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Populares y socialistas tienden puentes en el Congreso pese al bloqueo de Sánchez
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tras EL "NO ES NO" Y LA ABSTENCIÓN DE CIUDADANOS

Populares y socialistas tienden puentes en el Congreso pese al bloqueo de Sánchez

En el PP aseguran que ni Rivera ni sus portavoces plantean a Rajoy que se retire, que se limitan a decirlo a los medios para ganar tiempo a la espera de que Sánchez se moje

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE)

Sin movimientos conocidos desde el encargo del Rey a Mariano Rajoy para que intente formar Gobierno, el Partido Popular se ha hecho a la idea de mantener el cortejo o el cerco de presión sobre el PSOE y Albert Rivera durante las primeras semanas de agosto para que cesen en el bloqueo institucional: el "no es no" de Pedro Sánchez y la abstención inútil de Ciudadanos. Las primeras bazas son un nuevo documento de bases de negociación, con más detalle sobre la reforma de la LOMCE, el modelo de financiación autonómica e incluso la legislación laboral, y las fluidas relaciones entre los grupos parlamentarios popular y socialista, metidos en el reparto de papeles en el Congreso

El jefe del Ejecutivo en funciones ha ordenado mantener la actividad en el Gobierno y en la dirección del PP durante el mes de agosto una vez constatado que socialistas y riveristas se cierran en banda para prolongar el periodo de ingobernabilidad todo lo posible. Tal y como anunciaron después de los comicios del 26-J, no están dispuestos a dar facilidades para que arranque la legislatura, y menos para que Rajoy repita en La Moncloa.

Sánchez no descarta intentar una mayoría alternativa, la "investidura Frankestein" que dice Alfredo Pérez Rubalcaba, y Rivera sigue en el mismo veto personal al presidente del PP con el que ya concurrió a los comicios de anteriores, los del 20-D. En el PP asumen que ambos comparten el objetivo de una sesión de investidura con garantías de fracaso para Rajoy que les sirva para relanzar sus respectivos proyectos personales. Pero no están para broncas de tipo electoral e insisten en que su respuesta será la invitación a negociar y la denuncia del bloqueo que amenaza en desembocar en unas terceras elecciones.

En fuentes del Gobierno y del Grupo Popularm se agarran al hecho de que las relaciones personales y parlamentarias con los socialistas y los riveristas, lejos de estar rotas, son mejores que en la legislatura fallida. Se ha constatado en las negociaciones para formar la Mesa del Congreso. El PSOE se limitó a quedarse al margen y eludió entrar en las maniobras de Podemos contra el PP frente al acuerdo de los populares y de Ciudadanos.

Además, ya están en marcha y van por buen camino las conversaciones entre los dos principales grupos del Congreso para el reparto de comisiones, puestos, asesores, presupuestos y demás cuestiones internas en todos los órganos de la Cámara. Las conversaciones entre portavoces y secretarios generales del PP y del PSOE se desarrollan como si la legislatura se fuera a poner en marcha ya, y con toda normalidad a partir de septiembre, aseguran fuentes del Congreso.

Según comentan en el PP, la dirección del PSOE, en pleno desconcierto interno, juega a todas las barajas. El equipo de Sánchez -dicen- es capaz de tantear las posibilidades de encabezar un frente anti-Rajoy con Podemos y los nacionalistas (y hasta con Rivera), mientras su grupo parlamentario se hace a la idea en el Congreso de negociar con los populares dando por hecho que se constituyen en oposición a un futuro Gobierno del PP.

"Un día sí y otro no, pero a los periodistas"

Albert Rivera tampoco se ha movido de su posición de bloqueo inicial porque sólo su "sí" serviría para algo si puede ayudar a la abstención del PSOE. En el Ejecutivo y en el Grupo Popular aseguran que el presidente de Ciudadanos no ha planteado a Rajoy en ninguna de sus entrevistas personales la posibilidad, conveniencia o sugerencia de que retire su candidatura a la Presidencia del Gobierno como precio para apoyar a otro dirigente del PP. Y que tampoco lo hacen los portavoces de Ciudadanos a los del Grupo Popular. "Se lo dicen un día sí y otro no, o según, pero a los periodistas", comentan.

En los mismos medios sostienen que el veto (ante los medios) de Rivera a Rajoy ya no tiene el visto bueno de los grupos empresariales y bancarios que en su día apoyaron el salto de Ciudadanos a la política nacional o respaldaron la operación alternativa al presidente del PP, lo que Pablo Iglesias llamó la "operación Menina". Ahora preferirían que Rivera apoyara la gobernabilidad, pero al presidente de C's le está costando pasar del 'sí' a Sánchez al 'sí' a Rajoy en sólo cuatro meses y por eso prefiere alargar el proceso y esperar a que se moje primero su antiguo socio socialista, aunque haya que esperar todo el mes de agosto.

Sin movimientos conocidos desde el encargo del Rey a Mariano Rajoy para que intente formar Gobierno, el Partido Popular se ha hecho a la idea de mantener el cortejo o el cerco de presión sobre el PSOE y Albert Rivera durante las primeras semanas de agosto para que cesen en el bloqueo institucional: el "no es no" de Pedro Sánchez y la abstención inútil de Ciudadanos. Las primeras bazas son un nuevo documento de bases de negociación, con más detalle sobre la reforma de la LOMCE, el modelo de financiación autonómica e incluso la legislación laboral, y las fluidas relaciones entre los grupos parlamentarios popular y socialista, metidos en el reparto de papeles en el Congreso

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