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El CIS afianza la estrategia transversal de Podemos: menos izquierda y más rural
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CONQUISTA VOTO RURAL Y MENOS IDEOLOGIZADO

El CIS afianza la estrategia transversal de Podemos: menos izquierda y más rural

La estrategia transversal de Podemos para apelar a todos los sectores sociodemográficos e ideológicos se va haciendo realidad, según confirman los datos del último barómetro del CIS

Foto: El secretario político de Podemos y responsable del diseño de la estrategia electoral, Íñigo Errejón, durante un acto celebrado en Valencia la pasada semana. (EFE)
El secretario político de Podemos y responsable del diseño de la estrategia electoral, Íñigo Errejón, durante un acto celebrado en Valencia la pasada semana. (EFE)

Podemos nació con el objetivo de convertirse en una fuerza transversal, apelando a las mayorías sociales, a la “gente”, según la terminología recurrente de sus dirigentes. Para ello prescindió de las etiquetas de izquierda y derecha, sustituyéndolas por las de arriba y abajo, al tiempo que se buscó la permeabilidad con las diferentes tradiciones ideológicas y capas sociales. Una estrategia inclusiva, diseñada por Íñigo Errejón, que no dio sus frutos en su primera cita con las urnas, al limitar sus caladeros de voto en las grandes ciudades y las generaciones más jóvenes. El cambio político suele empezar por el mundo urbano, argumentan los analistas políticos de Podemos, conscientes de que sin romper la barrera de las zonas rurales, así como de la tercera edad que va asociada, se haría inviable el “asaltar los cielos”. Con el tiempo, la estrategia transversal va cogiendo forma. Al menos, eso indican los datos del último barómetro del CIS.

"Ni de izquierdas ni de derechas"

En una escala del 1 al 10, en la que el uno significa extrema izquierda y el 10 extrema derecha, el 27,4% de los potenciales votantes de Podemos se situaban en el uno hace ahora un año. La media, siguiendo esta misma escala, era del 2,28, lo que sitúa a los votantes de Podemos como los más izquierdistas de los consultados. En el último CIS, los electores de Podemos (según su recuerdo de voto el 20-D) que sitúan al partido en el 1 se reduce hasta el 16,4%, mientras que la media es ahora de 2,88.

Esta variación de medio punto en la percepción ideológica de Podemos por parte de sus propios votantes supone un salto cualitativo hacia posiciones más alejadas de la extrema izquierda. Precisamente, la estrategia de Podemos en las pasadas elecciones generales se centró en moderar el discurso y revestirlo de un marco socialdemócrata para atraer al votante del PSOE, el espacio sociológico en el que siempre quiso asentarse la formación.

Los datos del CIS se corresponden al recuerdo de voto de las generales y el estudio de campo se realizó antes del inicio de las negociaciones para la confluencia con Izquierda Unida-Unidad Popular. Una alianza que modificaría la estrategia transversal, aunque solo sea puntualmente y por un “matrimonio de conveniencia”, al volver a enmarcar a Podemos en el eje izquierda-derecha. De hecho, Podemos era la fuerza situada más a la izquierda, según sus potenciales votantes hace un año, mientras que ahora lo es Izquierda Unida (2,54).

Sin barreras en el rural

Una buena parte de los votos de Podemos provinieron en las europeas de las ciudades con más de un millón de habitantes (Madrid y Barcelona), aunque con respecto al CIS de abril de 2015 ya se observaba un avance hacia caladeros de votos en los núcleos con poblaciones entre los 50.000 y los 100.000 habitantes. En el último barómetro se consuma la tendencia hasta el punto de revertirse.

La diferencia entre zonas rurales y urbanas se ha reducido al mínimo, a pesar de lo cual Podemos tiene previsto realizar más actos en pequeñas ciudades

A la pregunta de “suponiendo que mañana se celebrasen elecciones generales, es decir, al Parlamento español, ¿a qué partido votaría Ud.?”, el porcentaje de personas de municipios menores de 2.000 habitantes que responden Podemos es incluso mayor al de los habitantes de ciudades con una población superior al millón: un 7% frente al 6,8%. En las localidades de 2.001 a 10.000 habitantes, es de 8,5%, en las de 10.001 a 50.000 es de 9% y en las de 50.001 a 100.000 baja a 5,7%.

La tendencia que ya se apuntaba hace un año se afianza en el último barómetro. La presencia de Podemos se extiende del mundo urbano al rural, si bien en el cómputo general la intención de voto hacia la formación emergente (sumando las confluencias) desciende tres puntos porcentuales en comparación con las pasadas elecciones.

La diferencia inicial entre zonas rurales y urbanas ha acabado reduciéndose al mínimo, a pesar de lo cual Podemos tiene previsto realizar más actos de campaña en pequeñas ciudades e incluso en el rural, comenzando con la iniciativa “El Congreso en tu plaza”. El salto cualitativo experimentado por la formación emergente no es extensible a sus confluencias, cuyos apoyos siguen centrándose principalmente en las grandes urbes. En Comú Podem, por ejemplo, cosecha un punto de potenciales votantes en las localidades de menos de 2.000 habitantes y sigue una tendencia ascendente hasta llegar al 8,8% en las de más de un millón (Barcelona). En el caso de Compromís su caladero es Valencia.

Podemos nació con el objetivo de convertirse en una fuerza transversal, apelando a las mayorías sociales, a la “gente”, según la terminología recurrente de sus dirigentes. Para ello prescindió de las etiquetas de izquierda y derecha, sustituyéndolas por las de arriba y abajo, al tiempo que se buscó la permeabilidad con las diferentes tradiciones ideológicas y capas sociales. Una estrategia inclusiva, diseñada por Íñigo Errejón, que no dio sus frutos en su primera cita con las urnas, al limitar sus caladeros de voto en las grandes ciudades y las generaciones más jóvenes. El cambio político suele empezar por el mundo urbano, argumentan los analistas políticos de Podemos, conscientes de que sin romper la barrera de las zonas rurales, así como de la tercera edad que va asociada, se haría inviable el “asaltar los cielos”. Con el tiempo, la estrategia transversal va cogiendo forma. Al menos, eso indican los datos del último barómetro del CIS.

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