste, por lo tanto, ha sido mayor que en otras regiones (ver gráfico). Algo que puede explicar, junto a otros factores políticos, las pobres expectativas electorales del actual Gobierno foral.

Zubiri se apoya en un informe de la OCDE que concluye que la educación en el País Vasco es la mejor de España (6,8 puntos sobre 10); y la sanidad es la cuarta mejor (con 9,5 sobre 10). La suma de todos los indicadores, sostiene la OCDE, sitúa al País Vasco (con 57 puntos sobre 80) como la comunidad con un nivel de bienestar más alto.

En el lado contrario están Castilla y León y Castilla-La Mancha, y, sobre todo, Navarra, que es donde el gasto por habitante en términos reales (precios constantes de 2010) ha caído más, casi un 9%. Globalmente, en todo caso, el gasto per cápita entre 2003 y 2014 ha crecido un 5%, lo que explica la conclusión de De la Fuente, expresada en el último informe de Fedea sobre las haciendas autonómicas: “No se ha llegado al hueso”.

Sacrificio de las inversiones

¿Y dónde se ha recortado más? Sin lugar a dudas en la política de inversiones, que ha sido la gran sacrificada de la crisis. Hasta el punto de que, con base 100 en 2010, su nivel se ha hundido hasta los 48,9 puntos en 2014. Es decir, hasta prácticamente la mitad.

Sorprende que Madrid haya sido la región que más ha ajustado el gasto en inversión, lo que probablemente tenga mucho que ver con lo que sucedió en los años anteriores, en los que la Comunidad absorbió buena parte de la política de infraestructuras del Estado. Castilla-La Mancha ha sido la segunda región que más ha recortado el gasto en inversión, aunque en este caso por pura necesidad habida cuenta de sus extremas dificultades financieras heredadas del anterior Gobierno.

El duro ajuste al que ha sido sometida la inversión –en un país que llegó a destinar el 30% de su PIB a las infraestructuras y a la construcción de viviendas–contrasta, sin embargo, con el hecho de que el gasto corriente (sin el pago de intereses) siga siendo –pese a los recortes–bastante superior al que había en 2003. En concreto, un 12%. Pero es que en algunas comunidades autónomas, como Asturias y el País Vasco, el incremento del gasto corriente (básicamente nóminas y compra de bienes y servicios) es un 25% superior al que existía en 2003, año de fuerte expansión económica.

La Comunidad Valenciana es, con diferencia, la que más ha ajustado su gasto corriente por habitante en términos reales. Sin duda, ante el desplome de los ingresos de la Generalitat tras haberse pinchado la burbuja inmobiliaria.

La partida que más ha crecido, en todo caso, tiene que ver con el pago de los intereses de la deuda en todas las regiones. En algunos casos, de forma espectacular. En Castilla-La Mancha, esta partida se ha multiplicado por nueve; en Murcia, por casi siete veces y lo mismo en Baleares. Andalucía y Navarra, con diferencia, han sido las regiones donde el gasto por habitante en el pago de intereses ha crecido menos.

La conclusión que saca De la Fuente es que, en un primer momento, el recorte del gasto fue muy inferior a la caída de los ingresos en el conjunto de las comunidades autónomas, “lo que hizo que el déficit autonómico se disparase hasta alcanzar un máximo del 4,4% del PIB en 2011”.

En una segunda fase, sin embargo, sucedió lo contrario. A partir de 2011, se observa una “mejora apreciable” de los saldos presupuestarios autonómicos, aunque a un ritmo decreciente. Este patrón se mantuvo también en 2014, lo que quiere decir que en año preelectoral el Gobierno central y los autonómicos levantaron el pie del acelerador de los recortes.

¿Losrecortes en el Estado de bienestar han tocado hueso? Habrá quien piense que sí, pero las cifras no expresan, precisamente, eso. Al menos, globalmente. Y esto es así porque en algunas comunidades autónomas se han impuestolos ‘manostijeras’ –partidarios de los recortes por obligación o por devoción–, pero en otras han vencido los manirrotos. Es decir, quienes han seguido aumentando el gasto público por habitante pese a la crisis económica. Unos y otros, en todo caso, han estadocondicionados, lógicamente, por la situación de partida.

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