Sánchez advierte de que el 26-J se ventila "quién es mejor" presidente: Iglesias o él

Pedro Sánchez no se quiere poner en el peor escenario, el que vienen dibujando machaconamente las encuestas. El del 'sorpasso' de Unidos Podemos en votos y hasta en escaños. Pero sí cree que se puede extraer una lección de ellas: que los españoles tendrán que decidir el 26-J "quién es más capaz" de dirigir el país. Sin explicitarlo, el secretario general quiere que los electores tengan en mente la hipótesis de que Pablo Iglesias pueda llegar a La Moncloa para desecharla y decantarse por un partido, el PSOE, que sí tiene proyectos "claros, sólidos" y equipos solventes.

Sánchez se sometió este sábado al escrutinio de varios ciudadanos en el espacio 'La familia pregunta', en 'La Sexta noche', por el que ya pasaron Albert Rivera y Pablo Iglesias. Era la primera vez que el candidato contestaba a una gran audiencia tras el mazazo de la macroencuesta del CIS, que el jueves vaticinó el adelantamiento de Unidos Podemos en sufragios y escaños y hundía al PSOE, pronosticándole hasta 12 escaños menos que los 90 actuales. No era raro, por tanto, que la primera pregunta, en este caso del conductor del programa, Iñaki López, girase sobre los sondeos. Estos son "una foto fija", y "no un resultado", señaló Sánchez, y en todo caso "dicen varias cosas": que hay un volumen importante de indecisos -el 32,4%, según el mismo estudio-, que "va a haber cambio", porque los electores "no quieren votar a Mariano Rajoy" y "nadie" quiere pactar con él, y que el líder del PP "no será presidente del Gobierno", porque no le dan los números ni sumando a Ciudadanos.

Sánchez no concreta su política de pactos e insiste en que "será en las políticas" donde pueda haber acuerdos. Descarta la gran coalición

Así que el 26-J debe responder, a su juicio, a una pregunta: "Quién es el mejor", el "más capaz", para presidir el Gobierno, ya que ninguna formación alcanzará una mayoría sólida. Quien ofrece esa "mayor garantía", añadió, es el PSOE. Iñaki López, así como la primera familia elegida para disparar al candidato, la Cebolla Sarasa, de Madrid, le inquirió por un posible pacto de PSOE y Podemos en caso de que su partido quede como tercera fuerza. Sánchez no contestó. Cargó contra Pablo Iglesias por su falsa "mano tendida" y por hacer "todo lo necesario para llegar al poder" -"hoy es socialdemócrata, anteayer fue comunista, luego fue el profeta del fin de las ideologías"- y recordó que se necesita proyecto y equipo, y él si lo tiene, presumió. Su 'Gobierno en la sombra', añadió, es el formado por figuras como Ángel Gabilondo, Margarita Robles, Teresa Ribera o Patxi López, políticos y expertos "con experiencia contrastada".

"La elección que tenéis que hacer los españoles es considerar quién es el mejor para presidir un Gobierno basado en el acuerdo entre distintos partidos políticos", le dijo al ingeniero de 38 años Pablo Cebolla. "Lo importante son los proyectos, y el de Iglesias es un conglomerado de siglas que no sabemos qué proyecto representa. Quien quiera cambiar este país y un Gobierno de progreso, el único que lo garantiza es el PSOE", amplió. "Me ha hecho un mitin de campaña", protestó el 'entrevistador', pidiendo a Sánchez una mayor concreción sobre la política de pactos. No la hubo. "Será en las políticas donde nos podamos entender", y a continuación preguntó a Pablo si medidas como recuperar la universalidad de la sanidad pública, revitalizar la Ley de Dependencia o recuperar los convenios colectivos son de izquierdas. "Son medidas de izquierda, pero también de justicia social, y estaban incluidas en el programa de investidura" suscrito con Ciudadanos. ¿Y un acuerdo con el PP? "La gran coalición no tiene futuro, porque tiene poco de grande y nada de coalición", contestó, descartándola.

Lola Pinto, administrativa de 50 años, de Barcelona, convino en que Podemos busca quedarse con el electorado del PSOE, y le preguntó directamente por qué los que se sienten socialdemócratas deben apoyar a su partido. Justo la cuestión que le permitía colocar su mensaje de los últimos días. Sánchez le contestó que la razón era una: por la "historia" del PSOE, por sus logros en el Ejecutivo como la implantación de la sanidad pública, la aprobación de una ley de igualdad o del sistema de dependencia, del salario mínimo o de las pensiones no contributivas. Lola se mostró "de acuerdo" con Sánchez, pero advirtió de que después de la gestión que de la crisis había hecho el PSOE, había "desilusión". El candidato volvió sobre sus palabras de esta semana: sí, hay "desánimo" en los electores porque pueden sentir "frustración" al no haberse conseguido formar Gobierno. "Pero si nos movilizamos todos los socialistas, habrá cambio y habrá Gobierno el 26-J".

El "contrato de adhesión" de Rajoy e Iglesias

Sánchez no puso números a sus expectativas para el 26-J. Sólo comentó que le gustaría tener "más escaños y votos" que el 20-D. O sea, más de 90 diputados y un 22% de los sufragios. Defendió que, no obstante, es más importante "qué se hace" con esas actas, y el PSOE, tras las últimas generales "demostró que quería cambiar y gobernar ese cambio". Pero no pudo ser por el "bloqueo" de Rajoy e Iglesias. Entre los dos, señaló, hay "diferencias", pero también similitudes, como que ambos conciben la política "como un contrato de adhesión". Uno, el presidente en funciones, porque quiere que los socialistas le apoyen para "hacer las mismas políticas", y el otro, el jefe de Podemos, para impulsar medidas como la autodeterminación de Cataluña, una "línea roja" que "imposibilitó" todo entendimiento con el PSOE. Luego le acusó de buscar únicamente el 'sorpasso'. El 20-D, dijo de Iglesias, "no le salieron los planes". "Quería superar al PSOE, no quería apoyarnos, y por eso habla de [las elecciones del 26-J] como una segunda vuelta. Mi objetivo es más ambicioso, es ganar al PP", aseguró.

Se muestra "dispuesto" a "abrir el debate" sobre la gestación subrogada, pero "fuera de la campaña". Él se queda con la "no mercantilización" de la mujer

Las preguntas de las seis familias dieron pie al candidato a explayarse sobre planes contenidos en su programa, como iniciativas sobre empleo, autónomos, financiación autonómica, reforma constitucional, educación, igualdad o corrupción (pidió "perdón" por los casos que han estallado en el PSOE, y se proclamó "político limpio"). Entrevista a varias voces, amable y que permitía al líder socialista -que apareció en plató en mangas de camisa y pantalón oscuro- mostrarse más relajado.

Se colaron otros temas. La gallega Mónica Cao, veterinaria de 33 años y casada con Silvia Estrada, preguntó en plató por la gestación subrogada, un tema polémico dentro del PSOE. Sánchez reconoció que es un tema "muy vidrioso" y "muy complejo" y se mostró "dispuesto a abrir ese debate, pero no en campaña electoral", porque hace falta "regularlo". "Si me preguntas a mí, yo te digo que mi posición es la no mercantilización del cuerpo de la mujer y la defensa de los derechos humanos de la mujer -apuntó, alineándose con la posición defendida por las mujeres del partido. Pero sí estoy dispuesto a hablar y escuchar otros argumentos".

Mónica también le inquirió por la tauromaquia. El secretario general subrayó que su partido quiere aprobar una ley contra el maltrato animal a nivel estatal, que ahora mismo no existe, pero no prohibiría, añadió, los toros, porque son parte de la "cultura" de España, de "siglos y siglos" y "hay que respetarlo". Él, no obstante, no irá nunca a una plaza de toros.

El "primer examen" de la cuestión de confianza

Silvia Estrada, 32 años, dependienta en paro, admitió que le "gusta" el programa del PSOE. "Pero no veo que remen en la misma dirección. Es como si no hubiera una piña", apuntó, hurgando en la división interna y el enfrentamiento con Susana Díaz, ahora soterrado por las elecciones. Sánchez no quiso hablar de la baronesa andaluza. "Yo creo que he demostrado que soy un político que hace lo que dice, que hablo claro, y lo he demostrado desde el 20-D. Yo a los españoles les ofrezco un contrato de cuatro años", con un "periodo de prueba" de dos años, porque en 2018 se sometería a una cuestión de confianza. "Si no he cumplido, dimitiré y me iré". Amaia Casasaltas, ama de casa de 46 años, de Euskadi, le preguntó cuándo habrá una mujer al frente del Ejecutivo en España. No lo dijo, pero parecía que inquiría por Díaz. El secretario general espera que "en cuatro años" gobierne una mujer. "¿No se presentaría a la reelección?", le dijo Iñaki López. Sánchez esquivó el charco alegando que antes tendrá que pasar "el primer examen", la moción de confianza en el Congreso.

Como en todas las entrevistas, el candidato no aclaró qué hará si el 26-J cosecha unos peores resultados que en diciembre. Insistió en que su cabeza la tiene en "ganar" los comicios, y en que el PSOE está "en mejores condiciones" que hace seis meses, aunque él no aspira a "perpetuarse" en política. La formulación más original de la pregunta tan recurrente (y más con el aluvión de malas encuestas, este domingo otra más, esta vez de Metroscopia para 'El País') la hizo Oihane Landaluce, estudiante de 12 años: "Si sacas malas notas, ¿te quedarás sin vacaciones?". "Yo como tú estoy estudiando para sacar la mejor nota del examen". Pero vamos, que incluso si gobierna, ya tiene asumido que este año estará "sin vacaciones". El 26-J también responderá la duda.