El PSOE apoya la ley estrella de Podemos aunque le fustiga por bloquear el Gobierno

Podemos consigue que el Congreso apruebe tramitar su iniciativa estrella, la Ley 25 de Emergencia Social, pero de poco servirá, porque decaerá en cuanto se disuelvan las Cámaras y se convoquen elecciones para el 26 de junio. Y lo logra porque el PSOE y el resto de la izquierda parlamentaria la respaldan.

Los socialistas quisieron hacer este martes un gesto evidente de acercamiento cuando ya el tiempo se agota para formar Gobierno y cuando su mensaje está dirigido a culpabilizar a la formación morada de levantarse de la mesa y no poner fin al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Un movimiento más para demostrar que los dos partidos no están tan lejanos en las políticas y que les separan la ambición de Pablo Iglesias por los "sillones".

La Ley 25 fue la proposición con que Podemos se estrenó en el Congreso nada más constituirse, una batería de medidas que persigue el "cumplimiento efectivo" del artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y que comprende desde la prohibición de los desahucios sin alternativa de vivienda, condona las deudas hipotecarias, acaba con los copagos sanitarios, regula el derecho a una alternativa habitacional a las mujeres víctimas de la violencia machista o garantiza el suministro de gas y electricidad a las familias más vulnerables. Una norma de "coste cero", según sostienen los de Iglesias.

La proposición de ley recibió el apoyo de PSOE, ERC, Compromís, IU-Unidad Popular, Coalición Canaria y Nueva Canarias. El no procedió del PP, Foro Asturias y UPN, y la abstención, de Ciudadanos, Democràcia i Llibertat y el PNV. En total, 167 votos a favor, 114 en contra y 52 abstenciones. Pero su toma de consideración no salió gratis a la formación morada, porque los demás grupos lo azotaron por su redacción, que consideran deficiente. La socialista Isabel Rodríguez, de hecho, lanzó durísimas críticas durante su intervención, avisando de sus errores de "fondo y forma", como la ausencia de una memoria económica o de medidas para crear empleo o la implantación de un ingreso mínimo vital.

La proposición de ley recibe el apoyo de PSOE, ERC, Compromís, IU, CC y NC. El no procede del PP, Foro y UPN, y la abstención, de Ciudadanos, DiL y PNV

"Criticar es más fácil que legislar. Una ley es algo muy serio; afecta a millones de personas. Ustedes ya no son solo tertulianos de televisión. Ahora están ustedes en el Congreso de los Diputados representando a los ciudadanos. Esto no va de titulares. Esto va de legislar. Y esta iniciativa deja mucho que desear", porque solo aborda tres cuestiones -asistencia sanitaria, vivienda y suministros energéticos-, pero "de manera incorrecta, sesgada e ineficaz". O sea, que solo se ponen "parches a las consecuencias", y no se atiende las causas.

ERC critica la "chapuza" de texto

Claro que la mayor carga de profundidad se la reservó el PSOE a la actitud de Podemos, en contraposición con la suya. Así, la Ley 25 “pasa a tramitarse porque el Grupo Socialista la va a apoyar". "Pero puede decaer en 15 días, y no será ley si ustedes no apoyan un Gobierno que la lleve a cabo -denunció Rodríguez-. Nosotros votamos con ustedes para corregir las políticas de Rajoy, mientras ustedes votan para mantener a Rajoy en La Moncloa". Mientras la diputada parlamentaba desde la tribuna, se podía ver a Iglesias llevándose la mano al rostro, llamándola "caradura".

Nosotros votamos con ustedes para corregir las políticas de Rajoy, mientras ustedes votan para mantener a Rajoy en La Moncloa

Rafa Mayoral, el portavoz de Podemos que defendió con vehemencia la iniciativa, reconoció que la ley puede mejorarse, pero debe ser prioritaria ahora que se han conocido las fortunas de españoles en Panamá. "A los preferentistas se les robó a manos llenas y va siendo hora de que los dirigentes de entidades financieras expliquen por qué las cajas y bancos tenían sede en las Islas Caimán para vender preferentes y que cuenten por qué luego se las colocaron a los jubilados", apremió.

No solo el PSOE criticó la propuesta por su contenido y sus formas. Quizás el más elocuente fue Joan Tardà, de ERC, que, "sorprendido e incluso cabreado" con Podemos, llegó a calificar el texto de "chapuza" porque invade las competencias de las comunidades autónomas y no especifica quién tendría que pagar las medidas. El diputado de Ciudadanos Pablo Yáñez anticipó que su formación no bloquearía el debate, aun a sabiendas de que la iniciativa contiene planteamientos "inviables" y "demagógicos", acorde con las promesas de la formación morada, que los naranjas catalogan de irreales. "Medidas irreales", "populistas" y que aumentan el gasto, coincidió la parlamentaria del PP María Eugenia Romero, que también reprochó a los de Iglesias su "pésima técnica legislativa".

"Reparto de papeles"

El apoyo de los socialistas a la propuesta estrella de Podemos se contextualiza, como todo a estas alturas, dentro del andamiaje discursivo que pretende presionar al máximo a Podemos y responsabilizarlo del adelanto electoral. La estrategia ya está en marcha desde hace días, pero la ruptura de las negociaciones y la probabilidad más que cierta de que el 26-J es inevitable explica cada una de las maniobras de Sánchez y su equipo. Con distinto tono, pero con el mismo objetivo.

Esta mañana sorprendió el registro conciliador empleado por el secretario general, cuando pidió a Podemos que "desbloquee" la situación y permita un Gobierno del cambio, cuando reclamó a Pablo Iglesias, pero también a Albert Rivera, que abandonen los "vetos y exclusiones" mutuos y ayuden a construir juntos un Ejecutivo alternativo al de Mariano Rajoy. El tono chocó de forma notable con el empleado apenas 24 horas antes por el portavoz en el Congreso y jefe del equipo negociador, Antonio Hernando, quien subrayó que "el tiempo de las ofertas se acabó" y añadió que Iglesias "no es de fiar".

En la dirección y en el grupo parlamentario insistían en que no se había producido un quiebro en el discurso, ni una modificación de la estrategia. Simplemente se trataba, explicaban distintas fuentes, de un "reparto de papeles" entre el líder, que tiene que "preservar su rol de candidato, más institucional", y su portavoz de las negociaciones, que tiene que expresar el "ánimo" del partido y el enfado y la indignación con Podemos.

Diputados y dirigentes elogian la "coherencia" mostrada por Sánchez. La estrategia es clara: presionar al máximo a Podemos y culparle del 26-J

Los dirigentes próximos a Sánchez elogiaban su "coherencia" en todo el proceso de conversaciones, que debe "mantener hasta el final". También, razonaban, por una cuestión de lógica, porque formalmente las elecciones del 26-J no están convocadas y todos los actores están interesados en "mantener viva la llama" hasta que se constate que ya todo es imposible. Y eso se sabrá el 26 de abril, cuando el rey Felipe VI concluya su tercera ronda con los líderes políticos y se cerciore de que no hay ningún candidato que consiga los apoyos suficientes para la investidura [aquí el comunicado de la Jefatura del Estado].

Ejecutiva federal, el lunes 18

En el PSOE ya está instalada la convicción de que Podemos no rectificará, porque Iglesias ya tiene convocada su consulta a las bases y les ha recetado que apoyen su apuesta por un Ejecutivo a la valenciana y rechacen la fórmula de "un Gobierno basado en el pacto Rivera-Sánchez". Eso sí, algunos advierten de que "hasta el rabo todo es toro", y nadie puede predecir el final al cien por cien. Pero la dirección se siente en la obligación de trasladar la presión a la formación morada, y recalcar que su jefe intentará "hasta el último segundo" de esta legislatura dar vida al "Gobierno del cambio". No hay más ofertas, en efecto, hacia Iglesias, ni siquiera una invitación a que se siente a otra nueva mesa de diálogo.

El líder no encontró críticas en la reunión con su grupo: intervinieron varios diputados y todos ellos alabaron el recorrido de los últimos meses

Lo que demanda el secretario general es que se sume al carro, que no impida un Gabinete progresista y reformista y que reflexione su posición después de que el escándalo de los papeles de Panamá haya salpicado al ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria. No está en su mente abandonar el pacto con C's. "Soy una persona que, tanto en política como en la vida, hace lo que dice. Me han llamado Judas, me han acusado de tener las manos manchadas de cal viva. Nunca me explicaré el odio y el rencor que tiene Iglesias al PSOE", se defendió ante sus diputados y senadores este martes.

Sánchez no encontró críticas internas en la reunión con su grupo parlamentario, a la que asistieron los miembros del comité negociador. Intervinieron cinco diputados -el valenciano José Luis Ábalos, el donostiarra Odón Elorza, el cacereño César Ramos, el murciano Pedro Saura y el asturiano Antonio Trevín-, y todos ellos lo hicieron para elogiar la estrategia del secretario general y el camino recorrido hasta ahora. Los cálculos de la dirección es que el proceso de negociaciones, pese a acabar en fracaso, ha "servido para fortalecer al partido y a Pedro" de cara a las generales del 26-J, porque "se ha visto que es Podemos quien no quiere pactar" y que el PSOE sí se ha "esforzado", como por cierto indican las encuestas.

El mensaje hacia fuera, pues, es de "mano tendida", de que el líder y candidato no se "rinde", de que perseguirá su objetivo de alianza transversal hasta la extenuación. Pero de puertas para dentro, el partido ya se va preparando para la carrera del 26-J. Por el momento, ya está convocado el plenario de la ejecutiva federal para el próximo lunes, 18 de abril. Lo siguiente será la convocatoria de un comité federal para activar el engranaje de las primarias o la proclamación directa de Sánchez como candidato.