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Sánchez busca el aval de su cúpula para empezar a negociar un pacto aún imposible
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EL SEGUNDO TIEMPO TRAS LA INVESTIDURA FALLIDA DE RAJOY

Sánchez busca el aval de su cúpula para empezar a negociar un pacto aún imposible

El líder socialista abrirá una ronda de contactos a partir de este lunes, tras la reunión de la permanente de su ejecutiva. Pero Podemos y Ciudadanos siguen manteniendo vivos sus vetos recíprocos

Foto: Pedro Sánchez besa a Idoia Mendia, líder del PSE y candidata en las elecciones vascas del 25-S, este 4 de septiembre en San Sebastián. (EFE)
Pedro Sánchez besa a Idoia Mendia, líder del PSE y candidata en las elecciones vascas del 25-S, este 4 de septiembre en San Sebastián. (EFE)

Hasta el pasado jueves, era una salida "muy difícil, imposible"; 24 horas después, sin embargo, las puertas se entornaban, y ahora ya están abiertas de par en par. Los socialistas quieren hablar y negociar con Podemos y Ciudadanos para hacer posible un Gobierno "del cambio". El mismo itinerario que Pedro Sánchez exploró tras el 20-D y que fracasó, pero que reivindicó en la campaña del 26-J. Aunque entonces, como ahora, esa opción de sumar a los dos emergentes sigue siendo igual de remota, habida cuenta de los rechazos mutuos. El secretario general lo sabe, pero quiere intentarlo.

Lo que todavía se desconoce es cómo. Qué pasos irá dando en los próximos días. Para eso reúne Sánchez este lunes a la comisión permanente de su ejecutiva en Ferraz. O sea, a su núcleo de mayor confianza, en el que escasean los críticos. De él el líder obtendrá con toda seguridad el aval para comenzar las conversaciones con Podemos y Ciudadanos. Sin pasar, por cierto, por el filtro más incómodo del comité federal, el máximo órgano de poder del partido, y cuya convocatoria no se prevé para antes de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre.

El secretario general emprende conversaciones sin pasar por el filtro del comité federal, cuya convocatoria no está prevista para antes del 25-S

Distintos miembros del equipo de Sánchez comentaban ayer domingo por la tarde que no tenían demasiado claro ni el 'timing' ni la hoja de ruta que el líder presentaría a su permanente a partir de las 10:30 de este lunes. La impresión colectiva, que por otro lado confirmaban fuentes oficiales, es que el secretario general compartirá su visión del nuevo escenario político emergido a partir del fracaso de Rajoy y que anunciará el arranque de una ronda de contactos con "las fuerzas del cambio" para ver "qué disposición tienen" y explorar si es posible una alternativa. No se anticipa que a la cita lleve un documento con propuestas.

Pedro Sánchez invita a Podemos a evitar unas terceras elecciones

Cambio de discurso en tres días

Si las conversaciones fracasan porque los dos interlocutores rechazan al contrario, entonces el PSOE podrá escudarse en que ha sido por la obstinación y los vetos de Podemos y Ciudadanos por lo que España camina hacia unas nuevas elecciones generales en diciembre, las terceras en menos de un año. Claro que puede que esa senda quede cortocircuitada tras el 25-S por los críticos de Sánchez en caso de que se atrevan a segarle la hierba que crece a sus pies, forzando su caída a través de la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva, como adelantaba El Confidencial este domingo.

Foto: El líder socialista, Pedro Sánchez, durante el debate previo a la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, este 2 de septiembre. (Reuters) Opinión

De la reunión de la permanente de hoy, en consecuencia, es previsible que salga un "llamamiento a las fuerzas del cambio" para sentarse a hablar y ver cómo respiran, estudiar qué salida conjunta tienen en la cabeza. En definitiva, se trata de comprobar si ahora ambos se avienen a construir una alternativa al PP "liderada por el PSOE".

El viernes, durante su intervención en el Congreso previa a la segunda y última votación de investidura de Rajoy, Sánchez ya enhebró esa apelación a "las fuerzas del cambio" para desbloquear la situación, insistiendo en que su partido formaría parte de la "solución". Entonces, sus colaboradores se aprestaron a precisar que el secretario general no se estaba "postulando", sino llamando a Podemos y Ciudadanos al diálogo.

El líder ya ha roto su ambigüedad. "Queremos que gobierne Pedro Sánchez", subrayaba con rotundidad Óscar López este domingo en 'El objetivo'

Sin embargo, los mítines de Sánchez de este fin de semana –​el sábado en Oroso (A Coruña) y el domingo en San Sebastián– han arrojado algo más de luz sobre sus inequívocas intenciones. Él no ha dicho abiertamente que se presentará a la investidura, entre otras cosas porque la nominación depende del Rey, pero sí que trabajará "sin descanso" con Podemos y Ciudadanos para "poner fin" al Ejecutivo de Rajoy. Como también ha pedido a los dos emergentes, y especialmente a Podemos, que aparquen sus vetos para no dar una "tercera oportunidad" al presidente en funciones. Este domingo, en 'El objetivo' (La Sexta), Óscar López, portavoz socialista en el Senado y hombre de la máxima confianza de Sánchez, fue meridianamente claro. "Queremos que gobierne Pedro Sánchez. O gobierna Rajoy, o gobierna Sánchez o elecciones", explicó. La diferencia respecto a marzo, agregó, es que ahora el líder socialista no irá a una investidura fallida. Solo acudirá si tiene los votos suficientes.

"Inviable" para Rivera

Los bloqueos, no obstante, persisten. Albert Rivera, en una entrevista publicada este domingo en 'El Correo', aseguraba que un acuerdo tripartito de su partido con la formación morada y los socialistas es "inviable", porque los independentistas "están dentro de Podemos". El presidente del partido naranja sigue apostando por un entendimiento de las fuerzas constitucionalistas. A su vez, Pablo Iglesias ya ha reiterado que su formación es "incompatible" con C's, sobre todo en materia económica, aunque estaría dispuesto a que se abstuviese ante un acuerdo de PSOE y Podemos.

En la ejecutiva hay quienes creen que el pacto no saldrá adelante y otros que anticipan que puede llegar por el miedo de los emergentes a otros comicios

En la dirección, varios de sus miembros reconocen que la aspiración de la suma con los emergentes es una entelequia, porque ya se probó imposible en la pasada legislatura. Pero la estrategia sí sirve para sacudirse la culpa de unas eventuales terceras elecciones: "Si no queremos otros comicios, todo el mundo tendrá que retratarse. No puede ser que la responsabilidad sea solo nuestra. Ahora es el momento de que todos los que invocaban a Sánchez muevan ficha y demuestren hasta qué punto estaban comprometidos con un Gobierno diferente. Sobre todo Podemos. ¿No querían que diésemos una alternativa? Ahí hay una", comenta una integrante de la cúpula, que admite que la salida de un acuerdo a tres bandas es prácticamente imposible. "Nos sirve para salir del bucle de la responsabilidad absoluta del bloqueo". Más aún, incluso algunos partidarios de explorar una alternativa interpretan que sería "un lío" que Podemos y C's dijeran que sí, porque obligaría al PSOE a asumir el Gobierno con una debilidad parlamentaria máxima, 85 diputados, y un apoyo, el de la formación morada, "que es un puzle".

Otros dirigentes no ven tan complicado que los emergentes se avengan a negociar, justo por el miedo a unas terceras elecciones, en las que ambos podrían sufrir el castigo de los votantes. Más aún Rivera, por el potencial caudal de papeletas que fluiría hacia el PP por efecto del voto útil. "Si el PP no se mueve nada, no hay que descartar nada por el flanco izquierdo. Y a Albert le pueden poner en un campanario para que nos indique el viento", indica un convencido sanchista, en alusión al carácter cambiante y voluble de C's. "Hay que hacerse mayorcitos", decía a los nuevos partidos López en La Sexta. O sea, otra nueva llamada a dejar los vetos y a hacer verdad el propósito, compartido por las tres fuerzas, de cambiar a Rajoy y sus políticas, argumentó.

Albert Rivera: "Creo sinceramente que PP y PSOE están jugando a cansar a la gente"

Los críticos entienden que la maniobra del jefe está encaminada a "blindarse" como secretario general, ya que mientras negocia, el partido calla. Lectura que Ferraz, obviamente, rechaza.

Foto: Pedro Sánchez, durante el acto de presentación de los candidatos del PSE a las elecciones vascas del 25-S, este 4 de septiembre en el palacio Miramar de San Sebastián. (EFE)

La fractura interna se agranda

Ferraz siente que le asiste nueva munición: el enchufe de José Manuel Soria en el Banco Mundial, comunicado dos minutos después del fracaso de la investidura de Rajoy. Una colocación que ha indignado a PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. El escándalo ha envalentonado a Sánchez, que no ha dejado de usar el nombre del exministro para recordar a los dos emergentes que hay razones de sobra para echar a Rajoy.

Ferraz siente que el escándalo del enchufe de Soria en el Banco Mundial le da munición adicional para propiciar un Gobierno encabezado por Sánchez

El nuevo escenario que abrirá el secretario general a partir de este lunes supone un giro de 180 grados respecto a lo afirmado hasta el mismo jueves, cuando todos los portavoces autorizados subrayaban que la alternativa al PP no era posible. Sánchez, no obstante, jamás descartó ese escenario en ninguna de las comparecencias públicas que se han sucedido desde el 26-J (entrevistas, no ha concedido ninguna). Sus partidarios sostienen que el PSOE no podía decir otra cosa hasta que se materializase el fracaso del líder de los populares, porque era el momento de su negociación. El mil veces invocado "tiempo de Rajoy". Clausurado ese episodio, Sánchez se ha sentido liberado para exponer su verdadero plan, la búsqueda de un acuerdo transversal que tanto tensa a sus críticos.

En la cúpula pervive la convicción de que los barones no frenarán al jefe, por mucho que amaguen, como no lo hicieron en el pasado. La inquietud entre los críticos, sin embargo, no ha cambiado, como tampoco su desesperación. Los pronunciamientos se suceden. Si el sábado José Luis Rodríguez Zapatero recordaba que "pactar no es traicionar", este domingo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, uno de los líderes autonómicos más claros, advertía en su blog de que "si se prescinde de los apoyos de los independentistas", tal y como decidió el comité federal del PSOE, "no hay ninguna mayoría que pueda facilitar la investidura", por lo que "alguien se tiene que mover". Apuntaba así a la abstención de su partido.

Fernández Vara advierte de que si se prescinde del apoyo de los independentistas, no hay alternativa posible, y por tanto "alguien se tiene que mover"

Vara es de los que defienden la convocatoria del máximo órgano de poder del PSOE para discutir qué hacer, tesis que apoyan los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y Valencia, Ximo Puig. Este lunes, Susana Díaz, que ha guardado un largo silencio, se ve las caras con su ejecutiva regional en Sevilla, y también se esperan declaraciones incómodas para Ferraz del jefe del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán. Los críticos rechazan por completo unas terceras elecciones. Creen que un ambiente óptimo para forzar el cambio de posición del partido puede ser un batacazo en las vascas y gallegas del 25-S, que de consumarse podría conducir a movimientos para propiciar la destitución del secretario general. Un botón nuclear que, de activarse, situaría al PSOE en una guerra civil y que, a la larga, podría reforzar a Sánchez al pintarse como un "mártir" de los barones.

El líder, en cualquier caso, retoma la iniciativa y vuelve a situarse en el centro de la escena. Otra vez, para buscar una entente con los dos partidos que se declaran en las antípodas. Este lunes descubrirá su siguiente naipe.

Las cuentas de la investidura alternativa

84 diputados socialistas se sientan en el Congreso. El parlamentario número 85, Pedro Quevedo, en realidad es de Nueva Canarias, partido aliado del PSOE en las elecciones generales del 26-J (y en las del 20-D). Quevedo forma parte del Grupo Mixto. La bajada del PSOE y de Ciudadanos en junio hace que la combinación que exploró Pedro Sánchez en la pasada legislatura y que fracasó (sí de PSOE, C's y Coalición Canaria y abstención de Podemos, Compromís e IU) no baste en esta ocasión

Los grupos de Sánchez y Albert Rivera suman ahora 117 escaños (130 el 20-D), 20 por debajo de los que tiene por sí solo el PP. 

Para que Sánchez fuera investido, necesitaría, de partida, el apoyo de PSOE (85) y Unidos Podemos (71). Si Coalición Canaria (1) votara sí, PNV (5) y Ciudadanos (32) se abstuvieran y el resto -PP (137), ERC (9), la antigua Convergència (8) y EH Bildu (2)- votara no, el líder socialista lograría su objetivo en segunda vuelta. Tendría 157 votos a favor, 156 en contra y 37 abstenciones. Su elección no dependería de los independentistas ni, por tanto, tendría que asumir el referéndum de autodeterminación (salvo que los morados lo pongan de nuevo por delante como condición). Miquel Iceta, primer secretario del PSC, apostó por esta fórmula este domingo: un acuerdo con Pablo Iglesias "al que no se oponga" Ciudadanos.

En cualquier caso, Ferraz tendría que dialogar con varias fuerzas, de ahí que Óscar López indicara en 'El objetivo', programa dirigido y conducido por la periodista Ana Pastor, que su formación hablaría "con todos". Eso le supondrá tragarse un sapo: Sánchez urgió al PP a pactar con sus "afines ideológicos" de la derecha, paraguas en el que metió a los nacionalistas vascos y canarios, además del Partit Demòcrata Català (PDC).

La opción ideal para el PSOE sería concitar la aprobación de C's y Podemos: dispondría así de una mayoría sólida de 188 diputados.  

Si Rivera se quedara en el no, la investidura de Sánchez se complicaría sobremanera: necesitaría el apoyo o la abstención de ERC y la antigua Convergència. Y ello implicaría ceder en una línea roja para el PSOE: el derecho a decidir. De todas formas, Ferraz ya ha advertido de que su alternativa se construiría sobre la base de Podemos y C's. 

Hasta el pasado jueves, era una salida "muy difícil, imposible"; 24 horas después, sin embargo, las puertas se entornaban, y ahora ya están abiertas de par en par. Los socialistas quieren hablar y negociar con Podemos y Ciudadanos para hacer posible un Gobierno "del cambio". El mismo itinerario que Pedro Sánchez exploró tras el 20-D y que fracasó, pero que reivindicó en la campaña del 26-J. Aunque entonces, como ahora, esa opción de sumar a los dos emergentes sigue siendo igual de remota, habida cuenta de los rechazos mutuos. El secretario general lo sabe, pero quiere intentarlo.

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