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Sánchez ratifica a Rajoy que votará en contra y le insiste en que vaya a la investidura
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LA DIFÍCIL FORMACIÓN DE GOBIERNO

Sánchez ratifica a Rajoy que votará en contra y le insiste en que vaya a la investidura

El líder socialista adelanta en su conversación telefónica con el presidente cuáles serán los cimientos que construirán su entrevista del próximo martes. No hay novedades en la posición del partido

Foto: Pedro Sánchez se dirige con su número dos, César Luena, a la sala de prensa del Congreso tras la audiencia con el rey Felipe VI, este 28 de julio. (EFE)
Pedro Sánchez se dirige con su número dos, César Luena, a la sala de prensa del Congreso tras la audiencia con el rey Felipe VI, este 28 de julio. (EFE)

Segunda reunión desde el 26-J entre los dos principales líderes políticos del país, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y presumiblemente con el mismo resultado. El presidente en funciones y el secretario general del PSOE se verán de nuevo frente a frente en el Congreso casi tres semanas después de su primera cita y no hay ningún cambio de posición en el horizonte. El jefe del Ejecutivo comprobará que no podrá contar con el principal partido de la oposición porque votará en contra de su reelección. Y además oirá de él su exigencia de que acuda a la investidura y no pegue otra vez la espantada.

Rajoy llamó a Sánchez para darle cuenta de la actuación del Gobierno ante el desafío soberanista en Cataluña, cuya novedad radica en la petición al Tribunal Constitucional de que remita a la Fiscalía por un delito de desobediencia el comportamiento de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, lo que supone la apertura de la vía penal. Ambos, además, quedaron en verse el próximo martes, 2 de agosto, en la Cámara Baja. No causa esa cita recelos en la dirección del PSOE, que apenas unos minutos después de que el presidente anunciara que aceptaba la encomienda del Rey, prometió que acudiría a todas las entrevistas a las que se les llamase. Pero Sánchez, para evitar "malentendidos", le expresó "sin ambages" a Rajoy dos ideas fundamentales, según confirmaron fuentes del entorno del secretario general a El Confidencial. La primera: su exigencia clara de que se presente a la investidura, para cumplir así con su "obligación constitucional" y por respeto a las instituciones. Y la segunda, que siga "explorando" el camino que abrió para la conformación de la Mesa del Congreso y se entienda con quienes son sus "afines ideológicos".

El secretario general también avanza al presidente que no cabe ningún tipo de negociación con el PSOE y que ha de buscarse sus apoyos en otro lado

En la cúpula socialista sorprendió y enojó, a partes iguales, que Rajoy no se comprometiera a someterse a la confianza de la Cámara si comprobaba que no tenía los respaldos suficientes para resultar reelegido. No conviene "adelantar acontecimientos", aseguró el presidente en funciones cuando los periodistas le preguntaron directamente. "Si consigo los apoyos, puede pasar una cosa, y si no lo consigo, pueden pasar dos", que vaya o no al debate, abundó después en conversación informal con periodistas. Que sembrara la duda encolerizó al PSOE, que enseguida le recordó la literalidad del artículo 99.2 de la Constitución -"el candidato propuesto" por el Rey "expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara"- y el 170 del reglamento del Congreso, que obliga a su presidente a "convocar" el pleno de investidura. De modo que si Rajoy renuncia, afirmó el mismo jueves el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, sería "inconstitucional", "irresponsable" e "inaceptable".

Sin fecha para el debate de investidura

Que se acerque a sus afines

Este viernes, el PSOE añadió presión a través de su diputada y exmagistrada del Tribunal Supremo Margarita Robles. Si el presidente en funciones decide no ir al pleno por falta de apoyos, entonces tendría que "presentar de forma irrevocable su dimisión", dijo hasta en dos ocasiones ante los medios. Robles subrayó que el primer obligado al acatamiento de las leyes es el jefe del Ejecutivo, por lo que no vale una "aceptación" del mandato del Rey "condicionada": ha de ir "inexcusablemente", le guste más o menos.

Margarita Robles asegura que si el candidato renuncia a someterse a la confianza de la Cámara, debe presentar su dimisión de forma "irrevocable"

Los socialistas no van a soltar la presa en ningún caso. No quieren que Rajoy huya y se ahorre una previsible somanta de palos de los grupos. Sánchez podría así resarcirse del mal sabor que le dejó su propia investidura fallida, el 2 y el 4 de marzo. De hecho, si hubo un mensaje claro que trasladó el secretario general a Felipe VI en su audiencia del jueves fue ese, que el líder del PP debía someterse a la confianza de la Cámara como fuerza ganadora el 26-J, y eso que compareció antes del desenlace de la ronda de contactos del jefe del Estado. El dirigente socialista pintó la investidura como un fin en sí mismo, al margen del resultado, porque pone en marcha "el motor de la democracia", al arrancar la cuenta atrás hacia nuevas elecciones desde la primera votación.

Foto: Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante los medios en el Congreso, tras su reunión con el Rey. (Reuters)

Sánchez también confirmó a Rajoy que no habrá ningún cambio en el sentido de su voto: no a su reelección, porque no puede "apoyar aquello que quiere cambiar". Y, como ya también hizo en la rueda de prensa, animó al presidente a que busque sus apoyos en Ciudadanos, PNV y la antigua Convergència, y no en el PSOE.

El PSOE cree que “no hay vacío legal” en la Constitución y pide a Mariano Rajoy que se presente a la investidura

El camino de la abstención sigue lejísimos en los planes de los socialistas. Es cierto que el secretario general no la descartó al cien por cien ante los informadores, pero también dio muestras de que esa puerta está cada vez más cerrada. Más rotundos vienen siendo sus portavoces autorizados. En cualquier caso, el debate sobre una hipotética abstención no reverdecerá en el PSOE hasta que el PP amarre el sí de los 32 diputados de Ciudadanos, una opción que todavía ni asoma en el horizonte. Albert Rivera ha defendido reiteradamente que su partido ya ha transitado del no inicial a la abstención por responsabilidad, y que deberán ser otros los que deben cambiar. La formación naranja sigue poniendo por delante, para mudar al sí, un cambio de equipos y de políticas que comienza por el relevo de Rajoy, pieza que el PP no está dispuesto a ceder. En consecuencia, si C's no transforma su "abstención técnica" en segunda votación a un apoyo activo, el PSOE no se moverá en ningún caso de su rechazo al candidato popular.

La vía del Gobierno alternativo

"El PSOE ya ha dicho lo que va a hacer. La pelota está en el tejado de Rajoy -recordaban este viernes fuentes próximas a Sánchez-. Es él quien tiene que decir si va o no a la investidura, qué programa va a defender y con qué partidos piensa asentar la gobernabilidad". En el círculo del líder explicaban su indefinición como producto de la "prudencia" de su cargo y porque, a fin de cuentas, "todos juegan sus cartas", y no es momento de mostrar todas.

La cercanía de las vascas, el 25 de septiembre, parece alejar la hipótesis de una eventual abstención. El PSE cree que incluso el PNV puede apoyar al PP después

Hay un elemento adicional, y nuevo, que hace pensar que la eventual abstención del PSOE es cada vez más improbable: la convocatoria de las elecciones vascas para el 25 de septiembre, anunciada este viernes por el lehendakari, Iñigo Urkullu. Como aseguraban fuentes muy próximas a la secretaria general de los socialistas de Euskadi y candidata a la Presidencia del Gobierno autonómico, Idoia Mendia, si antes había "pocas opciones" de que el partido facilitara in extremis el Ejecutivo a Rajoy, "ahora menos". La reflexión de este alto cargo del PSE tiene valor porque además es una federación muy monolítica y muy cercana a Sánchez. Conceder la abstención al PP daría bazas a Unidos Podemos, primera fuerza en el País Vasco en votos y escaños el 26-J. En el PSE no descartan tampoco que el PNV se acerque a los populares a partir de los comicios, sobre todo si los necesita para mantener a Urkullu en Lehendakaritza.

Iñigo Urkullu adelanta las elecciones vascas al 25 de septiembre

El secretario general acudirá el martes a su entrevista con Rajoy con una hipótesis que él mismo engordó el jueves: la posibilidad de que intente liderar un Gobierno alternativo. En buena parte de su ejecutiva y en los territorios críticos siguen considerando "muy difícil" ese escenario, porque los números son enormemente complicados, mucho más que en diciembre, y la opción que él defendió como más plausible, la de una alianza con Podemos y Ciudadanos, es casi descartable porque ambas formaciones mantienen su veto mutuo vivo.

Garzón sigue apretando

La vía que Sánchez no exploró entonces y que seguiría teniendo abierta, en caso de que recibiera el encargo de Felipe VI, es la de un pacto con Pablo Iglesias y fuerzas nacionalistas e independentistas. La opción a la que le anima Unidos Podemos. Este viernes uno de sus portavoces adjuntos, Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, aprovechó la rendija de la ambigüedad calculada del líder socialista. Le emplazó a formar "ya" un Ejecutivo alternativo, a que no se "resigne" a su papel de oposición, porque "no lo tendría tan difícil" para conseguir la Moncloa. "Tiene que escuchar a los partidos nacionalistas y de izquierdas, que le brindamos la oportunidad de ser presidente", siempre y cuando deje su "partida de póquer" con Ciudadanos, subrayó Garzón ante los medios en el Congreso. El jefe de IU, a diferencia de Iglesias, que considera que no tiene que tomar la iniciativa, tiene una actitud más proactiva, y se ofreció a mediar, como hizo el martes, entre el PSOE y otras fuerzas.

El líder de IU emplaza a Sánchez a formar "ya" un Ejecutivo de progreso, que no se "resigne" a su papel de oposición. Rechaza la combinación con C's

Garzón dejó manifiestamente claro que no es una opción la suma de los socialistas con Unidos Podemos y Ciudadanos, la fórmula por la que apostaron los 450 firmantes de un manifiesto divulgado este jueves, y que suscribe un dirigente muy reconocido de IU como Gaspar Llamazares. El coordinador dio la "bienvenida" a la apertura de debates, pero recordó que esa no es la postura de IU, que es la de una apuesta por un Ejecutivo de progreso que "no esté subordinado a los votos de la derecha, de Ciudadanos y del PP".

Alberto Garzón acusa a Mariano Rajoy de deteriorar “profundamente” las instituciones

La formación naranja, por su parte, no ve tampoco la vía de un Ejecutivo que no esté encabezado por el PP. Ahora bien, como advirtió este viernes el secretario general del grupo, Miguel Gutiérrez, Ciudadanos no negociará con Rajoy porque su cesión, la abstención, ya está hecha. El partido coincide con el PSOE en apremiar al presidente a acudir a la investidura, porque lo contrario "generaría más confusión". Pese a todo, Gutiérrez se mostró convencido de que no se llegará al esperpento de un candidato sin debate, así que se presentará porque "no puede hacer otra cosa que cumplir la ley".

Más de un mes después de las últimas generales y ya con un mandato del Rey en marcha, la nebulosa sigue. El panorama sigue igual de bloqueado, y sin visos de que vaya a desatascarse pronto.

Segunda reunión desde el 26-J entre los dos principales líderes políticos del país, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y presumiblemente con el mismo resultado. El presidente en funciones y el secretario general del PSOE se verán de nuevo frente a frente en el Congreso casi tres semanas después de su primera cita y no hay ningún cambio de posición en el horizonte. El jefe del Ejecutivo comprobará que no podrá contar con el principal partido de la oposición porque votará en contra de su reelección. Y además oirá de él su exigencia de que acuda a la investidura y no pegue otra vez la espantada.

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