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Los barones del PSOE no se 'rebelarán' contra Sánchez salvo si intenta formar Gobierno
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LA RESACA DE LA REUNIÓN CON RAJOY EN EL CONGRESO

Los barones del PSOE no se 'rebelarán' contra Sánchez salvo si intenta formar Gobierno

La consigna compartida por los críticos es que ahora "no toca abrir la boca", sino aguardar los siguientes movimientos. Pero si el líder toma la iniciativa, entonces sí podrían frenarle

Foto: Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa en el Congreso posterior a su reunión con Mariano Rajoy, este 13 de julio. (EFE)
Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa en el Congreso posterior a su reunión con Mariano Rajoy, este 13 de julio. (EFE)

Quizá para un espectador no muy acostumbrado a escuchar a Pedro Sánchez pudo pasar desapercibido el arranque de su comparecencia ante los medios tras salir de su reunión de más o menos hora y cuarto con Mariano Rajoy. Un recuerdo a la memoria de Miguel Ángel Blanco por los 19 años de su secuestro y asesinato por ETA y, al mismo nivel, y a renglón seguido, otro recuerdo, el de las primarias internas del 13 de julio de 2014 que le dieron la victoria. La militancia le dio su "confianza mayoritaria" por el voto "libre, directo y secreto", un "voto histórico" dentro de los usos del PSOE, y a esa militancia expresó su "agradecimiento" por la "confianza" que ha venido depositando en él y en su ejecutiva en estos dos años.

La digresión inicial respecto a lo mollar, el sentido del voto respecto a la investidura de Mariano Rajoy y la estrategia de futuro, no era un recurso retórico y no fue entendida así dentro del partido. Era una demostración, otra más, de hasta qué punto se encuentran contaminados los dos procesos, el institucional -la gobernabilidad de España- y el orgánico -la disputa por el poder en el PSOE a las puertas de un congreso federal-, y de cómo cualquier paso, el del secretario general y el de los críticos, ha de ser interpretado en esa clave. Como dicen unos y otros, todos están jugando "una partida de póquer" y ninguno quiere mostrar sus naipes antes de tiempo. Y por eso los barones contrarios a Sánchez, los de mayor fuerza orgánica, no van a emprender por ahora ninguna guerra contra él. Le van a dejar gestionar la investidura, que sea él quien decida qué hacer y, si eventualmente no hay más remedio que abstenerse y dejar paso a Mariano Rajoy -opción que para el líder y su cúpula más directa es muy improbable-, que se vaya 'abrasando' con el proceso.

Los territorios siguen manteniendo que debe ser el secretario general el que pilote el proceso y el que pueda cargar con las culpas de una mala gestión

Pero si decidiera intentar formar Gobierno una vez que el presidente en funciones naufrague, entonces los críticos, según todas las fuentes consultadas, se plantearían seriamente pararle los pies, porque consideran que no hay números para ello, que sería un "suicidio" para el PSOE y que hay que asumir el papel de "oposición". Pero ese escenario, el de buscar una mayoría alternativa, aunque no descartado deliberadamente por Sánchez en su rueda de prensa, no está ahora mismo sobre la mesa, por lo que estiman que no es necesario actuar antes de tiempo ni dejarse llevar por la ansiedad. Los colaboradores del líder, mientras, son conscientes de que esa es la línea roja, pero anticipan que ni aun en esa hipótesis los jefes territoriales podrían mover ficha, porque "no estarían en condiciones" de frenarle y porque al final "no se atreverían" a tumbarle, como no lo hicieron en otras ocasiones.

Pedro Sánchez: "A día de hoy, el PSOE se reafirma en su voto contrario a Mariano Rajoy"

El difuso "a día de hoy"

Sánchez tardó más en salir a dar la cara ante los medios -la primera vez desde el 26-J, por cierto- tras su entrevista con Rajoy, media hora, que en explicarse ante los periodistas, apenas 25 minutos. Cortó la rueda de prensa a las seis preguntas y dejó más dudas que certezas. Aseguró que "a día de hoy" el PSOE votará en contra de la investidura de Rajoy, lo que podía interpretarse como una puerta abierta a una eventual abstención, pero a continuación insistió en que de los 137 escaños de que dispone el PP hasta los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta, al presidente le queda "un trecho que recorrer en el cual no puede contar con el PSOE", porque es la "alternativa". Vamos, que Rajoy ha de "esforzarse, trabajar y negociar a fondo con sus aliados potenciales", entre los que también están los independentistas catalanes de Convergència (ahora rebautizados como Partit Demòcrata Català), y olvidarse del PSOE.

Sánchez fue deliberadamente ambiguo: dejó un mínimo resquicio a la abstención y no descartó ni terceras elecciones ni forjar una mayoría de cambio

De sus palabras (contradictorias), más las declaraciones taxativas de su núcleo duro en los últimos días, en las que se enfatizaba que el no a Rajoy es "definitivo" en todas y cada de las votaciones de investidura, se podía colegir que la vía de la abstención es la que menos entra en la cabeza de Sánchez, y de hecho así lo ratificaban ayer los miembros de su ejecutiva más alineados con él. Incluso en la hipótesis de que el PP atraiga hacia el sí a Ciudadanos (32 parlamentarios) y Coalición Canaria (uno), alcanzando la cota de los 170 diputados, a solo seis de la mayoría absoluta. El secretario general tampoco descartó, en modo alguno, y pese a que fue preguntado expresamente, intentar liderar un Gobierno. "El PSOE siempre estará en la solución. Los tiempos en democracia hay que respetarlos. Es el tiempo de Rajoy, que ha ganado las elecciones" y a él le corresponde tejer acuerdos y mayorías suficientes para procurar un Ejecutivo "estable". "Por tanto, no es que nos excluyamos", completó.

Y tampoco descartó el escenario de otros comicios: "Si hay un riesgo de terceras elecciones, es porque ha habido segundas elecciones. El PSOE fue el que más hizo para que no las hubiera". Fue su lacónica respuesta, antes de proclamar la "autonomía política" de su proyecto.

Foto: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se saludan con un apretón de manos minutos antes de su reunión en la antesala del comedor de gala del presidente del Congreso. (EFE)

Los dirigentes territoriales críticos sacaron en claro de las palabras de Sánchez que no hay, precisamente, nada claro. Dado que la "desconfianza" es enorme en él, no rechazan que busque una mayoría alternativa. Los más prudentes se agarraban a ese "a día de hoy" que proclamó al poco de comenzar su comparecencia, pero los más recelosos insistían en que tal salvedad era más producto de su "torpeza" a la hora de expresarse que una intención real de facilitar el Gobierno a Rajoy a última hora. O, directamente, un señuelo para "engañar" a sus adversarios y al presidente en funciones.

Temor a un "enrocamiento"

Tras la rueda de prensa de Sánchez, los altos mandos de las federaciones críticas -principalmente, Andalucía, Asturias, Aragón, Valencia y Castilla-La Mancha- se pusieron en contacto para pensar en voz alta y ver qué hacer. Aunque compartieron análisis ("la unidad de todos nosotros no se ha desmontado ni estamos desmovilizados", dice uno de los interlocutores), no coordinaron la estrategia a seguir porque aún "falta esperar algo más", ver cómo se van desarrollando los acontecimientos y qué pasos va dando el líder. "Él no va a proponer la abstención, y lo que quiere es que el trabajo sucio se lo hagan los barones, que sean ellos los que se lo pidan, para automáticamente tragar él y postularse después como la víctima y renovar en el cargo de secretario general, porque los militantes caerán como las aceitunas del árbol. O blindamos a Mariano como presidente o le blindamos a él como líder, ahí está la disyuntiva", verbaliza un responsable de Organización, en conversación con este diario.

Los barones creen que Sánchez quiere que le hagan el "trabajo sucio" de la abstención. "O blindamos a Mariano de presidente o le blindamos a él como líder"

Dicho de otro modo, la animadversión hacia Sánchez es conocida, pero no se tiene tan claro si hay que desplegar "las fuerzas de asalto rápido o esperar en los cuarteles de invierno", aunque el temor de todos es que el secretario general "se enroque y aguante", no se mueva del no a Rajoy y acaricie la posibilidad de un nuevo encargo del Rey. "Hay dos dilemas -asegura otro número dos territorial-: qué hacemos con Pedro y qué hacemos con el PSOE, al que se suma qué hacemos con España. Y todas son decisiones complicadas. Si hay hueco, entraremos, pero si no, hay que esperar. Cuanta más bronca, más perdemos, porque estamos en gobiernos autonómicos que tenemos que sacar adelante. Pedro no tiene nada que perder. Y no queremos pasar como los que nos comemos a las bases, como los malos de la película". Eso explica que ningún barón hable abiertamente de abstención a Rajoy -salvo, quizás, el extremeño Guillermo Fernández Vara, que en los últimos días ha matizado sus declaraciones públicas-, porque todos saben que hacer esa apuesta arriesgada y dolorosa para el PSOE sería penalizado por una militancia que presumiblemente rechaza facilitar el Ejecutivo al PP mucho más que el electorado socialista. Militancia que, a la postre, elige al líder en un próximo congreso, aún sin fecha. Por eso, Sánchez siempre que puede se presenta como el secretario general de las bases, y por eso ayer lo recordó.

Mariano Rajoy baraja el 2 de agosto para el arranque del debate de investidura

La consigna compartida por los críticos es que de momento toca "no abrir la boca", porque aún Sánchez no ha traspasado ninguna línea roja. "Si comete un error, hablaremos, pero ahora el foco lo tiene que tener Rajoy", se escudan en el círculo de la presidenta andaluza. Una de esas "equivocaciones" puede ser el sondear una mayoría alternativa. "El comité federal del sábado, aunque no hubo resolución por escrito, sí dijo que nos íbamos a la oposición. Así que si se saca un conejo de la chistera, entonces sí podríamos actuar", manifiesta un alto cargo regional. Y este otro coincide: "Si intentara formar Gobierno, puede que le intentemos parar los pies". Aunque el problema sería el mismo: que si los barones "le sacan las castañas del fuego" y resuelven la cuestión de la gobernabilidad, "condenan a la vez" a la principal alternativa interna, Susana Díaz. Un precio demasiado alto para unos críticos que quieren deshacerse de Sánchez.

La pugna por el relato si hay terceras

Otra dirigente que conoce muy bien el partido conviene que la línea roja es que el jefe intente ahormar una alternativa. Es "impensable" que lo haga con Podemos (71 escaños) y fuerzas nacionalistas e independentistas, porque esa vía "rompería al PSOE" y fue proscrita en diciembre, y la solución de un Ejecutivo transversal, con la formación morada y Ciudadanos, que fue la que exploró, sin éxito, en la pasada legislatura, "no suma" porque siguen vetándose mutuamente, así que "esa monserga no cuela ya". "Él puede tirar de la cuerda hasta el borde de otras elecciones, pero si intenta un acuerdo espurio se arma gorda [en el PSOE] y sin remedio. La militancia es de izquierdas, pero tiene un alto concepto de para qué estamos en política. El populismo orgánico tiene sus límites", sostiene un presidente autonómico, que espera que impere la "cordura".

"Él puede tirar de la cuerda hasta el borde de otras elecciones, pero si intenta un acuerdo espurio se arma gorda y sin remedio", advierte un presidente

Además, como advierten distintos responsables, los recelos hacia Podemos y Pablo Iglesias han crecido dentro del partido, así que cualquier combinación con ellos corre el peligro de ser rechazada. "Y está por ver que el Rey le hiciera el encargo", advierten fuentes del partido. Incluso los más prudentes en sus comentarios recalcan que "no hay números" y que una alternativa a Rajoy está abocada al fracaso. Díaz ya alertó el sábado, después de que agitasen el debate los barones sanchistas -Francina Armengol, Miquel Iceta y Luis Tudanca-, de que calentar esa expectativa podía conducir al PSOE a una "pesadilla". La misma Díaz definió de "catástrofe" ir a terceras generales, en las que los críticos sospechan que el PSOE bajaría más de sus 85 escaños actuales y el PP se acercaría a la mayoría absoluta.

Algunos veteranos subrayan que la estrategia de Sánchez era "evidente" desde hace días, y "por eso lanzó a los suyos" a proponer la idea de un "Gobierno alternativo", y por eso "no lo descartó en su rueda de prensa". "Para eso necesitaba que Mariano fuese a la investidura y se estrellara. Pero Mariano se ha dado cuenta y le ha cortado el rollo al amagar con no presentarse. Pero Pedro está en el yo, en su interés personal, nada más", denuncia un dirigente fuera de la primera línea. Otros creen que más que intentar armar un Ejecutivo, lo que busca el líder es "ganar tiempo y espacio en clave interna".

"A día de hoy", el no a Mariano Rajoy del PSOE sigue siendo no

Ferraz, mientras, guarda bastante hermetismo. Sánchez seguirá cuidando sus apariciones públicas y en su círculo tampoco descartan nada. Pero remarcan que el no a Rajoy no se relajará ni en primera ni en segunda votación, y que entonces habrá que ver si Felipe VI le encomienda formar Gobierno. El secretario general "volvería a buscar el apoyo de Podemos y Ciudadanos, no la fórmula con los independentistas", confía uno de los miembros de su ejecutiva más cercanos. "Las terceras elecciones son quizás el último escenario, el más improbable. Pero imagínate que Pedro lo intenta de nuevo y es Pablo el que de nuevo bloquea. No estaríamos en el mismo escenario que hoy. Iríamos a terceras, pero la culpa sería de Podemos", sugiere esta fuente. En la cúpula federal no creen que los barones acaben moviéndose, porque Sánchez "tiene la sartén por el mango". "No se atreverán, no estarán en condiciones", apunta un declarado sanchista.

Abstención, intento de mayoría de izquierdas, terceras elecciones. Tres escenarios posibles y ninguno descartado al cien por cien. Lo dice un barón: "Estamos en un desfiladero. Puede caernos la piedra por ambos lados. Confío en que salgamos ilesos". O no.

García-Page ve "posible" que Susana Díaz aspire a suceder a Sánchez al frente del PSOE

Dos líderes socialistas 'actuando' casi a la vez y uno muy cerca del otro. Pedro Sánchez, por su reunión con Mariano Rajoy. El presidente manchego, Emiliano García-Page, en un foro organizado por el diario 'El Mundo'. El dirigente autonómico, próximo a Susana Díaz, señaló que aunque no sabe si la baronesa andaluza aspirará al liderazgo del PSOE, sí lo ve "posible". Tras descartarse él mismo para dar ese paso, Page calificó a Díaz como "una máquina política" que a sus responsabilidades "pone corazón", y eso es "muy útil en política".

Pero Page siempre busca el equilibrio interno y no confrontar directamente con Ferraz en sus declaraciones públicas. Por eso dijo que Sánchez, que al superar "más dificultades" que cualquier otro secretario general del PSOE, "se ha ganado su propio espacio político" y está "en condiciones de renovar su mandato" y de "abrir la puerta" al próximo congreso socialista, aplazado sine díe.

El presidente manchego habló mucho de la investidura y apostó por que entre todos se consiga arrancar la legislatura, de modo que "el coche no vaya solo", pero es Mariano Rajoy, y no otro, quien debe llevar el volante. Aunque no le gusta la idea de iniciar una legislatura como un vehículo "al ralentí" y con riesgo de "calarse", al menos sí se "garantiza el movimiento" y permite que "otros" partidos se sumen. Sería como "hacer de la necesidad virtud" e inclinarse por "movimientos cortos" y seguros más que por "dar zancadas que no llevan a ninguna parte", informa Efe.

En todo caso, alguien debe pilotar el coche. "Y está muy claro que solo lo puede llevar Rajoy". Otra forma de decir que no cabe una alternativa liderada por Sánchez. 

Quizá para un espectador no muy acostumbrado a escuchar a Pedro Sánchez pudo pasar desapercibido el arranque de su comparecencia ante los medios tras salir de su reunión de más o menos hora y cuarto con Mariano Rajoy. Un recuerdo a la memoria de Miguel Ángel Blanco por los 19 años de su secuestro y asesinato por ETA y, al mismo nivel, y a renglón seguido, otro recuerdo, el de las primarias internas del 13 de julio de 2014 que le dieron la victoria. La militancia le dio su "confianza mayoritaria" por el voto "libre, directo y secreto", un "voto histórico" dentro de los usos del PSOE, y a esa militancia expresó su "agradecimiento" por la "confianza" que ha venido depositando en él y en su ejecutiva en estos dos años.

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