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C's busca consolidar el centro y aplacar las dudas de sus votantes en la campaña del 26-J
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C's busca consolidar el centro y aplacar las dudas de sus votantes en la campaña del 26-J

El 38% de los votantes de C's encuestados por el CIS reconoció haber dudado entre Rivera y Rajoy el 20-D. C's luchará en una campaña menos generalista por disipar la indecisión

Foto: Multiexposición en cámara del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva nacional del partido. (EFE)
Multiexposición en cámara del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva nacional del partido. (EFE)

El barómetro poselectoral que el CIS publicó la semana pasada puso negro sobre blanco que un alto porcentaje de españoles acudirá a las próximas elecciones generales de junio con dudas, igual que les ocurrió el pasado diciembre. En el caso de PP y Ciudadanos, este fenómeno es todavía mayor. Un 38% de los encuestados que afirmó haber votado a la formación dirigida por Albert Rivera no supo hasta el último momento si apostar por Mariano Rajoy o por el dirigente barcelonés. Ese sector es precisamente el que el partido de Génova quiere repescar y por el que Ciudadanos luchará hasta el final. El caso de la formación conservadora se agudizó todavía más: el 63% de los encuestados que depositaron su confianza en los populares también dudó si decantarse por la bancada naranja.

Combatir las dudas se ha convertido precisamente en el mayor reto de la formación nacida en Barcelona de cara al nuevo combate electoral. El vicesecretario general del partido, José Manuel Villegas, reconoce que la prioridad es “consolidar el espacio de centro” que desde hace tantos años “no ha existido en España o, al menos, no ha tenido representación en las instituciones”. En el equipo de Rivera están convencidos de que el tiempo juega a su favor. “Teníamos un partido extraparlamentario. En estos cuatro meses ha habido tiempo para que la gente nos conozca más, no solo nuestras ideas sino nuestra forma de trabajar [en referencia al periodo de negociaciones que, según todas las encuestas, los ciudadanos premian]”.

El hasta ahora desconocimiento del funcionamiento del partido era para la formación el mayor hándicap. “Ciudadanos no tiene experiencia en la gestión de lo público. Las personas que dejaron de votar a un partido viejo y apostaron por el nuestro lo hicieron motivadas por las ideas y el líder que las comunica”, explica la mano derecha de Rivera. Fue así. Según el CIS poselectoral, un 40% de los votantes encuestados que votaron a C’s cree que las ideas de la formación naranja representan las suyas propias. También la confianza en el máximo dirigente se hace más que visible en el caso de Albert Rivera. El 25,7% de los electores que se decantaron por el partido de centro lo hizo teniendo en cuenta al candidato en sí. Un porcentaje muy alto en comparación con sus rivales políticos, donde el PP ocupa el segundo lugar, y un 17,7% de sus votantes, según el barómetro, tomó su decisión por la figura de Mariano Rajoy.

Ciudadanos confía en que será el asentamiento del propio partido y el conocimiento de la sociedad -más allá del nombre y el líder- lo que poco a poco consiga que las dudas sean menores. “Hemos avanzado mucho en los últimos meses y somos prudentes con las encuestas, pero todas ellas muestran que la gente ha valorado lo que hemos hecho desde el 20 de diciembre. Eso es lo que tenemos que conseguir. Que nuestra forma de actuar convenza a los ciudadanos”, aseguran dirigentes de la cúpula naranja.

El problema es que la precampaña ya ha dado el pistoletazo de salida y en apenas dos meses los españoles están convocados de nuevo a las urnas. Las distintas formaciones trabajan intensamente en la estrategia de una campaña que está llamada a ser la definitiva. Podemos e IU perfilan la confluencia que puede provocar un verdadero terremoto electoral, PSOE busca retener a sus votantes -que se marchan a C’s y Podemos según las encuestas- y el PP diseña unas intensas semanas de trabajo en busca de recuperar 500.000 votantes que el 20-D decidieron apostar por Albert Rivera. Ciudadanos ultima algunas novedades en su campaña para “conectar con la gente” en un momento de hartazgo generalizado.

La formación de centro apostará por actos de tipo sectorial para hablar con asociaciones y grupos de la sociedad civil interesados en temas determinados para evitar cansar al conjunto de la sociedad. Serán reducidos -habrá muchos menos actos masivos típicos de campaña de discurso genérico- para exponer sus ideas y el programa que proponen. “Habrá que ser creativos e imaginativos, rehuir los formatos tradicionales” y la clave territorial perderá fuerza. La formación de Rivera no pretende centrar sus esfuerzos en las comunidades más fuertes para el partido (Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía) y competirá por actos propositivos más interactivos en distintos puntos de España, contando con dirigentes que hasta hace pocos meses eran desconocidos.

Aun así, la campaña seguirá contando con un perfil presidencial -como ya fue la del 20-D-, ya que en opinión de la cúpula del partido, las encuestas y resultados “nos reafirman en que nuestra estrategia de comunicación tiene que seguir siendo explicar y transmitir nuestras ideas con nuestro líder. Es la manera de identificarse y afianzarse”.

En clave estrictamente política, el aislamiento a Podemos seguirá siendo el gran objetivo para Ciudadanos. El partido de centro reconoció que uno de sus 'errores' en la pasada campaña electoral fue la escasa presión ejercida sobre la formación de Iglesias, confiando en que el PP de Rajoy se centraría en esa labor. Por otro lado, como resulta evidente, la ruptura con los socialistas será completa.

Rivera ya advirtió de que "el pacto decaería" en este escenario, aunque en el seno del partido confían en 'sacar pecho' por el acuerdo alcanzado. La conclusión obtenida por la ejecutiva nacional es que Ciudadanos consiguió salir reforzado del periodo de negociaciones, convirtiéndose en un partido decisivo pese a estar en una situación complicada, con 40 escaños. La incógnita sigue siendo cómo encararán PP y C’s su relación mutua, ahora que las encuestas sitúan su futuro pacto como el más que probable.

El barómetro poselectoral que el CIS publicó la semana pasada puso negro sobre blanco que un alto porcentaje de españoles acudirá a las próximas elecciones generales de junio con dudas, igual que les ocurrió el pasado diciembre. En el caso de PP y Ciudadanos, este fenómeno es todavía mayor. Un 38% de los encuestados que afirmó haber votado a la formación dirigida por Albert Rivera no supo hasta el último momento si apostar por Mariano Rajoy o por el dirigente barcelonés. Ese sector es precisamente el que el partido de Génova quiere repescar y por el que Ciudadanos luchará hasta el final. El caso de la formación conservadora se agudizó todavía más: el 63% de los encuestados que depositaron su confianza en los populares también dudó si decantarse por la bancada naranja.

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