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La oferta de Iglesias al PSOE para el Senado abre a Sánchez otro frente con sus barones
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RUMBO A LAS ELECCIONES DEL 26-J

La oferta de Iglesias al PSOE para el Senado abre a Sánchez otro frente con sus barones

El paso de Podemos obliga al líder socialista a vetar acuerdos y desbaratar en la práctica las negociaciones ya emprendidas. Salta a la primera línea su choque con Puig, que sí quiere pactar

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, caminando por la carrera de San Jerónimo, el pasado 30 de marzo, antes de su última reunión pública. (Reuters)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, caminando por la carrera de San Jerónimo, el pasado 30 de marzo, antes de su última reunión pública. (Reuters)

Otra hábil jugada de Podemos que deja fuera de juego al PSOE. Una oferta de pacto global para concurrir juntos en las elecciones del 26 de junio al Senado. En toda España. "No, gracias", le respondió Pedro Sánchez de forma taxativa. Un no que no iba dirigido solo a Pablo Iglesias, sino también a los barones que sí mantenían canales de negociación abiertos en Valencia, Aragón y Baleares. En las tres comunidades, las tres pilotadas por presidentes socialistas, se había planteado la opción de sumar fuerzas contra el PP en la Cámara Alta, pero la negativa del secretario general y las dificultades que estaba poniendo Podemos a una entente a varias bandas ha conducido esos movimientos a una vía prácticamente muerta. Aunque las conversaciones seguirán, y con más ahínco si cabe en Valencia, cuyo 'president', Ximo Puig, había protagonizado la apuesta más fuerte y no se va a rendir pese al veto expreso de Sánchez.

El líder socialista ya había prevenido a Iglesias, en conversación telefónica a primera hora de la mañana, sobre su negativa antes de que este hiciese pública la oferta y la carta adjunta. A pesar de ello, el jefe de la formación emergente siguió adelante con su plan. Un plan que, inevitablemente, despertó las tensiones internas de los barones con Ferraz y que el propio Iglesias avivó reclamando a Sánchez que “escuche” a los dirigentes territoriales del PSOE que están de acuerdo con intentar un pacto unitario de la izquierda. Pero Sánchez no se va a apear de su posición. En 'Las mañanas de Cuatro', insistió en que el de su partido es un proyecto "autónomo y distinto" al de Podemos, que no se presta a una "sopa de letras" y que lo de Iglesias no era más que una "operación de 'marketing' para decir que el PSOE no quiere entenderse" con el partido morado. Pero su no es inamovible. Esa es su doctrina y, como aclaraban horas más tarde, no la cambiará.

Ferraz advierte de que Sánchez no se apeará de su "no, gracias" a la propuesta de coalición con Podemos, porque el PSOE es un "proyecto autónomo"

Los dirigentes de Podemos coincidieron con Iglesias en que el líder del PSOE debe releer con calma la carta y reconsiderar la oferta para, al menos, ponerse de acuerdo en algunas comunidades. “En muchos territorios hay dirigentes socialistas que están de acuerdo” con la alianza para el Senado, subrayó Iglesias, poniendo de relieve los supuestos vetos de Ferraz a las negociaciones de varios de sus barones con los líderes territoriales de Podemos.

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IU también está de acuerdo

Claro que el movimiento de Podemos no era gratuito. Se enmarca dentro de la estrategia de campaña para el 26-J con la que pretende polarizar las posiciones con el PP y mostrar mano tendida con el PSOE. Los socialistas, en cambio, han centrado el grueso de sus ataques en Podemos y Pablo Iglesias, sin perder de vista que su "adversario" sigue siendo Mariano Rajoy. Un juego en el que no quieren entrar ni el líder de Podemos ni el de IU, insistiendo ambos en que son aliados naturales del PSOE y que sea cual sea el resultado del 26-J, propondrán a Sánchez que forme parte junto a ellos de un Gobierno de coalición progresista. Ayer martes, en una comparecencia en Estrasburgo junto a los representantes del grupo GUE/NGL, en el que están integrados Podemos e IU, Alberto Garzón calificó al PSOE como un potencial aliado. El líder de la federación de izquierdas y ya nuevo socio de Iglesias calificó incluso la oferta al PSOE de “muy inteligente” y aseveró estar al corriente de ella y haberla aprobado antes de remitir la misiva.

La ejecutiva valenciana aprueba por unanimidad una resolución en la que propone un acuerdo con Compromís y Podemos, que Ferraz rechaza de plano

La presentación del acuerdo entre Podemos e IU ha marcado el inicio de la precampaña, en la que ambos aliados quieren obligar al PSOE a posicionarse respecto a su política de pactos poselectorales. Ambas formaciones justifican incluso su alianza puntal, en unas elecciones interpretadas en clave de segunda vuelta, por el hecho de que remarán juntas en las negociaciones para la formación de un Ejecutivo. La oferta de alianza para el Senado fuerza en este sentido a Sánchez a rechazar un pacto y cargar así sobre sí toda la culpabilidad, al tiempo que Podemos puede blanquear su imagen.

Lo cierto es que Ferraz ya veía con escepticismo y frialdad las posibilidades de pacto en Aragón, Baleares y Valencia. En los últimos días, cuando se preguntaba a la cúpula si validaría los acuerdos con Podemos en esos territorios, daba una larga cambiada y respondía que cuando llegasen las propuestas, se analizarían. Pero en el equipo del secretario general se anticipaba que las negociaciones quizá no llegaran a culminar y no había previsión de adelantar la convocatoria del comité federal -su reunión está prevista para el sábado, pero es el viernes cuando se agota el plazo legal de registro de las coaliciones ante la Junta Electoral- o suplirla por una cita de la dirección para dar el visto bueno.

El gesto de Iglesias abrió una visible avería a Sánchez con uno de sus barones de mayor peso (e integrante del sector crítico), Ximo Puig, cercano además a la andaluza Susana Díaz. El 'president' tenía programada una reunión del plenario de su ejecutiva, y en ella defendió la necesidad de un acuerdo con las formaciones que suscribieron el Pacte del Botànic que permitió su investidura: con Compromís, socio de su Gobierno, y con Podemos, que apoya desde fuera. Por unanimidad, la ejecutiva del PSPV validó su apuesta, que escribió negro sobre blanco en una resolución que envió a Ferraz [aquí en PDF].

Cruce Luena-Boix

César Luena, secretario de Organización del PSOE, había advertido a su homólogo valenciano, Alfred Boix, antes de la entrevista de Sánchez en Cuatro, de que el líder respondería con un tajante no a la oferta de Podemos. Una negativa que dejaba en mal lugar a Puig, que llevaba días empeñando su palabra, promoviendo una entente con las fuerzas de izquierda para dar un vuelco a los resultados en el Senado -el PP se hizo con nueve parlamentarios, por dos del PSPV y uno de Compromís-. Por la tarde, una vez llegó la resolución a Ferraz, Luena volvió a hablar con Boix para lanzarle un aviso rotundo: su propuesta decaería "con seguridad" en la reunión de la comisión federal de listas del viernes. Boix, cuentan en su entorno, planteó una segunda vía, aparte de la coalición clásica: situar en las listas un solo candidato por provincia de los socialistas, para que Compromís-Podemos pusieran en las suyas los otros dos aspirantes restantes. Luena se negó, porque interpretaba que era una "coalición encubierta" y porque cualquier entendimiento con la formación morada "rompe la estrategia de campaña" de Sánchez.

En Aragón y Baleares, las posibilidades de acuerdo se habían ido achicando por las dificultades que planteaba la formación emergente

El responsable del aparato valenciano, no obstante, llevará "hasta el final su propuesta", según confirman fuentes de su entorno. O sea, que la defenderá ante la comisión de listas del viernes. "Está aprobada por unanimidad y no nos la vamos a guardar. Nosotros sí nos creemos el federalismo, y tenemos la oportunidad de arrebatar la mayoría al PP", explican en el PSPV. En Ferraz mantienen la advertencia. "Ximo no está autorizado a negociar nada, él querrá tener su minuto de gloria porque no sale en los medios. Pero no va a salir adelante esa propuesta. El PSOE es un proyecto autónomo que va a presentar sus listas el 26-J de principio a fin", rubrican fuentes oficiales.

En Aragón y Baleares, el choque con la cúpula federal no se producirá, previsiblemente. En la primera comunidad, el cruce entre Sánchez e Iglesias pilló a los socialistas reunidos con otras ocho formaciones de izquierda, convocadas por Chunta Aragonesista (CHA), para articular una candidatura unitaria al Senado. La número dos del presidente Javier Lambán, Pilar Alegría, comentó a los periodistas que veía "dificultades serias" por los vetos que, "de forma soterrada", había establecido Podemos y que su partido no podía aceptar, como que el exjefe del Ejecutivo aragonés Marcelino Iglesias deje de ser senador autonómico o que se supriman las diputaciones provinciales. Los socialistas seguirán las conversaciones, pero entienden que "no llevarán a ningún lado", y menos con el poco tiempo disponible que queda.

El PSC no repite intentona

En Baleares, la negociación ya se hallaba casi muerta antes de este martes, ya que en Menorca Podemos rechazó una lista conjunta con el PSOE en el Senado, y en Ibiza la formación morada proponía un candidato que los socialistas no veían como un "verdadero independiente". En Mallorca "ni se habían iniciado conversaciones", según explica un miembro de la ejecutiva de la presidenta de las islas, Francina Armengol. En Cataluña, el PSC, que había participado en anteriores legislaturas en pactos con ICV-EUiA (2011-2015) y con los ecosocialistas más ERC antes (2000-2011), tampoco se abrieron contactos para el 26-J. La dirección de Miquel Iceta sí recogió el guante de la propuesta de un grupo de federalistas de izquierdas para conformar una lista unitaria el 20-D, "pero En Comú Podem ni siquiera respondió", alegan en la cúpula socialista.

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En Ferraz y en las federaciones aragonesa y balear, aparte del PSC, entienden que la idea de pacto global lanzada por Iglesias es "puro teatro", una "propuesta trampa", una oferta que hizo pese a no "creérsela" y para "limpiar su imagen", porque no tenía visos de prosperar, toda vez que el tiempo real para armar una coalición es escasísimo a estas alturas.

En el equipo de Sánchez subrayan que Iglesias quiere "limpiar su imagen", pese a que encarna "el partido del no", porque no quiso sacar a Rajoy de La Moncloa

"Podemos tuvo la oportunidad de pactar con el PSOE y de investir a un presidente socialista en dos votaciones, la del 2 y la del 4 de marzo, y no quiso. Ahora quieren un pacto porque necesitan un torniquete que sea capaz de frenar su sangría de votos, y por eso se han aliado con IU también. Pablo quiere esconder que él es el partido del no, de la intransigencia, el que ha permitido que Mariano Rajoy siga en La Moncloa, y lo pagará en las urnas", comentan en el equipo de Sánchez, con evidente indignación. En la dirección federal, recalcan que Iglesias y los suyos "no son de fiar", y sí de "estrategias comunicativas", de "decir y no hacer". Lo que desde luego sí reconocen al jefe de la formación morada, en Ferraz y en los territorios, es su "habilidad", su "eficacia" a la hora de vender su mensaje e intentar desarbolar al contrario.

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Los colaboradores de Puig asumen también que Podemos "ha desbaratado en parte" la apuesta firme del 'president' por una candidatura de la izquierda. "Ellos tampoco se creen el federalismo", indican con resignación. Pero en la cuenta de resultados queda que un intento de confluencia para el Senado ha acabado provocando un palpable enfrentamiento dentro del PSOE. De Sánchez con uno de sus presidentes autonómicos, Ximo Puig, y ayudando a desmontar los intentos de listas conjuntas para la Cámara siempre olvidada.

Otra hábil jugada de Podemos que deja fuera de juego al PSOE. Una oferta de pacto global para concurrir juntos en las elecciones del 26 de junio al Senado. En toda España. "No, gracias", le respondió Pedro Sánchez de forma taxativa. Un no que no iba dirigido solo a Pablo Iglesias, sino también a los barones que sí mantenían canales de negociación abiertos en Valencia, Aragón y Baleares. En las tres comunidades, las tres pilotadas por presidentes socialistas, se había planteado la opción de sumar fuerzas contra el PP en la Cámara Alta, pero la negativa del secretario general y las dificultades que estaba poniendo Podemos a una entente a varias bandas ha conducido esos movimientos a una vía prácticamente muerta. Aunque las conversaciones seguirán, y con más ahínco si cabe en Valencia, cuyo 'president', Ximo Puig, había protagonizado la apuesta más fuerte y no se va a rendir pese al veto expreso de Sánchez.

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