Fernández no avanza las medidas contra los díscolos pero no descarta las sanciones

Cuando llegue ese río, la gestora cruzará ese puente. El río es la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, la que tiene que producir el desbloqueo institucional y en la que el PSOE debe virar en su conjunto a la abstención. Pero ese giro no lo darán los 84 diputados socialistas, como quiere la cúpula provisional y las federaciones más potentes. Contra quienes se aparten del mandato de la abstención en bloque, empezando por el PSC, habrá medidas, pero el presidente de la ejecutiva interina no quiere anticiparlas por ahora porque confía en "persuadir" a los díscolos de que no desobedezcan el mandato del comité federal. Javier Fernández no quiere hablar de expulsiones aún, pero no las descarta por completo, y en todo caso las deberá aprobar el máximo órgano de poder del PSOE.

Fernández aterrizó en el Congreso para una comparecencia corta, de menos de cuarto de hora, después de su entrevista de 50 minutos con el Rey, la penúltima antes de la programada con Mariano Rajoy. La fundamental, la que desanudará el atasco político tras 10 meses de interinidad. El jefe de la gestora socialista le solemnizó la postura por el partido, adoptada por una mayoría del 58,65% del comité del domingo: "El Grupo Socialista se va a abstener [en la segunda votación], y eso es lo que va a ocurrir". Pero la duda ya no está en qué hará el partido, sino en cómo se comportarán los parlamentarios y cuántas fugas de voto va a haber. Y en principio van creciendo, pues a los nombres ya conocidos y publicados, se podrían sumar otros más, como la excomandante Zaida Cantera, llegando a una cifra ya más preocupante, en torno a 18 diputados, como avanzó 'El Mundo'. Además, el círculo de confianza de Pedro Sánchez se está pensando de nuevo qué hacer, pese a que se esperaba de ellos que cumpliesen con la directriz del comité federal.

El presidente asturiano aseguró que no le "constan" que sean "18, ni 12, ni 14" los disidentes, los que se planteen la "desobediencia" del mandato del máximo órgano de poder socialista. Como tampoco está pensando ahora mismo en aplicar "medidas punitivas" a los que rompan la disciplina de voto. Él "no se pone en esa situación de que voten no" y no se abstengan. "Lo que corresponde es intentar persuadirles, y a ellos me dirijo, para que no tomen esa decisión, y no estamos pensando en este momento en qué tipo de medidas podríamos tomar de carácter punitivo. Ojalá no se tome ninguna. Desde luego, todo será muy meditado con relación a estas personas", prometió. Lo que no especificó es cómo convencer a los 'rebeldes', más allá de lanzar avisos a través de los medios. También sostuvo que no le "constan amenazas" por parte de la gestora que dirige a los díscolos para que cumplan con el acuerdo de hace dos días.

Que tengan "muy en cuenta" que votaron

La principal dificultad se presenta con el PSC. Esta tarde, a las 18.30 horas, Miquel Iceta reúne a su consell nacional —el órgano semejante al comité federal— para rubricar su decisión de que los siete diputados catalanes voten no a Rajoy en primera y segunda vuelta. De nuevo, Fernández no quiso dar por hecho ese paso y pidió "esperar" a ver qué resuelve el máximo escalón de poder de los socialistas catalanes. Pero sí les lanzó un aviso, que "tengan muy en cuenta" que participaron y votaron el domingo en el comité federal, un órgano "decisorio y democrático", para que no caigan en la tentación de "enfrentar dos legitimidades" (la del consell y la del PSOE). Repreguntado por el previsible incumplimiento del PSC, insistió en que aún confía en que vote "en consonancia" con lo aprobado el domingo. Y si no, "habrá que hablar con el PSC y ver cómo solucionamos un problema que se generará", puesto que a día de hoy hay una "vinculación orgánica" con el PSOE, regulada en el protocolo de unidad de 1978.

Fernández se refirió a la carta que le remitieron ocho barones sanchistas este lunes —la presidenta de Baleares, Francina Armengol; y los secretarios generales de Madrid (Sara Hernández), Castilla y León (Luis Tudanca), Euskadi (Idoia Mendia), Murcia (Rafa González Tovar), La Rioja (Césa Luena), Navarra (María Chivite), y Ceuta (Manuel Hernández)—, en la que le pedían una abstención técnica, de solo 11 diputados. El presidente de la gestora les contestó de forma individualizada, insistiéndoles en que no cabía debate alguno, porque el comité federal decidió la abstención del grupo, un término "suficientemente claro y literal". También tuvo este martes "alguna conversación" hoy, pero respondió de la misma forma. Así, admitió que hay personas en su partido que "siguen pensando que la abstención podría sustituirse" por otra que no le "parece tal".

Si hay indisciplina, Fernández reunirá a la gestora y después al comité federal para ver qué hacer con los disidentes. Él no contempla por ahora expulsiones

Se preguntó a Fernández qué organo del partido procedería a las expulsiones del grupo (y del PSOE), si llegara el caso. El jefe de la cúpula provisional subrayó que no se pone "en esa situación". Pero si se producen las disidencias de varios diputados, reunirá a la gestora y decidirá qué hacer. "No pienso en nada concreto y ni mucho menos en que esto termine en expulsiones. Es la posición que yo tengo y que debe adoptar no solo la gestora sino también el comité federal", remachó. En efecto, el artículo 78 de los estatutos del PSOE prescribe que si la actitud de un diputado es considerada grave por el máximo órgano de poder del PSOE, este podría "darle de baja en el grupo parlamentario, procediendo a incoar el correspondiente expediente, que será tramitado por la comisión federal de ética y garantías, para que dicte las resoluciones a adoptar".

Los diputados posiblemente díscolos llegan ya a una quincena: a los siete miembros del PSC hay que sumar los dos parlamentarios de Baleares (Sofía Hernanz y Pere Joan Pons), las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera —fichajes estrella de Pedro Sánchez el 20-D y el 26-J—, la zaragozana Susana Sumelzo, el vasco Odón Elorza, la ourensana Rocío de Frutos y posiblemente el ex secretario general. Además, podrían añadirse diputados como la palentina Luz Martínez Seijo, la zamorana Mar Rominguera y la coruñesa Pilar Cancela, presidenta de la gestora del PSdeG. Además, parlamentarios del corazón del sanchismo, como la murciana María González Veracruz o el valenciano José Luis Ábalos se están replanteando su acatamiento al mandato del comité federal. Si el PSOE expulsa a 18 o más miembros de su grupo, se podría quedar con menos de 67 diputados, los que tiene Unidos Podemos-En Comú-En Marea, por lo que podría convertirse en el tercer grupo de la Cámara.

Si el PSOE expulsa a 18 o más miembros, podría convertirse en el tercer grupo de la Cámara, por detrás de los 67 diputados de Unidos Podemos

No le constan los movimientos de Sánchez

Pedro Sánchez sí está moviéndose en los últimos días, valorando qué hacer, y ha pedido informes para estudiar si judicializar su enfrentamiento con el PSOE en caso de que Ferraz intente expulsarle si vota no a Rajoy. El nuevo máximo responsable socialista comentó que no le "consta nada" y que de todos modos no ha conversado "últimamente" con el ex secretario general.

Fernández sí trasladó al Rey que el PSOE, aunque se abstenga en la segunda votación de investidura, "en ningún caso" dará estabilidad al PP, ni se plantea siquiera apoyar los Presupuestos del próximo año. "Hay otros lugares políticos en los que el PP puede buscar apoyo, para lo que no necesita mayoría absoluta, sino simple", zanjó el presidente asturiano.

El presidente de la gestora traslada al Rey que permitirá la investidura pero no dará estabilidad "en ningún caso" al PP ni apoyará sus Presupuestos

A Podemos le advirtió de que será el PSOE el que "liderará la oposición" en el Congreso, mientras que la formación morada "tomará la calle", porque así lo está dando a entender. El jefe de la gestora lamentó expresiones como las pronunciadas ayer por el coordinador de IU, Alberto Garzón, que acusó a los socialistas de haber cometido una "traición histórica" a los españoles. Lo de "traición", dijo, le lleva a una época que cree mejor dejar "muy atrás", en la que "determinada izquierda" llamaba a los integrantes del PSOE como "socialtraidores".

No al voto de conciencia

Los parlamentarios díscolos apelan al voto en conciencia que recoge el artículo 33 del reglamento del Grupo Parlamentario Socialista. Su textualidad es esta: "El pleno del grupo parlamentario podrá excepcionalmente acordar la libertad de voto por razones de conciencia, una vez oídas las razones del parlamentario o parlamentarios solicitantes". 

La gestora se niega a ceder. Fuentes próximas a Javier Fernández recordaban que para que hubiera libertad de voto, en congruencia con el reglamento, debería acordarlo así el grupo, y subrayaban que la investidura es una cuestión política, no moral. Es decir, no se trata de materias espinosas como en el pasado lo fueron el matrimonio homosexual o el aborto. Las mismas fuentes reprochaban a los partidarios de esta fórmula de buscar un paraguas con el que protegerse de la lluvia.