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Borrell apuesta por que el PSOE se abstenga y ponga precio al PP para investir a Rajoy
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LAS CONSECUENCIAS DEL 26-J

Borrell apuesta por que el PSOE se abstenga y ponga precio al PP para investir a Rajoy

El exministro al que fichó Sánchez para su 'Gobierno en la sombra' señala que es preferible que el partido facilite un Ejecutivo popular a cambio de unas condiciones en diversos ámbitos

Foto: El exministro y expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell, el pasado 20 de febrero en Madrid. (EFE)
El exministro y expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell, el pasado 20 de febrero en Madrid. (EFE)

Segunda voz socialista que públicamente defiende la abstención del partido en la investidura de Mariano Rajoy para evitar así ir a unas terceras elecciones. En los últimos día fue Guillermo Fernández Vara, y hoy es la de Josep Borrell, exministro de Felipe González a quien Pedro Sánchez fichó en mayo para su 'Gobierno en la sombra', para que se hiciese cargo de los asuntos de política exterior.

Borrell manifiesta su opinión en un artículo que este domingo publica 'El Periódico de Catalunya'. Argumenta que para que los españoles no tengan que acudir de nuevo a las urnas, "alguien tiene que poder formar Gobierno, al menos con más votos a favor que en contra". Y, para eso, "descartada (¿?) la gran coalición PP-PSOE", sólo quedarían "dos soluciones". Una, un Ejecutivo de coalición minoritario de populares y Ciudadanos, "con o sin Rajoy". Y dos, "un Gobierno muy minoritario del PP". En ambos casos, aun contando con el apoyo de algunos nacionalistas -como PNV (5 diputados) o Coalición Canaria (1)-, "haría falta una abstención del PSOE", razona. El partido de Pedro Sánchez cosechó un 22,66% el 26-J. 85 diputados, contando con el asiento de Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, su aliado en el archipiélago.

Esa abstención de los socialistas se puede producir de dos formas diferentes, según Borrell. La primera es "sin contrapartidas, ni condiciones, instrumentada técnicamente mediante la oportuna enfermedad de unos cuantos diputados". Es decir, lo que el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha llamado "abstención mínima", la de aquellos diputados del PSOE que garanticen que la investidura de Rajoy prospera. No haría falta que pulsaran el botón de abstención en el pleno, bastaría con que se ausentaran. La otra solución que propone Borrell es "poniendo el precio de un conjunto de medidas de tipo económico, social e institucional que el Gobierno minoritario [del PP] se comprometa a impulsar".

Una abstención condicionada, alega, permite "influir" en el Ejecutivo, "a costa de aproximar posiciones", que es necesario para la reforma constitucional

Esta última vía es la que él prefiere, porque permite "influir y condicionar" al Ejecutivo, "a costa de aproximar posiciones". "Algunas cosas importantes, como la reforma constitucional -recuerda-, requerirán aproximar posiciones", así que es razonable ofrecer la abstención a cambio de concesiones de los populares, que "apreciarían muchos de los ciudadanos" entre los que están los votos que han faltado al PSOE. Una abstención justa, que se traduzca en esa ausencia de parlamentarios en la sesión de investidura, o en la abstención de unos cuantos diputados, mostraría la pretensión de "no contaminarse con la acción de un Gobierno al que se es oposición", pero es una alternativa "más emocional que racional".

El PP aguarda al comité federal del PSOE para ver si cambia a la abstención

No hay opciones para un Gobierno progresista

Borrell desciende hasta las elecciones del 26-J en España después de reflexionar sobre el Brexit, sobre cómo ha sido un "claro ejemplo" de la victoria de la emoción sobre la razón, un triunfo del "populismo que apela a resentimientos y prejuicios", de los "cuentos chinos" que los partidarios de la salida del Reino Unido de la UE trasladaron a los británicos -"cuentos", el mismo término que el exministro utilizó para desmontar en un libro las "mentiras" del independentismo catalán-. El Brexit, para Borrell, "seguramente ha reforzado el voto conservador" en las generales de hace una semana y "la búsqueda de estabilidad ante un futuro más incierto". A su juicio, el fracaso del intento de Unidos Podemos de dar 'sorpasso' al PSOE se explica por un "análisis más racional y menos emocional" de los votantes, sobre todo tras ver cómo Pablo Iglesias "boicoteaba la posibilidad de un Gobierno progresista alternativo al del PP".

El expresidente del PE remarca que las posibilidades de un Ejecutivo de centroizquierda se han "esfumado" por el "rechazo mutuo" de Podemos y Ciudadanos

Pero esa alternativa, la de un Ejecutivo distinto al de los populares, se ha "esfumado" tras el 26-J, por la transformación del mapa parlamentario, según razona Borrell. El PP subió 4,3 puntos en porcentaje de voto, logró 14 diputados más (hasta 137) y aventajó en 52 a los socialistas, que perdieron cinco escaños por "la alquimia de la regla D'Hondt" pese a aumentar su peso en seis décimas -del 22% al 22,66%-. La coalición de Pablo Iglesias y Alberto Garzón se quedó en 71 asientos, los mismos que tuvieron por separado el 20-D, y Ciudadanos, dejándose algo de porcentaje de voto por el camino -cayó del 13,94% al 13,05%-, vio reducida su representación en ocho asientos.

La reforma de la ley electoral, de nuevo a debate

Con los números en la mano, el exministro remarca que no es posible un Gobierno "de centroizquierda formado por PSOE y Ciudadanos", ya que "el rechazo mutuo" de la formación naranja y Podemos "imposibilita el acuerdo tripartito que intentó Sánchez" en la pasada y breve legislatura. El bloque de centroderecha (PP y C's) suma 169 diputados, y el de izquierdas, "suponiendo que quisieran sumar, 156". Para Borrell, "le corresponde al PP de Rajoy buscar quien complemente su minoría mayoritaria", pero "no puede pretender que el PSOE sea el que le resuelva el problema". "Los socialistas -subraya- somos la alternativa al PP, no su complemento. Hay otros partidos de centroderecha a escala nacional o autonómica con quienes le será más fácil entenderse". Pero si no lo consigue, sería necesaría la abstención condicionada del PSOE que él propugna.

Ximo Puig: "No llevaremos flores a Mariano"

El pronunciamiento de Borrell tiene relevancia porque fue uno de los fichajes estelares de Sánchez para esta campaña, aunque su actividad en el grupo de expertos haya sido discreta. Y es el segundo dirigente, tras Vara, que habla abiertamente de la abstención del PSOE. Los barones territoriales, empezando por la andaluza Susana Díaz, se han alineado en sus declaraciones públicas con Ferraz: que Rajoy se busque la vida, porque los socialistas votarán no a su investidura. No obstante, los presidentes autonómicos han subrayado que unas terceras elecciones no son tolerables. En privado, en las federaciones, igual que algunos dirigentes de la cúpula federal, asumen que quizá no quede otra que la abstención -o de todo el grupo o parcial-, pero consideran que no hay que mostrar esa carta ahora mismo y dárselo hecho al presidente en funciones.

Este mismo domingo, el 'president' valenciano, Ximo Puig -muy próximo a Díaz-, conminó a Rajoy a "levantarse del sofá", porque es a él a quien hay que demandar "máxima responsabilidad, rigor y trabajo", pues es la fuerza ganadora el 26-J. "No esperará que le llevemos todos flores a Mariano", ironizó. El PP ha de "buscar alianzas" con las "fuerzas políticas que están más en su entorno ideológico y a las que tendrá que acudir para intentar formar Gobierno", señaló, informa Europa Press.

El secretario general sigue sin responder tras el 26-J. Este lunes tampoco tiene agenda pública. Su dirección subraya que votará no en la investidura de Rajoy

El último pronunciamiento público de la dirección federal se escuchó en 'La Sexta noche' por boca de Óscar López, responsable de la estrategia de la campaña. "El PSOE votará no a la investidura de Mariano Rajoy", contestó tajante cuando se le preguntó si era posible la "abstención mínima" de la que hablaba Vara. López apremió al presidente en funciones que busque aliados entre PNV, Coalición Canaria e incluso Convergència Democràtica, con quien en el pasado pactó la reforma laboral, recordó. El dirigente rechazó toda posibilidad de gran coalición o "Gobierno de salvación nacional". "Puede tener más fácil la investidura, pero más difícil gobernar", porque el PP estará "en minoría" en las Cortes cuando se voten ciertas medidas, como la supresión de aforamientos, la recuperación de la universalidad de la sanidad pública o la paralización de la Lomce, ya que entonces pueden coincidir los socialistas con las dos formaciones emergentes.

Óscar López: "En este país no ha habido una gran coalición ni la va a haber"

El secretario general y candidato en las generales no ha dicho ni media palabra. Después de su breve intervención el domingo pasado, en una comparecencia ante los militantes y simpatizantes, reunió a su ejecutiva el lunes (pero no dio rueda de prensa), viajó a Bruselas el martes (pero no contestó a los informadores), y a partir de ahí desapareció. Mañana lunes no reaparecerá: tienen actos o participación en tertulias miembros de su dirección, pero él no tiene ningún tipo de agenda pública. Como máximo, el sábado 9 de julio tendrá que dar la cara: se celebrará entonces el encuentro del comité federal, el máximo órgano de poder del PSOE, y se definirá entonces la hoja de ruta del partido de cara a la formación del próximo Ejecutivo.

Segunda voz socialista que públicamente defiende la abstención del partido en la investidura de Mariano Rajoy para evitar así ir a unas terceras elecciones. En los últimos día fue Guillermo Fernández Vara, y hoy es la de Josep Borrell, exministro de Felipe González a quien Pedro Sánchez fichó en mayo para su 'Gobierno en la sombra', para que se hiciese cargo de los asuntos de política exterior.

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