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Los críticos de Sánchez, desconcertados y sin hoja de ruta para tomar el timón del PSOE
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HACIA LA SEGUNDA VOTACIÓN DE INVESTIDURA DE RAJOY

Los críticos de Sánchez, desconcertados y sin hoja de ruta para tomar el timón del PSOE

Barones y dirigentes lejanos a Ferraz no ocultan en privado su inquietud y su ira contra el líder, pero en público optan por la cautela: rechazan terceras elecciones y piden un periodo de reflexión

Foto: Emiliano García-Page y el presidente de la Fundación Europea para la Sociedad de la Información, el socialista Enrique Barón, este 1 de septiembre en Toledo. (EFE)
Emiliano García-Page y el presidente de la Fundación Europea para la Sociedad de la Información, el socialista Enrique Barón, este 1 de septiembre en Toledo. (EFE)

Preocupación. Desconcierto. Parálisis. Incertidumbre. El PSOE es una bomba de relojería -lo lleva siendo meses y meses-, una olla a presión que nunca acaba de explotar. Pero la lucha persiste, aunque no aflore. Los críticos no acaban de entender los movimientos de Pedro Sánchez, se hacen cruces con su comportamiento y con su resiliencia, pero por ahora no saben cómo salir del atolladero, cómo dar una vuelta a la situación sin dinamitar el PSOE. En las federaciones más distanciadas con Ferraz se es muy consciente de que el partido pasa por uno de sus momentos más delicados, que el fantasma de las terceras elecciones -y su potencialmente peligroso resultado- no es ninguna broma, pero de momento se opta por esperar, por no dejarse llevar por la "impaciencia" para no dar bazas al secretario general. Saben que cualquier paso en falso podría reforzarle de cara al congreso, que es la siguiente valla que todos tienen que saltar.

En la resaca de la primera votación de investidura la situación es más o menos como se esperaba. Una dirección federal reafirmándose en el no, ya sin apenas margen para dar marcha atrás. Y unos críticos cuyos mayores exponentes orgánicos, los presidentes regionales, intentan presionar a Ferraz insistiendo en que es necesaria la reflexión en un comité federal y que conviene debatir qué hacer, y que en todo caso no se puede abocar al país a unas terceras elecciones. Pero, según todas las fuentes consultadas, a día de hoy no está prevista ninguna declaración de guerra directa, ni que ningún barón -más allá del siempre más claro Guillermo Fernández Vara- se atreva a pedir directamente la abstención del partido y dar la cara. No solo por la reacción de la militancia, sino porque de camino hay que superar otro muro: el de las elecciones vascas y gallegas del 25-S.

Page argumenta que "puede ser determinante" lo que ocurra el 25-S, y el portavoz de Díaz subraya que es responsabilidad de todos evitar nuevos comicios

Este jueves, la imagen de cómo respira el PSOE fuera de Ferraz la dieron el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el portavoz parlamentario andaluz, Mario Jiménez. El primero subrayó que "no hay que tenerle miedo al comité federal" y que de cualquier modo, "pueden cambiar las cosas o puede ser determinante, aunque solo sea por la posibilidad de hablar, lo que pase" tras las elecciones en Galicia y Euskadi. "Nosotros tenemos derecho también a ir madurando nuestras propias posiciones en función de las muchas circunstancias que están pasando en España, que son desconocidas", aseguró el jefe del Ejecutivo manchego, en un gesto explícito de que hay que ir "piano piano, paso a paso", aguardando a que los hechos vayan decantándose y el fruto caiga maduro, sin dejarse llevar por la ansiedad.

Foto: Pedro Sánchez vota no desde su escaño en el Congreso en la primera votación de investidura de Mariano Rajoy, este 31 de agosto. (EFE)

Jiménez, voz autorizada de Susana Díaz, abogó por esperar a ver qué vías se abren cuando se consume la investidura fallida de Rajoy para decidir qué alternativa toman "todos los actores políticos" y evitar unos nuevos comicios. El dirigente ni siquiera quiso precisar si ese debate, en el PSOE, debe darse en su máximo órgano de poder, el comité federal. En la línea de Jiménez se expresó también, como viene haciendo en los últimos días, el 'president' valenciano, Ximo Puig, que reconoció estar "preocupado" por la falta de Gobierno porque para "gobernar bien" la Generalitat se necesita un Ejecutivo en Madrid "con el que poder dialogar" sobre asuntos vitales para la comunidad como la financiación autonómica o el Corredor Mediterráneo. De nuevo, pidió "reflexión, debate y conclusiones", aunque no únicamente en el PSOE, ya que todas las formaciones "han de abrir un debate nacional sobre el futuro, por dónde quiere ir España" y en consecuencia sería "ridículo" poner "el foco solo en el PSOE".

Todas las miradas sobre Pedro Sánchez antes de la votación de este 2 de septiembre

No a una "declaración de guerra"

De momento, hasta ahí llegarán los mensajes dirigidos a Ferraz. Aunque los barones de mayor peso -todos los presidentes autonómicos, a excepción de la balear Francina Armengol, afín a Sánchez, y que ya ha expresado su deseo de que intente una alternativa- cada vez se sienten más lejos del secretario general y aunque mantienen conversaciones fluidas entre ellos, entienden que no es el momento de atacar el castillo federal y dar un golpe sobre la mesa. El discurso de Sánchez el miércoles en la tribuna fue durísimo contra Rajoy, pero también lanzaba un aviso para navegantes: que no cambiaría de posición, que el voto en contra al PP se mantendría hasta el final, y que quien creyera que debía cambiarse, debería decirlo alto y claro y asumir ese coste. Oficialistas y críticos supieron deducir de sus palabras que estaba retando a quienes le discuten.

Los críticos no tienen previsto recoger firmas para forzar la convocatoria del comité federal, que la ejecutiva podría citar después de las autonómicas

Pero a priori nadie recogerá el guante. Los barones, según todas las fuentes consultadas, no tienen previsto recabar firmas para forzar la convocatoria de un comité federal. Los estatutos del PSOE dicen que el máximo órgano de poder puede ser citado por la ejecutiva o si lo pide un tercio de sus miembros -actualmente, en torno a 300-. Hacerlo, desafiar a Ferraz reuniendo rúbricas, sería interpretado como "una declaración de guerra" que ahondaría el cisma en el partido, recuerda un alto cargo territorial. Los críticos ya amagaron con ese gesto en diciembre, tras el batacazo del 20-D, pero finalmente no se llevó a término, como tampoco se forzó la celebración del congreso federal. Pero el simple ruido de sables interno erosionó la imagen de los barones -y en especial de Susana Díaz- de cara a la militancia.

Emiliano García-Page: “No hay que tenerle miedo al comité federal”

"No es el momento, no es el momento", previenen distintos dirigentes, conscientes de que se juegan mucho, porque "si además hay confrontación", Sánchez "podría activar el recurso de la consulta a la militancia, y entonces saldría el no" al PP y le reforzaría internamente. "Las finales se ganan, no se juegan, así que es mejor no hacer ruido y usar bien las cartas", completa un cargo de la máxima confianza de un importante presidente autonómico. "La firmeza de la ejecutiva en el no a Rajoy no es consecuencia de las convicciones, porque Pedro hablando de combatir el sistema económico dominante produce sonrojo, sino de la actitud macarra que ahora mismo impera en Ferraz y que nos pone a los demás en una situación difícil si no queremos dinamitar el partido, que es lo que ocurriría si respondiéramos desde su misma apelación a los bajos instintos de los afiliados", apunta a este periódico un destacado barón, irritado, que confiesa que no sabe "qué hacer", porque "todo es un disparate". "Pedro lleva tiempo jugando con fuego y apostando en plan macarra contra nuestra responsabilidad. Ya veremos a dónde nos lleva esto. Empiezo a tener dudas de que sea responsable lo que hacemos", añade esta misma fuente.

¿Quién es más responsable?

El hartazgo es creciente en las cancillerías regionales. Creen que Sánchez se aprovecha de su "prudencia" para aferrarse al cargo. Una actitud que niegan en la trinchera contraria, pues los sanchistas subrayan que quien hace "juego sucio" y quien quiere "un PSOE feudal", lleno de reinos de taifas, "y no federal", son los barones. Y que quienes no son responsables, aducen, son los críticos, con su cuestionamiento perpetuo a cualquier movimiento del líder.

Los cuadros disidentes achacan cada movimiento de Sánchez, y en concreto su persistencia en el no, a su voluntad de "supervivencia orgánica". Argumento que los fieles al secretario general devuelven, culpando a los rivales de hacer lo posible para derribarle, aunque advierten de que la gran "fortaleza" de su jefe de filas es, precisamente, su "resistencia". "Hasta ahora hemos aguantado todo tipo de presiones, internas y externas, y vamos a mantenernos así hasta el final, no nos doblegaremos", prometían responsables del equipo federal durante el pleno de investidura.

Este mismo jueves, el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, rubricaba que el no es inamovible, y que aunque habrá comité federal, aún sin fecha, puede activarse su celebración si así lo pide un tercio de sus miembros, una invitación nada disimulada a los barones para que se atrevan si quieren a desafiar la autoridad de Sánchez de frente y sin subterfugios. Para la cúpula federal, no hay mucho que reflexionar: el PSOE "no cambiará de opinión", dijo Hernando en RNE. Es más, cree "inconcebible" que el comité revierta su posición. Quienes defienden la abstención, recalcó, son "una minoría". Ferraz no quiere una cita de su máximo escalón de poder antes del 25-S.

Varios dirigentes emplazan al secretario general a que diga abiertamente qué planes tiene y si quiere conducir al país a unas nuevas generales

"Es verdad que los tiempos están corriendo a su favor -conviene un alto mando regional-. Pero lo mínimo es que dijera qué quiere hacer. Si está diciendo 'a ver quién tiene huevos de plantear la abstención', que tenga huevos también él y diga si quiere ir a terceras elecciones. Solo piensa en clave interna, habla para los militantes, y no para los votantes, no es consciente del cabreo que hay en la calle". "Que diga qué esconde detrás del no, si pretende buscar una alternativa o qué, no sea tan hipócrita", valida otro dirigente territorial. "Buscará salidas tramposas, por imposibles, para que no parezca que juega a terceras elecciones", agrega un presidente autonómico, con el mismo poso de desconfianza y de desconcierto que despiden otros cuadros. Un aroma de incertidumbre que, no obstante, también transmiten los miembros de la ejecutiva federal, que no saben qué responder cuando se les pregunta por los planes de Sánchez una vez que se consume la investidura fallida de Rajoy.

Foto: Pedro Sánchez, en su escaño en el Congreso, durante la segunda jornada del debate de investidura de Mariano Rajoy, este 31 de agosto. (EFE)

¿Pero por qué los barones no reaccionan si tan molestos están con Sánchez? En primer lugar, porque revertir el voto en contra a partir de ahora -sí había acuerdo en que el presidente en funciones tenía que estrellarse en la primera intentona- no es sencillo. Dos, porque están en el horizonte las vascas y gallegas, que como todas las elecciones paralizan la vida orgánica del PSOE, y de hecho el secretario general se enfunda este fin de semana el mono de campaña. Tres, porque, en efecto, el 25-S influye, como decía Page este jueves: bien porque puede acercar al PNV al PP, en cuyo caso Rajoy estaría a un escaño de ser reelegido, bien porque un batacazo en las dos comunidades de los candidatos socialistas, muy afines a Sánchez, pueden desgastarle internamente. Hay algunos dirigentes que plantean, por ejemplo, que si hay un hundimiento del PSOE, podría ser oportuno forzar la convocatoria del congreso para noviembre, de forma que se acudiese a unas eventuales terceras elecciones con la batalla por el liderazgo concluida, gane quien gane. Porque sí hay quien sostiene que la parálisis institucional en España no se resolverá si no se soluciona antes el conflicto interno del PSOE.

Ferraz persevera en su no y aduce que el partido está consiguiendo reconciliarse con los votantes que perdió en los últimos años de Zapatero

No solo eso. Como indican otros dos veteranos responsables, en el ánimo de los presidentes autonómicos pesa también su sentido de la "prudencia" y su realidad cotidiana: que gobiernan sus comunidades sin mayoría absoluta, y en varias de ellas con el respaldo de Podemos. "El único capital de Pedro, en cambio, es que es fuerte y resistente... mientras el PSOE se destruye y el PP crece y crecería más en terceras. Bravo", señala una reputada dirigente ya apartada de la primera línea. "No sé exactamente lo que hay que hacer, pero sí sé con exactitud que lo que haya que hacer no lo puede decidir quien nos ha llevado a este pozo", abunda uno de los notables socialistas. "Los barones, los que tienen poder orgánico y son los que pueden moverle la silla, al final son cobardes y mientras el partido permanece secuestrado en manos de Pedro y su núcleo duro", arguye un diputado nacional.

En Ferraz, mientras, se muestran convencidos de que los críticos no se atreverán a asaltar la ciudadela federal, y que su "coherencia" es apreciada por los ciudadanos. "Nos estamos reconciliando por primera vez con quienes se apartaron de nosotros por los recortes de 2010 y la reforma constitucional de 2011", valoraba este miércoles una integrante de la ejecutiva. Esas cuentas no cuadran a los críticos: "El 26-J sacamos 85 escaños, y el 20-D, 90. Lo que está claro es que no nos votan".

Vigilantes ante una eventual alternativa

Ahora que se acaba la primera parte de la película del 26-J, con la investidura fallida (salvo sorpresas) de Mariano Rajoy, los críticos con Pedro Sánchez estarán atentos a sus siguientes pasos. Sobre todo si intenta una alternativa que creen inviable y que entonces sí podría sublevarles. Ahora, no obstante, es menor la intranquilidad porque el presidente en funciones ya ha adelantado que seguirá persistiendo en su búsqueda de apoyos para lograr ser reelegido. 

Pero los recelos continúan. Y prueba de ellos son las palabras de Emiliano García-Page de este jueves. El presidente manchego recordó que el PSOE debe ser "coherente" no solo en su no al PP, sino también en su rechazo a "todo lo demás que dice la resolución" aprobada por el comité federal del 28 de diciembre, que prohibía a Sánchez dialogar con formaciones independentistas o que defienden el derecho de autodeterminación.

Y añadió que si están pidiendo al PP que "se entienda con sus aliados ideológicos" y dado el "rechazo a la derecha que defienden la mayoría de los militantes del PSOE", la coherencia debería llevar a los socialistas a "rechazar otras derechas que hay en el país, aunque sean nacionalistas", y más "si son independentistas", informa Europa Press. Y si se rechaza al PP por su corrupción, también hay que hacerlo con quien "tiene tanta o más corrupción en sus filas". Aviso a Sánchez, por tanto: no a pactar con la antigua Convergència o con ERC, o incluso con el PNV. 

El portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, apuntó tanto en RNE como en 'Al rojo vivo' (La Sexta) que la alternativa se torna "muy difícil, imposible" por el veto mutuo de Podemos y Ciudadanos, y desechó la vía de un pacto con Pablo Iglesias y los partidos nacionalistas y separatistas porque no sería bueno para el país. 

Preocupación. Desconcierto. Parálisis. Incertidumbre. El PSOE es una bomba de relojería -lo lleva siendo meses y meses-, una olla a presión que nunca acaba de explotar. Pero la lucha persiste, aunque no aflore. Los críticos no acaban de entender los movimientos de Pedro Sánchez, se hacen cruces con su comportamiento y con su resiliencia, pero por ahora no saben cómo salir del atolladero, cómo dar una vuelta a la situación sin dinamitar el PSOE. En las federaciones más distanciadas con Ferraz se es muy consciente de que el partido pasa por uno de sus momentos más delicados, que el fantasma de las terceras elecciones -y su potencialmente peligroso resultado- no es ninguna broma, pero de momento se opta por esperar, por no dejarse llevar por la "impaciencia" para no dar bazas al secretario general. Saben que cualquier paso en falso podría reforzarle de cara al congreso, que es la siguiente valla que todos tienen que saltar.

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