Garzón, nuevo líder de IU: "La campaña del miedo de PP y C's no va a funcionar" el 26-J

La transición ya está hecha. Izquierda Unida ya tiene a su nuevo coordinador federal. Al quinto de su historia. Alberto Garzón. Un joven economista de 30 años al frente de una organización con los mismos años con él y que ahora puede dar el salto definitivo gracias a su coalición electoral con Podemos. La alianza a la que todas las últimas encuestas recientes colocan en segunda posición y por delante del PSOE y a la que la derecha sitúa en el centro de la diana. Pero aunque PP y Ciudadanos agiten "la bandera del miedo", esa estrategia "no va a funcionar".

Garzón asumió este domingo las riendas de Izquierda Unida este domingo tras ser proclamado coordinador por 63 votos a favor (77,78%), 18 abstenciones (22,2%) y ningún voto en contra de los miembros del nuevo consejo político federal -teóricamente, 90, aunque hubo 9 ausencias-. Una ratificación protocolaria, porque la lista que él encabezaba ya arrasó internamente al obtener el 73,7% de los sufragios de los militantes. Las abstenciones se correspondían con los votos de los consejeros de las candidaturas minoritarias, la de Paloma López y la de Tasio Oliver. Tras ser ungido como nuevo líder y sucesor de Cayo Lara y aprobada su ejecutiva provisional por unanimidad, Garzón se dirigió al plenario de la XI Asamblea Federal, reunida en la sede de UGT Madrid y rodeado de todos los miembros del consejo, incluidos los representantes de los sectores críticos, a los que integra en su dirección.

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Juanma Romero

El nuevo jefe de IU esbozó durante su discurso, de algo más de media hora -ideológico y poco emotivo, bastante acelerado y, en ocasiones, algo deslavazado-, las líneas de su proyecto para el mandato de cuatro años que ahora se abre y los ejes de sus mensajes de campaña del 26-J. Porque inevitablemente todo huele ya a elecciones y porque la federación quería convertir esta asamblea de relevo de Cayo Lara en el lanzamiento de la campaña de quien ocupa el quinto puesto de la lista de Unidos Podemos por Madrid. De hecho, uno de los objetivos de Garzón era insuflar la "épica de victoria" en sus compañeros.

PP y C's elevan esas banderas anticomunistas para decir a la población que vienen los malos, que vienen los rojos y comunistas

No es este, les dijo, "un proyecto de la resignación, y no sólo por el corazón" multicolor emblema de la coalición que rotulaba el atril, "sino porque sí expresa esa concepción alegre y optimista de la política". Visión que "choca mucho con aquellos que como PP y Ciudadanos están haciendo una campaña del miedo, elevando esas banderas anticomunistas para decir a la población que vienen los malos, que vienen los rojos, que vienen los comunistas, pero lo cierto es que no creo que funcione. Porque, ¿acaso Unidos Podemos da miedo?, ¿a quién?", se preguntó. Y se contestó: a los que la alianza da "miedo" es a los que "han saqueado y expoliado nuestro país", y no a quienes pueden perder su vivienda, a los que han visto cómo sus hijos deben emigrar para buscarse un porvenir, a los desempleados o a los que están "al borde del precipicio".

"Esta organización lo ha pasado muy mal"

Garzón subrayó que IU ya ha "ganado en muchos aspectos", porque "algo ya está cambiando" y es posible "albergar la esperanza de un mundo diferente", y eso ya es una "victoria cultural contra el virus neoliberal que ha ido carcomiendo las cabezas". El nuevo líder reconoció que la federación lo ha pasado "muy mal", que ha sufrido momentos "muy duros, turbios, turbulentos", en los que el "suelo parecía moverse" y desplomarse, en los que se decía que IU podía "desaparecer", en los que se remarcaba que estaba "agotada" como proyecto, en los que dirigentes "saltaron del barco" -como Tania Sánchez, número siete de la lista por Madrid, aunque no la citó-, pero al final eran "muchos más" los que se quedaban, "demostrando firmeza ideológica". "Hemos vencido desde la lógica de la resistencia", resumió, pero ahora es preciso adoptar una "nueva actitud": "Es el momento de pasar a la épica de la victoria. Es posible ganar en las instituciones y en las conciencias, y no conformarnos con un Gobierno diferente, sino con un Gobierno que cambie las políticas".

El coordinador subraya la necesidad de que IU salga a "trabajar con otros". "Es mejor un coro victorioso que un solo fúnebre", dice, parafraseando a Karl Marx

A lo que el nuevo coordinador apelaba es a abrazar otra retórica distinta, acoplarse al nuevo momento: no disputarse el espacio con el PSOE sino hacerlo con el PP y creerse que puede ganar, porque a todos ellos les está "mirando la historia" y también la lucha de sus padres, madres y abuelos".

Pero para ese objetivo IU tiene la "necesidad de trabajar con otros", y en eso incide el 'Llamamiento por el nuevo país' [aquí en PDF el texto definitivo], aprobado este mismo domingo por 366 votos a favor (93,13%), 4 en contra y 23 abstenciones tras la introducción de pequeños cambios que no afectaban a la sustancia del manifiesto. Ahí el flamante coordinador estaba apuntando a trascender las siglas de la federación, que es su siguiente gran reto como nuevo coordinador. Porque "es mejor un coro victorioso que un solo fúnebre", dijo, parafraseando a Karl Marx.

También en clave electoral, Garzón se felicitó por haber logrado avanzar en la unidad popular, que no es un "debate escolástico", sino un "instrumento de lucha" necesario para el país. "Hemos conseguido un buen acuerdo para IU, para Podemos y para el resto de fuerzas, el mejor acuerdo para las clases populares de este país". La víspera, Cayo Lara, en su despedida, había confesado sus reservas con la letra final del pacto: "Me va a costar votar en estas elecciones".

"Heredera del hilo rojo de la historia"

El discurso del nuevo coordinador también estuvo cargado de patriotismo de siglas. IU, dijo, sigue siendo "un instrumento esencial para este país", como lo era cuando él se afilió a los 16 años. Es una organización "donde se han criado referentes como Julio Anguita o Antonio Maíllo", el coordinador andaluz y su principal apoyo orgánico, es la "heredera cultural del hilo rojo de la historia". Y hoy "se han multiplicado los motivos que hacen que hoy IU sea más necesaria que nunca porque el capitalismo es cada vez más salvaje y el PSOE, cada vez más derechas".

La solución, insiste, no es sólo un cambio de Gobierno, sino de políticas, porque no valen "reformas cosméticas" para parar el "capitalismo salvaje"

Sí es cierto, convino, que hay que "adaptar" la federación a los nuevos tiempos, constatar que el capitalismo "se extiende como una mancha pegajosa", y cuyo "rumbo suicida" hay que frenar con un cambio de políticas y no sólo de Gobierno. Por eso IU rechaza el pacto alcanzado por el PSOE y Ciudadanos, porque aspira no a "reformas cosméticas", sino a una "sociedad diferente" que voltee el sistema actual, carcomido por sus "vicios" y en especial por la corrupción -el "lubricante de los beneficios de la oligarquía", cobijados por sectores políticos como el PP, "el partido más corrupto de Europa"-, aunque no sólo por ella.

Pese a que era la primera vez que se dirigía a sus compañeros como coordinador -"suena extraño", confesó, en tono de broma-, en su intervención miró más hacia fuera que hacia dentro. Pero algo sí volvió la cara hacia su organización. Al poco de arrancar, mentó a su antecesor, a Cayo Lara, al que agradeció su "lealtad, honestidad y claridad ideológica" y por el que pidió un aplauso, invitación respondida por una larga ovación del plenario. El ya excoordinador, que ayer fue muy frío con el joven diputado, prefirió no subir al escenario en ese momento.

Gestos de integración a los críticos

Garzón también tuvo un gesto de acercamiento hacia las minorías críticas, 'IU sí con más fuerza', pilotada por la eurodiputada Paloma López -que cosechó un 21,6% del voto de los afiliados-, e Izquierda Abierta, abanderada por el periodista y alcalde de Castilleja de Guzmán (Sevilla) Tasio Oliver. El coordinador afirmó que la nueva dirección afronta "retos enormes" y subrayó que, puesto que la línea política ya ha sido validada mayoritariamente por las bases, que respaldaron su proyecto, ya no puede hablar como candidatura mayoritaria, sino como organización, de ahí que quisiera integrar a los dos sectores en su equipo. "Hemos trabajado una ejecutiva sabiendo que otras listas son nuestra gente, porque somos un proyecto político", enfatizó, entre los aplausos de sus compañeros. Incluido Oliver, representante de la minoría más crítica.

Él y sus colaboradores habían hablado en los últimos días y horas con las dos listas para ofrecerles entrar en la ejecutiva, y ambas aceptaron: "Sois necesarios para transformar este país, somos todos necesarios. Sería una incoherencia no hacer la confluencia hacia dentro". Su empeño era una ejecutiva "integradora", en la que todos remen "en la misma dirección" para desplegar lo aprobado en la XI Asamblea. "Tasio, Paloma, os agradezco que hayáis aceptado integraros. Nos une más de lo que nos separa". Y lo que les divide es el acercamiento a Podemos, que los críticos ven con más recelo, temiendo la desaparición gradual de la federación. El punto final de su primer discurso, su habitual "¡Salud y república!".

Echenique: "Un honor hacer este viaje juntos"

Antes de la clausura y la elección formal de Garzón y de su nueva ejecutiva, la intervención ante el plenario más significativa fue la de Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos y muñidor de la alianza junto con el que hasta ahora era su homólogo en IU, Adolfo Barrena, aragonés como él. Echenique fue recibido por los delegados al grito de "No hay dos sin tres, república otra vez". "Encantado de que me recibáis como al Borbón", bromeó el dirigente de la formación morada. La personalidad republicana es una de sus señas de identidad, soslayada en el acuerdo con Pablo Iglesias para facilitar el entendimiento.

Echenique: "Tenemos una hermosa y enorme oportunidad. Tenemos los mejores mimbres y depende de nosotros hacer el mejor de los cestos"

Echenique subrayó la importancia de la coalición de las dos formaciones. Más allá de "las encuestas y del nerviosismo" que se perciben "en algunas fuerzas políticas y en algunos editoriales" -eso iba por 'El País' de hoy-, hoy es clara la "esperanza" de que el espíritu del 15-M cuaje. "Tenemos una hermosa y enorme oportunidad. Tenemos los mejores mimbres y depende de nosotros hacer con ellos el mejor de los cestos. Tocamos con la punta de los dedos la posibilidad de construir un futuro mejor. Y en este momento las organizaciones políticas tenemos que estar a la altura de nuestro país y nuestra gente", y eso implica "dejar atrás la burocracia", abrirse a la participación ciudadana y apostar por "identidades más amplias que incluyan", y no aquellas "más estrechas que cierran horizontes".

Esa "enorme responsabilidad", siguió, también implica "ser generosos y valientes para llegar a acuerdos amplios" como el trenzado por Podemos e IU, dejando fuera los "intereses de partido y de parte" para primar los "intereses de país". Así que "este es un momento histórico y sólo los capaces de conectar con el espíritu de su tiempo serán los protagonistas del cambio. La historia la escriben los valientes, y yo estoy de acuerdo", manifestó Echenique. "Será un honor hacer este viaje juntos", trasladó a los militantes de IU.

Joan Baldoví: "Lo conseguiremos"

El dirigente morado también elogió la resistencia de IU, cómo la formación mantuvo la "llama encendida" de las luchas sociales. Y agradeció a la dirección federal, especialmente a Lara y Barrena, haberle invitado. "Hemos aguantado y sobrevivido a la larga noche y ahora tenemos la alegría y la ilusión, y la enorme responsabilidad, de conseguir que acabe de amanecer". Tras Echenique intervino Joan Baldoví, cabeza de lista de Compromís-Podemos-EUPV en la Comunitat Valenciana, que deseó que "toda la buena gente de Podemos, IU, Compromís y En Marea" sean capaces de "llevar gente buena a este Gobierno". "Es absolutamente necesario y lo conseguiremos", arengó.

Nada podía perturbar la tranquilidad con la que se celebró esta XI Asamblea Federal. Un relevo en la cúpula sin traumas, calma interna, buen humor y la esperanza de que el 26-J puede certificar el salto siempre anhelado por IU. Todo iba tan sobre ruedas que hasta la intervención de Garzón comenzó antes de lo previsto, y la clausura se anticipó media hora sobre programa. Todo concluyó cuando pasaban pocos minutos de las 13 horas, y no a las 13.30, y con un grito del plenario más propio de Podemos, el "¡Sí se puede!". La izquierda (al menos en los horarios) ya no es lo que era.