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24-M: ¿La última bala para Vox?
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el partido no entró ni en el parlamento europeo ni en la cámara andaluza

24-M: ¿La última bala para Vox?

La formación que lidera Santiago Abascal se quedó a las puertas de entrar en la Eurocámara como sí hicieron Podemos y C's. Ahora, esperan que la próxima cita electoral les permita resarcirse

Foto: De i a d: Mª Jesús González Fueyo, Javier Galue, Fernando Paz, Laura Rodríguez Soler, Ana Velasco, Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, Joaquín Javaloys, Mazaly Aguilar, Víctor González y Víctor Sánchez del Real. (www.voxespana.es)
De i a d: Mª Jesús González Fueyo, Javier Galue, Fernando Paz, Laura Rodríguez Soler, Ana Velasco, Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, Joaquín Javaloys, Mazaly Aguilar, Víctor González y Víctor Sánchez del Real. (www.voxespana.es)

Unos 2.000 votos. Ese fue el número de apoyos que le faltó a VOX para hacerse un hueco en el Parlamento Europeo en las últimas elecciones europeas. Ciudadanos y Podemos, los otros dos partidos neonatos por aquel entonces, sí consiguieron la suficiente representación en la Eurocámara –dos eurodiputados el primero y cinco el segundo- como para abrir fisuras en los muros del bipartidismo. Pese a que se trataban de unas elecciones europeas, por aquel entonces pareció difícil no extrapolar los resultados al estado de ánimo a nivel nacional: los múltiples movimientos ‘quincemayistas’, el goteo diario de escándalos y un evidente malestar con la clase política no fueron suficientes para que los de VOX consiguiesen seducir a los votantes. Ahora, las inminentes elecciones municipales se presentan como una oportunidad de oro para legitimar el partido como una alternativa real y entrar en las instituciones.O para que su futuro sea más que incierto...

El pasado sábado la formación dio el pistoletazo de salida a su campaña electoral en un céntrico hotel de Madrid. Al acto acudieron, además de los líderes Santiago Abascal y José Antonio Ortega Lara, otros cabezas de lista de otras ciudades y municipios. “Vox no viene a deslumbrar, vamos a ir poco a poco”, afirmó Ortega Lara ante los asistentes en una clara alusión al auge de Podemos y Ciudadanos. Pese a que en las encuestas no preguntan por ellos, desde el partido señalan que en las próximas municipales sí entrarán en las instituciones.

En enero la formación cumplió su primer aniversario tras un año en el que no han faltado dimisiones, acusaciones particulares y luchas internas. De aquella primera foto de familia tras la presentación del partido se han descolgado dos nombres: la primera fue Cristina Seguí, quien llegó a ser elegida candidata por Valencia y que salió del partido tras acusar a José Luis González Quirós, por entonces presidente de la formación, de haberse lucrado a costa del partido. Le siguió Ignacio Camuñas, quien adujo no estar interesado en participar en las “luchas internas” del partido a cuenta de las disputas por el liderazgo entre los ‘expopulares’ Abascal y Vidal-Quadras.

Vox, nacido para recoger el voto de la derecha desencantada con el PP de Rajoy, lanzó su candidatura a las municipales con unas propuestas similares a las que utilizó en su puesta de largo en 2014: eliminación de las autonomías, una drástica bajada de impuestos y una política antiterrorista activa. De hecho, no es baladí que dos de los primeras espadas del partido sean víctimas de la banda terrorista ETA: José Antonio Ortega Lara y Ana Velasco, hija de Ana Vidal-Abarca; mujer del militar asesinado en 1980 Jesús Velasco y otrora presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Tras los últimos escándalos de corrupción –desde principios de 2013 la preocupación por la corrupción se ha disparado según el CIS- todos los partidos se han apresurado a enarbolar la bandera de la transparencia, la regeneración democrática y la limpieza interna, tratando de convertir estos asuntos en los leitmotiv de sus campañas.

En enero la formación cumplió su primer aniversario tras un año en el que no han faltado dimisiones, acusaciones particulares y luchas internas

En cuanto a Vox, además de lo ya citado, cuestiones como el aborto, la lucha antiterrorista, el Estado de las autonomías y la “crisis de valores” de la sociedad son algunos de los principales ejes sobre los que pivota el programa del partido, si bien algunos de estos temas no parecen figurar en la agenda de los ciudadanos: según el último barómetro del CIS correspondiente al mes de abril, ninguno de los encuestados señaló la ley del aborto como un problema. Algo similar ocurre tanto con el terrorismo como con los estatutos de autonomía: los ciudadanos otorgan a estas cuestiones una puntuación de 0,7 y 0,2, respectivamente.

Respecto al Estado de las autonomías, la mayor parte de los encuestados no se muestran partidarios de cambiar el modelo vigente (35,1%), siendo la segunda opción el establecimiento de un modelo centralizado en línea con lo que plantea Vox (20,7%).

150 candidaturas por toda España

Tras las europeas, el primer examen de la formación a nivel nacional fue en los comicios andaluces, tradicional feudo de los socialistas y región que se saldó con 18.000 papeletas a favor de VOX, un resultado discreto que, sin embargo, no ha conseguido laminar el ánimo de los de Abascal. Para las municipales han preparado 150 candidaturas repartidas por toda España, si bien serán Madrid y los municipios cercanos las plazas en las que invertirán más tiempo: “Tenemos opciones reales de entrar en esos Ayuntamientos”, señalan.

La formación cuenta a día de hoy con 3.500 militantes esparcidos por todo el territorio nacional, siendo la mayoría madrileños y valencianos,precisamente las dos plazas en las que el liderazgo del PP cojea y Ciudadanos se revela como actor decisivo.De cara a la cita electoral, la formación planea dar la batalla en las calles a falta de platós de televisión: “No nos han invitado a ningún debate”, explica Abascal. “Telemadrid nos excluyó del debate entre candidatos y no nos han dado ninguna explicación”. Desde el partido señalan que tampoco han sido invitados para participar en algunas tertulias en las que sí es habitual encontrar a candidatos del resto de formaciones.

La buena sintonía con María San Gil

Lo hizo hace un año y lo repitió hace unos días en una conferencia en Madrid. La expresidenta de los populares vascos, María San Gil, arremetió con dureza contra su partido tras acusarle de haber “abandonado los principios” y de no actuar con firmeza con respecto al terrorismo y al aborto. Durante su ponencia estuvo arropada por otro histórico de los populares, Jaime Mayor Oreja, quien en su día renunció a encabezar la lista del partido a la Eurocámara. Esta es la segunda vez que la exdirigente reaparece en público en las últimas semanas: hace unos días San Gil aprovechó también para arropar a Esperanza Aguirre en un reciente acto preelectoral celebrado en Madrid.

Aunque la donostiarra abandonó oficialmente la primera línea política en 2008, San Gil reapareció ante las cámaras hace un año -ya como militante de base- para presentar el último libro de Abascal. Pese a no ser un acto electoral, la política no dudó en alabar públicamente al líder de Vox tras la fundación del partido: “Gracias por hacer lo que estás haciendo”, afirmó. Sea como fuere, fuentes del partido señalan que, aunque no creen que decida reincorporarse de nuevo a la arena política, “tiene las puertas abiertas del partido” si decidiese hacerlo.

En suma, el partido que nació como una escisión del PP tiene ante síun reto mayúsculo: por un lado, subirse al carro de nuevos partidos –espacio que Ciudadanos y Podemos han ‘oligopolizado’- y, por otro, posicionarse como una opción real a la derecha de los populares.

Unos 2.000 votos. Ese fue el número de apoyos que le faltó a VOX para hacerse un hueco en el Parlamento Europeo en las últimas elecciones europeas. Ciudadanos y Podemos, los otros dos partidos neonatos por aquel entonces, sí consiguieron la suficiente representación en la Eurocámara –dos eurodiputados el primero y cinco el segundo- como para abrir fisuras en los muros del bipartidismo. Pese a que se trataban de unas elecciones europeas, por aquel entonces pareció difícil no extrapolar los resultados al estado de ánimo a nivel nacional: los múltiples movimientos ‘quincemayistas’, el goteo diario de escándalos y un evidente malestar con la clase política no fueron suficientes para que los de VOX consiguiesen seducir a los votantes. Ahora, las inminentes elecciones municipales se presentan como una oportunidad de oro para legitimar el partido como una alternativa real y entrar en las instituciones.O para que su futuro sea más que incierto...

Vox Santiago Abascal