"La gran coalición sería posible tras el 26-J si hay cambio de liderazgo en el PSOE"

Ahora que la repetición de elecciones es oficial, la pregunta es inevitable: ¿qué ocurrirá tras el 26 de junio? Todas las encuestas elaboradas hasta el momento muestran que el panorama político no cambiaría sustancialmente con respecto al que las distintas fuerzas encontraron tras la jornada electoral del pasado 20 de diciembre, en el que se vieron incapaces de llegar a un acuerdo para formar Gobierno. Los motivos que han terminado por provocar la celebración de unos nuevos comicios así como los distintos escenarios que podrían aparecer a partir del 26-J, fueron analizados este miércoles en Madrid en un foro político organizado por El Confidencial, DYM y Banco Sabadell.

Más allá del escenario que dibujan los sondeos, algunos expertos en la materia no dan por seguro que los resultados que arrojen las nuevas elecciones vayan a ser tan similares a los de diciembre. Julián Santamaría, catedrático de Comunicación política por la Universidad Complutense, así lo reconoce, teniendo en cuenta la peculiaridad del momento político en este país. "La presencia de dos nuevos partidos que irrumpieron con gran pujanza, la enorme versatilidad del electorado, que llegaba a unas tasas de cambio de voto enorme -hasta el 30%-, y la incertidumbre posterior respecto a la gobernabilidad con esos resultados" son para el profesor los ingredientes de un cóctel imprevisible.

En la misma línea, Francesc de Carreras defiende "no tener nada claro" que los resultados puedan ser tan similares después de estos cuatro meses de negociaciones. "Habrá personas que puedan pensar tras este periodo que prefieren cambiar su voto o decidir abstenerse, por ejemplo". De hecho, teniendo en cuenta que "la asbtencion puede subir un 6 o 7%" a causa del cansancio y hastío de los ciudadanos, "todo se puede desequilibrar", afirma.

También hay diversidad de opiniones respecto a la opción política que tras el 26-J tendrá más posibilidades de formar Gobierno. Como explica Santamaría, esta complicada situación habría tenido una "solución muy sencilla" si la fragmentación de izquierda y derecha hubiera respondido a unas "pautas semejantes a las de Francia", donde la alternancia de dos partidos se ve relevada por la "alternancia o el debate entre dos coaliciones alternativas". Sin embargo, asegura el catedrático, tanto Ciudadanos como Podemos emergieron "con el objetivo de competir y no de completar", lo que dificultó mucho las cosas.

La catedrática de Comunicación política por la Universidad Rey Juan Carlos, Edurne Iriarte, contempla como una opción poselectoral la gran coalición PP-PSOE tan reclamada por Rajoy, siempre y cuando los socialistas cambien de líder. Uriarte asegura que si hubiera finalmente un recambio en el liderazgo de Ferraz, "se abriría una posibilidad de pacto con el Partido Popular", ya que la posición del PSOE mantenida en estos cuatro meses de "veto absoluto" a Génova tal vez no sería mantenida "por otro dirigente que no fuera Pedro Sánchez". Posibilidad que Gabriel Colomé, profesor de Comunicación política de la Universidad Autónoma de Barcelona, ni siquiera contempla, y considera además que no debe haber un pacto entre los dos grandes partidos españoles.

Según el profesor de la Autónoma, "si hubiera ese acuerdo, automáticamente una parte de sus electorados podría decidir engrosar y alimentar a las otras dos formaciones de la oposicion". Pero, sobre todo, matiza Colomé, "bloquearía futuras posibles coaliciones de alternativa en posteriores legislaturas". De la misma forma, el profesor valora el acuerdo logrado entre socialistas y naranjas y descarta que Albert Rivera vaya a pactar formalmente con Rajoy tras el 26-J si piensa en la supervivencia de su partido. "No puede pactar, porque eso fue lo que hizo Suárez y desapareció. Ciudadanos debe consolidarse como alternativa de centro antes de dar ese paso", explica.

Sobre el documento de 66 páginas firmado entre Sánchez y Rivera, también se pronunció el profesor Santamaría para analizar el coste que puede tener para el electorado de ambas formaciones. "Es posible que algunos electores premien a C's y PSOE por haberse esforzado en llegar a un acuerdo o puede ser que no, y beneficie a Podemos o a PP". En consecuencia, continúa Santamaría, "los dirigentes tendrán que sacar conclusiones sobre si deben o no flexibilizar su posición". De hecho, ambas formaciones se encuentran ya trabajando en su estrategia aunque, de momento, pretenden sacar rédito del pacto explicando a la ciudadanía su empeño por intentar formar Gobierno frente el inmovilismo o las 'ocurrencias' de sus rivales.

Francesc de Carreras, catedrático de Derecho constitucional y firmante del manifiesto de 2005 que alumbró al partido Ciudadanos un año más tarde, también cree que la formación de Rivera debe centrarse en conseguir una "presencia propia" y no jugar a "sustituir a PSOE ni PP" para preservar su capacidad de pactar con los dos. Muy diferente es el caso de Podemos en su opinión, no solo porque pueda pretender dar el 'sorpasso' al Partido Socialista sino porque su posición queda muy alejada del resto de formaciones. Carreras afirmó de hecho que el PSOE, consciente de esta realidad, "nunca quiso pactar con Podemos", y el documento común con Ciudadanos "lo blindó" frente a Iglesias y los suyos, a sabiendas de que nunca se unirían a ese acuerdo.