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El PP cree que Sánchez trama una "investidura frankenstein" contra Rajoy
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el bloqueo en la formación de Gobierno

El PP cree que Sánchez trama una "investidura frankenstein" contra Rajoy

Después de los contactos públicos y privados de Rajoy, en el Gobierno dicen que Sánchez busca una investidura fallida para encabezar después una alternativa de frente anti-PP

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, antes de la reunión que mantuvieron el pasado día 13. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, antes de la reunión que mantuvieron el pasado día 13. (EFE)

Después de la primera ronda de contactos, públicos y privados, de Mariano Rajoy para buscar apoyos para su investidura como presidente del Gobierno y la posterior del Rey con todos los representantes políticos, en el Partido Popular están convencidos de que Pedro Sánchez quiere buscar una mayoría alternativa, un frente anti-PP, para llegar al poder. Sería lo que Alfredo Pérez Rubalcaba llamó en su día "una investidura frankenstein", con votos de todos los colores, de Podemos a los nacionalistas vascos y catalanes. Rozan la mayoría absoluta.

Según fuentes gubernamentales, esa operación explica la insistencia del secretario general de los socialistas en el bloqueo institucional en vez de negociar y las prisas para que Rajoy vaya a un pleno cuanto antes y con garantía de fracaso. Luego se presentaría él como solución alternativa para los 181 diputados del 'no' al candidato del PP convenientemente desgastado.

El propio Sánchez ha insistido en los últimos días en que si el presidente del Gobierno en funciones fracasa en una sesión de investidura (y de solo de su abstención depende que no lo haga) él estará en la solución. Y después de su entrevista con el Rey, igual que Rajoy no quiso confirmar que someterá a votación su candidatura, tampoco el dirigente socialista descartó que vaya a buscar esa mayoría alternativa.

Es el mismo movimiento que Sánchez tenía previsto hacer después de las elecciones del pasado 20 de diciembre, pero ni el presidente del PP quiso ir por delante a la derrota parlamentaria segura, ni su partido le dejó pactar con Podemos y los separatistas, ni a Pablo Iglesias le interesó ayudarle a llegar a La Moncloa.

Las indignadas reacciones socialistas a la última 'gallegada' de Rajoy al aceptar el encargo del Rey pero dejar en el aire la posibilidad de presentarse o no a la investidura según tenga apoyos han confirmado en medios gubernamentales la creencia de que Sánchez quiere volver a las andadas. "Es la única explicación, primero necesitaba tiempo para pensar, luego desaparece para que no le presionen y ahora no aclara en lo que está", aducen en las mismas fuentes, también en defensa del tacticismo de su jefe, pero convencidos de que el dirigente socialista está en la formación de ese gobierno alternativo "o apuesta por las terceras elecciones".

La diferencia con el frustrado plan de 20-D es que esta vez Podemos carga con la frustración de haber fracasado en su objetivo inmediato de ponerse por delante del PSOE, hay una línea de entendimiento en el Congreso a través de Íñigo Errejón y sectores del Partido Socialista dispuestos a apoyar el proyecto del frente de izquierdas que incluya a los nacionalistas más próximos. Además, el portavoz de la antigua Convergencia en el Congreso, Francesc Homs, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar han animado a Sánchez a intentarlo. Suman 169 diputados (los mismos que PP y Ciudadanos), y siempre tienen de margen para negociar con los nueve de ERC más el voto de Coaliciación Canaria.

Ese conglomerado de posibles socios para tejer una alternativa a un nuevo Gobierno de Rajoy es lo que Rubalcaba denominó el mes pasado en los cursos de verano de El Escorial una "investidura frankenstein y no un gobierno de izquierdas". Es opinión despectiva de la vieja guardia del PSOE y de los principales barones del partido que reconocen, en público o en privado, que al final los socialistas tendrán que abstenerse, dejar gobernar al PP y recomponer filas y proyecto desde la oposición. Y de que se imponga esa idea o no entre los socialistas depende ahora, igual que desde la noche electoral del 26-J, la investidura de Rajoy.

Después de la primera ronda de contactos, públicos y privados, de Mariano Rajoy para buscar apoyos para su investidura como presidente del Gobierno y la posterior del Rey con todos los representantes políticos, en el Partido Popular están convencidos de que Pedro Sánchez quiere buscar una mayoría alternativa, un frente anti-PP, para llegar al poder. Sería lo que Alfredo Pérez Rubalcaba llamó en su día "una investidura frankenstein", con votos de todos los colores, de Podemos a los nacionalistas vascos y catalanes. Rozan la mayoría absoluta.

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