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Rajoy se hace a la idea de buscar una segunda investidura después de las vascas
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el bloqueo en la formación de gobierno

Rajoy se hace a la idea de buscar una segunda investidura después de las vascas

El Partido Popular presume de haber dejado fuera de su acuerdo con Ciudadanos cualquier punto indigesto para el PNV, como el cuestionamiento del régimen de concierto y cupo

Foto: El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, conversa con los diputados del PNV Aitor Esteban y Pedro María Azpiazu. (EFE)
El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, conversa con los diputados del PNV Aitor Esteban y Pedro María Azpiazu. (EFE)

Mariano Rajoy se enfrenta esta tarde al debate de investidura, con el PP hecho a la idea de un fracaso y metido en cálculos de cómo buscar otra oportunidad después de las elecciones autonómicas del 25 de septiembre en el País Vasco y Galicia. Pedro Sánchez, con los 85 diputados del PSOE que le dan la clave de la gobernabilidad, se ha reafirmado en su "no es no" que hace inútil la suma de fuerzas de los 137 populares con los 32 de Ciudadanos y la representante de Coalición Canaria: 170 escaños en total.

[Sigue en directo la sesión de investidura de Mariano Rajoy]

Presiones internas que puedan forzar algún cambio de última hora en el PSOE aparte, en la dirección del PP reconocen que el próximo paso que facilitaría el desbloqueo institucional son los resultados de los comicios vascos. Si el PNV necesita el apoyo o la abstención de los populares para seguir en el poder después de esas elecciones, sus cinco diputados en el Congreso podrían sumarse a la mayoría de centro derecha, hasta alcanzar los 175 escaños, a solo uno de la mayoría absoluta.

Según las teorías manejadas en la dirección de los populares, ese dato aumentaría aún más la presión sobre los socialistas (menos sobre el irreductible Sánchez) al quedarse en el no con la izquierda populista y los distintos grupos independentistas, catalanes y batasunos. El factor de las elecciones autonómicas vascas se multiplicaría en influencia en el caso de que el PNV necesite la ayuda del PP y del PSOE juntos para hacer frente a un hipotético frente secesionista y antisistema formado por Podemos y Bildu.

En el PP, presumen de haber dejado fuera del acuerdo con Ciudadanos cualquier punto que sea inasumible para los nacionalistas vascos. No se cuestiona en el texto el sistema de financiación de la comunidad autónoma, el concierto y el cupo, lo que abre el habitual canal de entendimiento que siempre han tenido los gobiernos en minoría, desde Felipe González a José María Aznar, para contar con el apoyo de los nacionalistas vascos.

El PNV fue uno de los primeros partidos con los que habló la dirección del PP después de las elecciones generales del 26 de junio. Mantienen buenas relaciones institucionales entre aparatos y, como apuntan en el Grupo Popular, son ya "los únicos serios, de los que uno se puede fiar, discretos y que cumplen con la palabra dada".

En la dirección del PP reconocen que el próximo paso que facilitaría el desbloqueo institucional son los resultados de las elecciones del País Vasco

El problema entre ambos partidos constatado en junio es que llegaban las elecciones autonómicas en otoño y no se podía contar con el PNV para el sí a la investidura de Rajoy en plena precampaña, aunque sí hablar luego de colaborar en los grandes proyectos legislativos, el primero el de los Presupuestos del Estado.

Rajoy ya ha advertido al PSOE de que, una vez consumada la venganza de Sánchez (devolver el golpe de la derrota que él sufrió en marzo pasado al presentarse en el Congreso con los 130 síes de socialistas y riveristas), él volverá a la carga las veces que sea necesario para pedir su abstención y que le dejen gobernar.

El presidente del Gobierno encaja de antemano su desgaste, con todos sus portavoces empeñados en quitarle importancia al previsible fracaso parlamentario con el argumento de que lo que está en juego es que España recupere la normalidad institucional y queden garantizadas la recuperación económica y la creación de empleo. Aprovechará la sesión para señalar a Sánchez como culpable del bloqueo y pedir al PSOE que cumpla con su cuota de responsabilidad, lo mismo que proponen la vieja guardia socialista y los barones del partido, a los que se suponía con peso interno en la organización.

Si no hay sorpresas de última hora en el PSOE, Rajoy será rechazado como aspirante a la presidencia del Gobierno por el bloque de la izquierda (PSOE y Podemos) más los partidos nacionalistas e independentistas, que suman 180 escaños. El candidato del PP perderá pese a los 170 síes que ha reunido. Los socialistas Felipe González en 1989 y José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 resultaron investidos con menos votos: 167 y 169 respectivamente.

Mariano Rajoy se enfrenta esta tarde al debate de investidura, con el PP hecho a la idea de un fracaso y metido en cálculos de cómo buscar otra oportunidad después de las elecciones autonómicas del 25 de septiembre en el País Vasco y Galicia. Pedro Sánchez, con los 85 diputados del PSOE que le dan la clave de la gobernabilidad, se ha reafirmado en su "no es no" que hace inútil la suma de fuerzas de los 137 populares con los 32 de Ciudadanos y la representante de Coalición Canaria: 170 escaños en total.

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