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Díaz encarga al PSOE a "salir a ganar" y Sánchez evoca la figura de Suárez
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ARRANQUE OFICIAL DE LA PRECAMPAÑA SOCIALISTA

Díaz encarga al PSOE a "salir a ganar" y Sánchez evoca la figura de Suárez

La presidenta presenta al candidato socialista en el acto de proclamación. Los dos reivindican el patrimonio del partido. El líder advierte de que las siglas del PSOE bastan para el cambio

Una campaña binaria. En términos de sí o no. De plebiscito por el cambio. Pedro Sánchez lleva remachando esa idea fuerza desde el mismo día en que se arruinaron definitivamente sus aspiraciones a presidir el Gobierno. Pero ese será el cimiento de su campaña del 26-J. Y si quedaba alguna duda, las despejó todas este sábado. El PSOE es la "garantía" del cambio, y se basta solo, bastan sus cuatro letras, "no hace falta más". Sin coaliciones ni marcas difusas.

Día grande hoy para los socialistas. Puesta de largo del candidato a La Moncloa en Móstoles (Madrid), pistoletazo de salida de la precampaña. Proclamación por todo lo alto con foto de unidad (incompleta) con Susana Díaz como telonera de lujo, como maestra de ceremonias (pero no sólo eso). Y discursos más en clave de patriotismo de partido que de ataques al contrario, de arenga a los propios para afrontar una campaña que todos presumen difícil. Ambos mitinearon juntos ante más de 500 simpatizantes, se prodigaron cariño -"eres mi candidato", le cumplimentó la presidenta-, con la mayoría de barones presentes, excepto los presidentes de Valencia, Ximo Puig; Extremadura, Guillermo Fernández Vara; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Baleares, Francina Armengol, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. El acto seguía a una breve reunión del comité federal, que procedió a la aprobación definitiva de las listas electorales y la ratificación del jefe de Ferraz como aspirante presidencial.

[Consulta las listas definitivas del PSOE para Congreso y Senado del 26-J]

"Puedo prometer y prometo decencia, puedo prometer y prometo diálogo y puedo prometer y prometo dedicación"

Díaz y Sánchez, en su primer mitin juntos fuera de Andalucía, sintonizaron en el fondo y en la puesta en escena -sin atril, de pie, sin papeles, sin 'teleprompter'-, hasta en los tiempos (ambos rondaron los 25 minutos de intervención), pero no exactamente en las formas. Ella, más enfática, rotunda y exigente, advirtiendo al PSOE de que debe "salir a ganar" las elecciones del 26 de junio y no conformarse con ser segundo, y metiendo caña a Pablo Iglesias. Él, más plano y algo más envarado, hizo una reivindicación de la trayectoria del partido, de lo hecho en los últimos meses y de mirada al futuro, sin alusiones directas al líder de Podemos. Con invocación a Adolfo Suárez incluida, parafraseándole. "Puedo prometer y prometo decencia, puedo prometer y prometo diálogo y puedo prometer y prometo dedicación", declaró, sin aludir al exlíder de UCD, aunque no hacía falta.

Pedro Sánchez promete "decencia, diálogo y dedicación" de cara al 26-J

Un guiño al expresidente del Gobierno que no era ni mucho menos casual. Ni siquiera una evocación exclusiva, porque Albert Rivera también ha utilizado esa imagen. Sánchez se ha reivindicado como la opción sensata para el cambio, lejos del "inmovilismo" y la "pereza" de Mariano Rajoy y la "intransigencia" de Pablo Iglesias, al que sin embargo no citó en ningún momento, a diferencia de Díaz. El PSOE quiere ocupar la centralidad en esta campaña, diseñar mensajes en positivo, y de ahí el lema escogido, 'Un sí para el cambio'. El candidato se patrocinó como el líder de un cambio que es "más urgente que necesario", que encarna un cambio "con sentido común", que combina "experiencia y juventud", el jefe de un partido que "no vetó a las fuerzas del cambio", Podemos y Ciudadanos, a la hora de intentar formar Gobierno, pero que también "respeta" a los siete millones de votantes que apostaron por los populares el 20-D.

Sánchez y Díaz lanzan una imagen de unidad en el PSOE con la ausencia de Puig

"No hace falta más así"

Ese será uno de los ejes estratégicos, situar al PSOE fuera de los extremos -PP y la coalición del partido morado e IU, Unidos Podemos- y copar el centro. En definitiva, el 26-J, alertó, "estamos todos convocados a un referéndum por el cambio y va a haber unas cuentas papeletas que signifiquen NO al cambio y sólo una garantizará el SÍ al cambio, que es la del Partido Socialista Obrero Español". Sánchez emplazó a los ciudadanos a sacar lecciones de lo ocurrido en los últimos meses: "Nos presentamos con el orgullo de lo que pudo ser y es y con la esperanza y la ilusión de lo que va a ser el 27 de junio, que es la victoria socialista", proclamó. Y por eso las siguientes generales no son una "segunda vuelta" o una "repetición de elecciones", como señalan Pablo Iglesias y Alberto Garzón, sino unas "nuevas elecciones" en las que los ciudadanos deberán juzgar a los partidos también por lo hecho desde el 20-D.

Sánchez no alude a Iglesias aunque sí insiste en que mientras que otros hablan de "siglas y sillones", el PSOE aporta soluciones y contruye "país"

Mientras otros hablan de "siglas y sillones" -en referencia a la alianza de Pablo Iglesias y Alberto Garzón-, el PSOE se debe dedicar a lo suyo, que es "construir país" y aportar soluciones. No fue la única alusión a las marcas. También subrayó que el PSOE se conforma con sus "cuatro letras". "No hace falta más así. Ha sido durante 137 años de historia y así seguirá siendo", aseguró. Era un pequeño aviso, sin citarlo, al ausente Ximo Puig y a su apuesta (perdida) por una entente con Podemos y Compromís. El secretario general ha venido insistiendo estos días en que el PSOE encarna un proyecto "autónomo" y distinto al de la formación emergente, análisis que comparte Díaz, por mucho que ella tienda puentes y suavice diferencias con su amigo Puig.

Susana Díaz alerta de que para gobernar el PSOE no puede aspirar a quedar segundo

La idea de que el PSOE debe recuperar su vocación mayoritaria la desplegó, con mayor vehemencia aún, la presidenta andaluza. El partido no puede pensar, alertó, en conseguir la "medalla de plata" el 26-J, tiene que salir a ganar y no aspirar a quedar "segundo". "Somos el PSOE. Si renunciamos a ganar, los ciudadanos no nos van a reconocer como el PSOE: un partido que ha cambiado España y ha cambiado su vida", gritó. "¿Quién ha dicho que el PSOE esté débil?", se preguntó.

Las poderosas "raíces" del socialismo

Los dos líderes reivindicaron el legado del partido, su trayectoria, sus reformas. Díaz incluso recodó que es uno de los "diez partidos del mundo" que ha sobrevivido desde su nacimiento en el siglo XIX, y se debe a sus "raíces, muy fuertes". "No tenemos que mentir sobre quiénes somos. Somos el PSOE. No tenemos que ocultar de donde venimos. Estamos orgullosos", presumió.

El líder defiende el cambio "con sentido común", alejándose de los extremos y buscando la centralidad del tablero político, frente a PP y Podemos

Y en ese alegato de repaso por los notables del partido no se olvidó de los actuales mandos. Los barones. Los presidentes autonómicos. Los siete con carné socialista, aunque sólo tres -ella, más el aragonés Javier Lambán y el asturiano Javier Fernández- acudieron al acto en Móstoles. La reivindicación tampoco era gratuita, porque precisamente en los últimos meses se recrudecían los ataques entre Ferraz y los barones, y estos recriminaban al líder que no contara con ellos. Hasta citó, y tampoco era casual, a Luz Rodríguez, secretaria de Empleo de la ejecutiva, baja reciente de las listas.

"Somos el PSOE. Si renunciamos a ganar, los ciudadanos no nos van a reconocer como el PSOE: un partido que ha cambiado España", proclama Díaz

Díaz desgranó los mensajes que el PSOE debe lanzar en esta campaña. Uno primero, insistir a los ciudadanos en que si vuelven a votar a Mariano Rajoy, España puede quedar de nuevo "bloqueada y sin Gobierno", porque el PP sólo sabe gobernar si tiene mayoría absoluta. Dos, recalcar que el PSOE "le ha echado ganas, generosidad y muchas horas". "Sólo nos han faltado escaños", advirtió, en línea con su repetido análisis de que no se puede gobernar con sólo 90 diputados. Y otro aviso más implícito para Sánchez: "Para que el PSOE pueda gobernar, tiene que ganar las elecciones". O sea, que si no se corona en junio, no podrá intentar formar una mayoría.

Los barones socialistas cierran filas con Pedro Sánchez de cara al 26-J

Tres, el rejonazo a Pablo Iglesias (su diana favorita), "un líder de tácticas oscuras", "Hay que decirle que no todo vale. Él vino primero a la política contra el poder, luego estaba en la política por el poder". Díaz reprochó al jefe de Podemos su "populismo" y su falta de crédito, que un día ofreciera Gobierno al PSOE y luego "lo reviente", que otro le acuse de ser el partido de "la cal viva" y más tarde le proponga ir juntos en listas al Senado. "Una de las dos cosas tiene que ser falsa, y yo creo que las dos". "Por eso estamos en condiciones de ganar. Siendo lo que somos, el PSOE. El PSOE está en el tuétano de la gente, sentimos en nuestras carnes lo que les pasa a los españoles", remachó.

Susana Díaz: "Somos el PSOE. Un partido que nació para ganar"

Una de las "raíces" y fortalezas del partido, subrayó Díaz, es la "unidad". "La unidad que hay en esta sala, en torno al PSOE, en torno al candidato para que llegue a La Moncloa". La presidenta no quería que quedara ninguna duda de que su apoyo es total al secretario general, pese a las discrepancias del pasado. "Hay que ganar. Tenemos que ganar primero porque es nuestra obligación, dar un Gobierno de cambio a España. Segundo, porque hay que acabar con el fatalismo de cuatro años, que han traído mucha desigualdad y mucho sufrimiento a miles de familias. Tercero, porque es nuestra tradición. Nosotros odiamos perder, siempre salimos a ganar. Cuarto, porque hoy hemos tomado una decisión unánime: que queremos que Pedro, nuestro candidato, sea el presidente del Gobierno de España. Es mi candidato, el candidato de todos y cada uno de nosotros". Y el auditorio se cayó en aplausos. Sánchez sonreía desde su silla, al lado de su mujer, Begoña Gómez, pero en ocasiones se le percibía algo tenso. "Ánimo, adelante, a ganar y contigo, Pedro", remató, arengando a la tropa. "No hay que escenificar nada. La unidad existe. Estamos en un momento que la unidad hay que festejarla y manifestarla y está clara", había dicho a la entrada el asturiano Javier Fernández.

La presidenta presta apoyo inequívoco a Sánchez: "Queremos que Pedro, nuestro candidato, sea el presidente del Gobierno de España. Es mi candidato"

Sánchez también dio el consabido mensaje de el PSOE concurre el 26-J con ánimo de vencer al PP. Pero no fue tan insistente como ella. "Como dice Susana, nos presentamos a estas elecciones con la determinación de ganar, no pensando en lo que pudo ser y no fue [...]. Estamos convencidos de que vamos a ganar, de que los españoles van a decir sí al cambio". Pero al final de su discurso, pidió un "mayor apoyo" para construir el "Gobierno de la honradez", visto que los 90 escaños fueron insuficientesy él no estaba dispuesto a ser presidente "a cualquier precio", con el apoyo de fuerzas "que quieren romper España". Es decir, que sigue pensando en repetir estrategia: pactar con los emergentes y desalojar a Rajoy de La Moncloa.

Salir a ganar, patriotismo de siglas, defensa del legado socialista, sí al cambio, Suárez, sí al cambio, centralidad. Las palabras claves que sirven para etiquetar una proclamación del candidato convertida en un elogio de la unidad, aunque incompleta por la ausencia de varios barones y del siete por Madrid, Eduardo Madina. Un acto breve colonizado también por Díaz, que no quiso protagonizar una intervención plana, de trámite, como la que el año pasado hizo Javier Fernández​. Ella también quiso brillar, tejiendo un discurso de apelación al ser y estar del partido, casi como si fuera ella la candidata, y no Sánchez. Buscaba epatar, como sucedió en la Conferencia Política de 2013, en la época aún de Alfredo Pérez Rubalcaba.

La proclamación no se alargó más de la cuenta. Casi media hora por discurso y punto. Los dirigentes tenían que marchar a Madrid, al cambio de la plaza de Vázquez de Mella, que fue rebautizada como plaza de Pedro Zerolo, un homenaje a un hombre luchador de los derechos del colectivo LGTBI, exconcejal del PSOE, fallecido hace casi un año. El broche para una jornada de forzada fraternidad socialista en vísperas del 26-J.

'Un sí por el cambio', lema hasta el 26-J, y una nueva estética... aunque repite Begoña Gómez

El PSOE contraviene la costumbre política de utilizar un eslogan para la precampaña y otro para la campaña. Esta vez usará un solo lema, hasta el final del 26-J, 'Un SÍ por el cambio'. Con el SÍ en mayúsculas.En los últimos 15 días, en la campaña pura y dura, se añadirá la petición de voto.Para el 20-D, empleó 'El cambio que une' primeroy luego'Vota por un futuro para la mayoría'.

El eslogan presidía la escenografía del pabellón Los Rosales de Móstoles, donde se celebró el acto de proclamación de Pedro Sánchez como candidato a La Moncloa, ante más de 500 militantes y simpatizantes. Junto al lema,el nombre del secretario general y las siglas del partido, imágenes de margaritas y flores silvestres, y las letras SÍ omnipresentes.Un cambio de aires respecto a la puesta de largo de su anterior proclamación como aspirante presidencial, en junio de 2015, en el teatro circo Price de la capital.

Entonces presidió la escena unabandera gigante de España sobreimpresionada en la pantalla. Todo un 'shock'para un partido en cuyos mítines abundan las enseñas del partido, pero no el símbolo nacional. Sánchez necesitaba dotarse de un perfil presidencial. De ahí la austeridad del espacio, su comparecencia en traje y corbata (roja, su preferida),la subida a la tarima de su mujer, Begoña Gómez. Ahora el PSOE buscó una escenografía más propia de los mítines, sin más golpe de efecto que el eslogan repetido por el pabellón y el SÍ bien grandón. El líder estuvo sentado al lado de su esposa. Ella apareció en la sala con los barones, un paso por detrás de Susana Díaz, y se dispuso a saludar y besar a los presentes. También acompañó a su marido al final. Él también cambió de 'look': americana y pantalón oscuros, camisa blanca, su preferida.

Ni Díaz ni Sánchez tuvieron un atril desde el que resguardarse. Ni papeles. Sólo un micrófono de diadema como único complemento.Sánchez no recurrió siquiera al 'teleprompter', como en otros discursos importantes, para poder leer su intervención sin ayuda de papeles.

Una campaña binaria. En términos de sí o no. De plebiscito por el cambio. Pedro Sánchez lleva remachando esa idea fuerza desde el mismo día en que se arruinaron definitivamente sus aspiraciones a presidir el Gobierno. Pero ese será el cimiento de su campaña del 26-J. Y si quedaba alguna duda, las despejó todas este sábado. El PSOE es la "garantía" del cambio, y se basta solo, bastan sus cuatro letras, "no hace falta más". Sin coaliciones ni marcas difusas.

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