¿Qué es un rico para Podemos? Quien ingrese más de 50.000 euros al año

No está nada claro que Podemos vaya a gobernar. Pero lo que está fuera de toda duda es que la formación de Pablo Iglesias ha hecho suya una vieja idea del venerable Víctor Hugo, quien sostenía que “la utopía de hoy será mañana carne y hueso”.

Veremos si se cumple la profecía. Por el momento, lo que está claro es que el programa electoral de Podemos, al menos en la parte económica, identifica correctamente los problemas de muchas familias: sobreendeudamiento, pobreza energética, desahucios o altos tipos impositivos para rentas muy bajas. Y, por supuesto, desempleo o precariedad laboral.

El problema es que el primer paquete de medidas exige un Estado fuerte y desde luego rico. Incluso, muy rico. Y hoy por hoy no se cumple ninguna de las dos condiciones. El nivel de descentralización territorial es comparable al de los Estados federales (y Podemos no quiere cambiarlo) y la capacidad de generar riqueza del país (asumiendo los costes sociales de la crisis) no da para mucho más.

Claro está, siempre que no se opte por la expropiación pura y dura de los legítimos derechos de las empresas privadas que explotan ahora la prestación de servicios públicos esenciales como el gas, la electricidad o el agua.

Lo que propone Podemos es simplemente que ‘alguien’ –no identifica quién–pague el coste del suministro de esos servicios cuando una familia ‘de buena fe’ no pueda pagarlos porque le ha sobrevenido una situación desesperada.

Tradicionalmente, y para reforzar el papel del Estado, lo que se ha propuesto desde las posiciones ideológicas del mundo de Podemos es una nacionalización de las empresas que prestan esos servicios básicos (Mitterand lo hizo en los primeros años 80). Pero el partido de Iglesias –en pleno viraje hacia el centro político–no hablani una sola vez en su programa de establecer una política de nacionalizaciones ni muchos menos de expropiaciones forzosas a la manera venezolana. Lo que reivindica Podemos es que alguien garantice esos suministros. Pero sin decir quien lo pagará. Veremos si lo explica en la próxima presentación.

Algo parecido sucede en el caso del sobreendeudamiento. Podemos identifica correctamente un problema que afecta a muchas familias por la desidia de los últimos Gobiernos, siempre renuentes a legislar sobre esta cuestión. Algo que hubiera evitado muchos dramas familiares e, incluso, algunas quiebras bancarias. Lo que propone Podemos es un plan general de quitas que llevaríaa la ruina a muchas entidades financieras, cuyos accionistas, precisamente, no son sólo grandes capitalistas, sino pequeños ahorradores que han puesto su dinero en fondos de pensiones o de inversión.

Dación en pago y banca pública

La idea de la dación en pago no es nueva. Y probablemente esté en la dirección correcta. El problema es que si la medida tiene carácter retroactivo, España tendría que pedir a Europa otro rescate bancario. Podemos, eso sí, reivindica la banca pública. En países poco sospechosos de intervencionistas como EEUU o Reino Unido existen este tipo de instrumentos destinados financiar a determinados sectores productivos.

Pero eso exige que esas instituciones funcionen con criterios de disciplina de mercado. De lo contrario, la sombra de la socialización de pérdidas (una vieja práctica del capitalismo español) volverá a dibujarse sobre el país.

El programa económico de Podemos es mucho más ambicioso en la parte fiscal. Propone lisa y llanamente recuperar la potencia recaudatoria de figuras impositivas como el Impuesto del Patrimonio o de Sucesiones, ahora desmochadas por los Gobiernos autonómicos en pleno dumping fiscal. Lo curioso, sin embargo, es saber a quién considera Podemos un ‘rico’, y por lo tanto el contribuyente a quien se debe subir la presión fiscal.

Pues bien, según Podemos quien tenga un patrimonio superior a 400.000 euros tiene que pagar por ello y hacerlo de forma progresiva. No parece una gran cantidad teniendo en cuenta que la mayor parte del patrimonio de las familias española está invertido en inmuebles.

Más sorprendente es la consideración de un rico a efectos del IRPF. Podemos entiende que hay que aumentar la progresividad del tramo autonómico (la mitad del impuesto) suavizando los tipos en las rentas situadas entre 25.000 y 50.000 euros. A partir de esta última frontera, ¡zas! que diría un castizo. Podemos dice que hay que subir la fiscalidad a quienes ganen más de 50.000 euros. Eso es un rico. Lo curioso de la propuesta, sin embargo, no es que se plantee un nuevo modelo fiscal, sino que apenas se limita a aumentar los tipos de forma casi indiscriminada, aprobando, al mismo tiempo, una batería de nuevos tributos de carácter medioambiental.

El problema de actuar sobre los tipos más elevados es que llueve sobre mojado. Las rentas medias y altas ya pagan más de las dos terceras partes del impuesto, y sólo con tipos anormalmente elevados se podríaaumentar la recaudación de forma relevante.

Podemos, y estosí es verdaderamente sorprendente, no dice nada de cómo ensanchar las bases imponibles, que es el principal problema del sistema impositivo español, toda vez que el IRPF descansa sobre los asalariados.

Como carece de respuesta una propuesta sorprendente. Que el Estado asumaparte de la deuda autonómica, como si las regiones no formaran parte del Estado. O como si la España fuera una isla con total soberanía (acabar por decreto con la austeridad fiscal). La palabra Europa, de hecho, no aparece en el programa económico de Podemos. Será que no es importante.