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La maniobra de Iglesias con Domènech complica el deseo del PSOE de retener la Mesa
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La maniobra de Iglesias con Domènech complica el deseo del PSOE de retener la Mesa

Podemos postula al portavoz de En Comú para hacer elegir a los socialistas, una jugada que levanta nuevos recelos en el equipo de Sánchez. Pero la negociación para el Congreso sigue abierta

Foto: El presidente del Congreso, Patxi López, conversa con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el pasado 19 de abril en la Cámara Baja. (EFE)
El presidente del Congreso, Patxi López, conversa con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el pasado 19 de abril en la Cámara Baja. (EFE)

El sueño del PSOE de mantener la presidencia del Congreso en sus manos podría romperse. Alejarse. No solo por el acercamiento de Ciudadanos al PP, sino también porque el último movimiento de Pablo Iglesias, apostando claramente por Xavi Domènech, el portavoz de la confluencia catalana, En Comú Podem, para la jefatura de la Cámara, complica las aspiraciones socialistas, que contemplan como única salida para mantener el puesto un pacto a tres con las dos formaciones emergentes. Pero las conversaciones no se han cerrado y nada impide que todo pegue un vuelco de última hora, sobre todo si C's rompe finalmente con el PP por discrepancias con los nombres propuestos. Un primer termómetro de las negociaciones lo proporcionará la reunión de Pedro Sánchez con su ejecutiva federal primero y con su grupo de diputados y senadores después, este lunes por la mañana, horas antes de que Mariano Rajoy haga lo propio con la junta directiva nacional del PP. Las horas se agotan, porque las Cortes Generales se constituyen el martes a las 10 horas.

[Lea aquí: Cómo se elige al presidente del Congreso]

En vista de que el presidente en funciones no había cerrado ningún acuerdo con Albert Rivera, ni tampoco avanzaron nada sobre la Mesa del Congreso, los socialistas abrieron las conversaciones con Podemos y Ciudadanos, para arrebatar así la presidencia de la Cámara Baja al PP y repetir el esquema de la pasada legislatura, con una correlación de fuerzas semejantes. Si en la pasada (y cortísima) XI Legislatura, los conservadores disponían de tres de los nueve asientos del órgano de gobierno del Congreso, por los dos del PSOE -uno de ellos, el de presidente, en manos del exlendakari Patxi López-, dos de Podemos y sus confluencias y dos de Ciudadanos, en esta, en la XII, según la idea de Ferraz, podría llegarse al siguiente reparto: cuatro para el PP (son las sillas que les dan automáticamente sus 137 escaños: dos vicepresidencias y dos secretarías), dos para el PSOE (presidencia incluida), dos para Podemos y uno para la formación naranja. La balanza estaría ligeramente inclinada hacia la derecha, puesto que antes y ahora PP y C's llegarían a la mayoría absoluta de la Mesa, cinco de los nueve sillones.

El PSOE abrió negociaciones con los dos emergentes para hacerse con la jefatura de la Cámara y propiciar un reparto de la Mesa semejante al anterior

Pero para poder quedarse con la jefatura de la Cámara, los socialistas necesitarían trenzar un pacto con los dos emergentes, forzosamente. Un reto complicado, visto el veto mutuo, pero que Sánchez quiso asumir, y así lo explicitó tras despachar con Rajoy. El 13 de enero, cuando se constituyó el anterior Congreso, López consiguió la presidencia gracias al acuerdo de su partido con Albert Rivera. Entonces esa suma bastaba, porque sus 130 escaños superaban a los 123 del PP. Ahora esa alianza es insuficiente para Pedro Sánchez, por lo que el auxilio de Podemos resulta imprescindible. Y esa pata es la que este domingo flaqueó.

La elección del presidente del Congreso, ensayo de futuras alianzas políticas

El PSOE traslada su malestar

Mientras permanecía abierta la vía de diálogo del PSOE con el partido morado a través de su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, Pablo Iglesias exploraba otro camino: promover la candidatura de Domènech y conseguir el apoyo de fuerzas nacionalistas y soberanistas. El reglamento del Congreso permite que se puedan proponer distintos aspirantes a la jefatura de la Cámara, pero si ninguno consigue la mayoría absoluta (176 votos) a la primera, solo pasan a la segunda vuelta los dos con más respaldos. El objetivo de Iglesias era hacer que a la segunda ronda llegaran el candidato auspiciado por el PP y Domènech, para obligar así al PSOE a tener que elegir entre ambos.

Iglesias señala que si el Parlamento tiene a Domènech al frente, será "más fraternal y plural" y acercará la posibilidad de un Ejecutivo alternativo al PP

La operación, adelantada por 'El País' y 'La Vanguardia', fue confirmada vía comunicado por En Comú Podem, y después con un mensaje en Facebook del propio Domènech, al que Iglesias respondió mostrando su respaldo en Twitter, afirmando que con el portavoz catalán al frente, habría un Parlamento "más fraternal y plural" y "estaría más cerca" un Gobierno alternativo al PP. El secretario general del partido morado intentaba mostrar así mano tendida al PSOE, aunque realmente buscaba forzarle elegir descolgándose una iniciativa con la que Ferraz no contaba.

De hecho, antes de que En Comú lanzara su comunicado, el portavoz socialista, Antonio Hernando, según fuentes de su entorno, trasladó a su homólogo de Podemos, Íñigo Errejón, el malestar del partido por una operación que no le había anticipado. Este le contestó que eran conversaciones "prospectivas". Poco después, sin embargo, la confluencia catalana e Iglesias confirmaron la apuesta, lo que hizo que aumentara la desconfianza de los socialistas. Distintos dirigentes apreciaban que el paso de Podemos complicaba las cosas, que las negociaciones para hacerse con la presidencia de la Cámara adquirían "mala pinta".

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No obstante, tampoco Iglesias parece haber logrado su objetivo. Uno de sus potenciales y necesarios aliados, ERC, se desvinculó de la iniciativa, tal como reflejaron su portavoces en el Congreso, Joan Tardà y Gabriel Rufián, en respuesta a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, principal referente institucional de En Comú. "Por favor, no enmerdéis a ERC en vuestras negociaciones con el PSOE y la de estos con Ciudadanos y el PP". Colau replicó: "Si por enmerdar entiendes hacer una alternativa al PP, pues sí, nos conviene a todos 'enmerdarnos'. ¿Y si no para qué nos hemos presentado?". Los republicanos no se apearon de su posición: "Para que Xavier Domènech sea presidente, es necesario el sí del PSOE en segunda vuelta. Ergo, explicad qué habéis ligado con ellos. Si no, nos estáis enmerdando a todos", escribió Tardà en Twitter. Tardà aseguró a este diario que su grupo no decidiría su voto hasta ver qué hacen los cuatro grandes partidos.

La jugada de Podemos recuerda a la de enero: entonces Iglesias postuló a Carolina Bescansa, pero no recibió más apoyos que los suyos y los de los dos diputados de IU-Unidad Popular. La diferencia es que entonces el PSOE no negociaba con la formación morada, porque pactó con C's y este con el PP.

Fuentes de la cúpula socialista decían no esperar "nada" de Podemos -"Esto es consustancial a ellos: sin reglas, sin compromisos..."-, aunque no descartaban un cambio de postura de última hora, "porque ellos no se sienten constreñidos por lo que acaban de hacer un minuto antes". No obstante, el PSOE no había prometido nada a Iglesias a cambio de su apoyo a López, porque los dos puestos en la Mesa -una vicepresidencia y una secretaría- los tiene la formación emergente con sus votos, sin necesitar a nadie más. El PSOE también considera cerrado el debate de facilitar grupo a las tres confluencias (En Comú, En Marea y A la Valenciana), porque el reglamento actual de la Cámara lo impide. Los de Sánchez tampoco están por la labor de conseguir la presidencia con Podemos y los nacionalistas. Fuentes próximas a Iglesias guardaban silencio y repetían que la apuesta de este domingo era la de Domènech. En ese caso, el PSOE no apoyará esa propuesta.

La clave está en C's

Pero la respuesta importante que aún aguardaban los socialistas era la de Ciudadanos. Si estos dan portazo definitivo, sus esperanzas quedarán frustradas, así como el último intento para convencer a Iglesias. En la dirección del grupo creían que el acercamiento de Rivera con el PP puede ser real, e igualmente la posibilidad de que un diputado naranja -el asturiano Ignacio Prendes, ex de UPYD, está en las quinielas- presida la Cámara. En este último caso, el PSOE no votaría a favor del aspirante de C's porque entiende que su elección es producto de un acuerdo con los populares en la que no hace falta su voto. Si los conservadores impulsaran a un candidato suyo para el Congreso, como Dolores de Cospedal -el nombre que en la noche del domingo circulaba y que Rivera podría vetar-, los socialistas lo rechazarán. Esta es otra premisa: Sánchez no quiere negociar nada con el PP, nada que se pueda interpretar como un gesto de cara a la investidura de Rajoy, para la que mantiene férreamente su no, máxime cuando Rivera no ha girado de la abstención al apoyo directo al presidente en funciones, ni contempla hacerlo por ahora, según explicó a 'Abc'.

La ejecutiva de este lunes aprueba la composición de las direcciones de los grupos en Congreso y Senado: se apunta a la "continuidad" salvo casos puntuales

Si finalmente el PSOE no logra atar ningún pacto, lo probable, según fuentes de la dirección, es que los 84 diputados (85 si se cuenta al de Nueva Canarias) voten a su candidato frente al PP y Domènech. Otra alternativa es que el partido no presente aspirante para así no quemarlo.

En la reunión de la ejecutiva federal de este lunes, también se aprobará la propuesta de aspirantes a las mesas de Congreso y Senado -de ahí que Sánchez tenga que saber si su principal peón, Patxi López, tiene opciones o no de repetir- y la composición de las direcciones de los socialistas en las dos Cámaras, que serán ratificadas a partir de las 12 en la cita conjunta de diputados y senadores. Todas las fuentes consultadas, tanto en Ferraz como en los territorios, apuntan a la "continuidad" de los responsables (al menos hasta el próximo congreso del partido), salvo casos muy puntuales. Eso implica que Antonio Hernando y Óscar López, los dos hombres de la total confianza de Sánchez, seguirán siendo los portavoces en Congreso y Senado. En la Cámara Baja, el malagueño Miguel Ángel Heredia continuará como secretario general del grupo parlamentario, y como portavoces adjuntos se mantienen Isabel Rodríguez (Castilla-La Mancha), José Luis Ábalos (Valencia), Sofía Hernanz (Baleares) y Marisol Pérez (Extremadura). En la cuota del PSC hay cambio forzoso: la exministra Carme Chacón no repitió de cabeza de lista por Barcelona el 26-J, y fue relevada por Meritxell Batet, secretaria de Estudios y Programas de la ejecutiva. En Ferraz y en el PSC dan por hecho que Batet, mujer muy cercana a Sánchez, se incorporará a la cúpula parlamentaria del Congreso.

En el Senado, acompañarían a Óscar López los mismos dirigentes: la asturiana Luisa Carcedo como número dos y como portavoces adjuntos Francisco Menacho (Andalucía), Matilde Valentín (Castilla-La Mancha) y Quico Martínez-Aldama (La Rioja).

Este lunes se conocerá cómo arranca la XII Legislatura y se divisarán los primeros pasos. Si la entente entre PP y C's se encasquilla a la primera o echa a andar, y si el PSOE le asesta una primera bofetada a Rajoy o se bate en retirada. Todo puede pasar, todo estaba abierto a última hora de este domingo.

¿Cómo se elige la Mesa del Congreso?

La Mesa del Congreso (y la del Senado) es el órgano rector de la Cámara, que se encarga de una función tan fundamental -y tan política a la vez- como la calificación de iniciativas. O sea, la admisión o no admisión a trámite. Además, se ocupa del gobierno interior del Parlamento, elaborar el presupuesto de la Cámara y programar sus líneas generales de actuación. Una de sus primeras decisiones es dar el visto bueno a la formación de los grupos parlamentarios. PP, PSOE y C's son contrarios a que las confluencias de Podemos tengan grupo propio. Y está por ver cómo consigue el suyo la antigua Convergència, pues no reúne los requisitos legales y tendrían que cederle siete diputados (tiene ocho) los grandes grupos. 

Según el reglamento del Congreso, en la sesión constitutiva, la primera que sigue a cada convocatoria de elecciones generales, los diputados eligen al presidente, a los cuatro vicepresidentes y a los cuatro secretarios en tres rondas sucesivas. En todas, sus señorías votan con papeletas y en urna, lo que hace que la liturgia se alargue. 

Presidente. Sale elegido el candidato que a la primera, logre la mayoría absoluta de la Cámara. Si ninguno supera ese umbral, pasan a la segunda vuelta los dos que hubieran obtenido más votos. Se hace con el cargo quien logre más apoyos. El presidente es un voto más dentro de la Mesa, pero es la tercera autoridad del Estado (tras el Rey y el presidente del Gobierno) y quien dirige y coordina la actividad del Congreso. Su función simbólica y representativa es enorme. 

Vicepresidentes. Los cuatro vicepresidentes se eligen simultáneamente. Salen elegidos los cuatro candidatos que tengan mayor número de votos. El que concite más respaldo es el vicepresidente primero; el siguiente, el segundo... y así sucesivamente. 

Secretarios. Los cuatro secretarios también se eligen de forma simultánea, y con el mismo procedimiento que los cuatro vicepresidentes. 

En esta XII Legislatura, si no hay pactos, el PP se haría con cuatro puestos -dos vicepresidentes y dos secretarios-, ya que la dirección ordenaría a sus diputados dividir los apoyos: bastaría con que al segundo candidato lo votase un parlamentario más que los 32 que tiene C's. El PSOE ocuparía dos sillones (un vicepresidente y un secretario) y Podemos, otros dos (otro vicepresidente y otro secretario). La presidencia recaería en el PP si no hay acuerdos en contra. 

La Mesa del Senado es más pequeña que la del Congreso. Se compone de un presidente, dos vicepresidentes y cuatro secretarios. Como el PP repite mayoría absoluta, no habrá ningún suspense. 

El sueño del PSOE de mantener la presidencia del Congreso en sus manos podría romperse. Alejarse. No solo por el acercamiento de Ciudadanos al PP, sino también porque el último movimiento de Pablo Iglesias, apostando claramente por Xavi Domènech, el portavoz de la confluencia catalana, En Comú Podem, para la jefatura de la Cámara, complica las aspiraciones socialistas, que contemplan como única salida para mantener el puesto un pacto a tres con las dos formaciones emergentes. Pero las conversaciones no se han cerrado y nada impide que todo pegue un vuelco de última hora, sobre todo si C's rompe finalmente con el PP por discrepancias con los nombres propuestos. Un primer termómetro de las negociaciones lo proporcionará la reunión de Pedro Sánchez con su ejecutiva federal primero y con su grupo de diputados y senadores después, este lunes por la mañana, horas antes de que Mariano Rajoy haga lo propio con la junta directiva nacional del PP. Las horas se agotan, porque las Cortes Generales se constituyen el martes a las 10 horas.

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