Iglesias y Errejón llevarán al consejo estatal su batalla sobre el tipo de pacto con Sánchez

Flexibilidad o intransigencia, priorizar el desbloqueo institucional o las garantías para un proyecto de cambio y, en definitiva, evitar a toda costa la “falsa dicotomía” entre terceras elecciones o investidura de Mariano Rajoy frente a exigir una coalición de gobierno para votar a favor de Pedro Sánchez. A la espera de que el comité federal del PSOE defina el próximo sábado cuál será su hoja de ruta, las dos almas de Podemos se posicionan ya sobre la estrategia a seguir con los socialistas. Este será uno de los principales debates que centrarán el consejo ciudadano estatal de Podemos, el máximo órgano de decisión del partido entre asambleas, y que vuelve a visibilizar la confrontación de posturas entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón.

El líder de Podemos defiende que la única justificación para votar a favor de una hipotética investidura de Pedro Sánchez es que esta vaya acompañada de un pacto de gobierno, es decir, de la formación de un Ejecutivo integrado por ambos partidos. Una postura que comparte el secretario de Organización, Pablo Echenique, quien descarta apoyar un Gobierno monocolor. La opción del número tres es, a su parecer, la mayoritaria en los órganos de decisión del partido. Desde el sector errejonista no comparten esta impresión, y tratarán de demostrarlo en el próximo consejo estatal, cuyo orden del día todavía no se ha cerrado debido a la irresoluta situación interna del PSOE. Los afines al número dos del partido superan en número a los pablistas en este órgano, si bien los números no garantizan un total consenso respecto a la hoja de ruta a seguir en las negociaciones.

Para Íñigo Errejón, la formación debe mostrar “flexibilidad” en la mesa de negociación, siempre con el horizonte puesto en evitar tanto una nueva repetición electoral como un Gobierno del PP. Evitando en todo momento dejar puertas cerradas, el secretario político ha hecho referencia al aprendizaje adquirido “de los procesos pasados”, sobre los que se debe “tomar nota”. Una llamada de atención a la actitud maximalista mantenida durante las negociaciones fallidas en la pasada legislatura, y que ya censuró en su momento. Pablo Iglesias, en cambio, solo ve garantías en un Gobierno de coalición para que un programa del cambio no se quede en “papel mojado”.

El desenlace de la batalla en el comité federal del PSOE condicionará la confrontación en el próximo consejo ciudadano estatal de Podemos, donde la guerra por el control orgánico iniciada en Madrid ha dejado bien delimitados los diferentes sectores. Un contexto por el que los dirigentes del partido reconocen la importancia que tendrá este cónclave, no solo para el futuro de la formación, sino para la gobernabilidad del país. En todo caso, aun si se impusieran las tesis errejonistas, que 'a priori' contarían con mayoría en este órgano, el secretario general cuenta con un comodín, el de la consulta a las bases.

Los estatutos de la formación obligan a que los inscritos ratifiquen los pactos de gobierno, pero nada dicen sobre un pacto de investidura. A nivel autonómico, se abrieron igualmente consultas para determinar el voto favorable a los candidatos socialistas, y en la pasada legislatura se hizo lo propio para determinar si se favorecía la investidura de Pedro Sánchez tras su pacto con Ciudadanos. Un movimiento que no estaba previsto y que precisamente se llevó a cabo cuando comenzaron a multiplicarse las voces que planteaban la abstención. Entonces, las dos opciones que se presentaron a los inscritos en referéndum fueron apoyar el pacto PSOE-Ciudadanos o una coalición de gobierno entre los socialistas, Podemos y sus confluencias, dejando fuera de la ecuación la abstención.

El comodín de las bases

La votación sobre el modelo de pacto con el PSOE en el consejo ciudadano ni siquiera está asegurada, y dependerá solamente de la presión que ejerzan los consejeros contrarios a las tesis del secretario general. De hecho, Echenique ya adelantó el lunes que no estaba previsto este extremo y que, en cualquier caso, la decisión final sobre este debate les correspondería a los inscritos.

El apretado calendario, determinado por la convocatoria de primarias en el PSOE para el 23 de octubre, dejando solo una semana de margen a las negociaciones, ya que las Cortes se disolverían el 31 de octubre, ofrece un argumento de peso a los que defienden una mayor “flexibilidad”. La falta de tiempo para desarrollar un acuerdo de gobierno consensuado entre las dos partes es patente, además de que este debe contar con el beneplácito de las formaciones nacionalistas, sin cuyo apoyo no saldría la investidura adelante, pues Ciudadanos ya ha descartado esta opción.

El portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech, reconocía este martes que “el calendario es muy endiablado”, mientras que desde la secretaría política que dirige Errejón se advertía de que un acuerdo de este tipo “no es una tarea que se haga de un día para otro”. El número dos del partido entiende que habría tiempo, aunque “en condiciones muy difíciles, a última hora y apurando mucho las cosas”. Unas condiciones que siquiera sin haber iniciado contactos previos reducen al mínimo las posibilidades de cerrar un acuerdo de gobierno 'in extremis'.