Ferraz ve con buenos ojos la consulta de Iglesias y cree que marca un "avance"

La dirección del PSOE siempre pone por delante la cautela en sus relaciones con Podemos, pero en esta ocasión no esconde cierto optimismo por la decisión de Pablo Iglesias de consultar a sus bases cualquier decisión que tome el partido sobre la conformación de Gobierno, tanto si finalmente cuaja un acuerdo con el PSOE como si hay que forzar nuevas elecciones.

Los socialistas celebraban este sábado su comité federal al mismo tiempo que la formación morada tenía reunido a su consejo ciudadano estatal. Pero Pedro Sánchez no pudo pronunciarse sobre el anuncio de Iglesias durante su primera intervención en abierto, porque no se conocía la noticia. Ya en la réplica, sobre las dos de la tarde, a puerta cerrada, no se pudo detener porque no había tenido acceso más que a los titulares. No obstante, sí reconoció que "ha habido un punto de inflexión" en la actitud de Iglesias en los últimos días.

Ferraz considera "positiva" la propuesta del jefe de Podemos, lo considera un "avance" dentro de un giro operado esta semana, y que se visualizó en la entrevista de ambos líderes en el Congreso, este miércoles, en la que comenzó el deshielo. Claro que el optimismo no es total, porque aún queda mucho camino por recorrer y, a la postre, la voluntad de pactar se apreciará, entre otras cosas, en la formulación de la pregunta que Iglesias lance a sus casi 400.000 inscritos y qué sentido del voto prescriba.

Fuentes de la dirección informaron al término del comité, por tanto, de que ven con buenos ojos el referéndum en Podemos, que "respetan" plenamente las decisiones y la democracia de otro partido, aunque lamentan que Iglesias no hubiera lanzado esa consulta un mes antes, cuando se produjo la investidura fallida de Sánchez y la formación morada y sus confluencias votaron en bloque en contra, y con el PP, de su elección como presidente del Gobierno.

Consulta también en el PSOE

Miembros de la ejecutiva socialista consideraban, a la salida del comité, que Iglesias ha dado "un paso más", y que ha ido cediendo desde sus posiciones iniciales, puesto que hasta ahora nunca se planteaba la abstención al acuerdo de PSOE y Ciudadanos, y ahora, entendían, sí deja esa puerta abierta. No obstante, el líder de la formación morada advirtió de que en ningún momento Podemos se planteó la abstención a un pacto "continuista" que prolongue las políticas del PP y que sigue barajando, por tanto, dos escenarios: un pacto con los socialistas por un "Gobierno de cambio" y "a la valenciana", o bien ir a nuevas elecciones.

Sánchez afirma que se siente "cómodo" con el pacto con C's y se abre a introducir cambios en materia fiscal, de emergencia social o reforma laboral

Sánchez también confirmó esta mañana ante los suyos que, "si hay cambios sustanciales" dentro de su alianza con C's, el nuevo texto, con las aportaciones de Podemos, pasará por el refrendo de la militancia del PSOE y del comité federal. A puerta cerrada, según fuentes de la dirección, el secretario general subrayó que el suyo es un partido "coherente", que se siente "cómodo" con el acuerdo con Albert Rivera, porque no colisiona con los principios y valores de los socialistas. "Y ahora toca la parte más sencilla, la de enriquecerlo". Sánchez dijo estar dispuesto a introducir cambios "en materia de fiscalidad, emergencia social o en la reforma laboral". El líder volvió a insistir en que quiere un Gobierno a tres, con las dos formaciones emergentes, aunque son estas las que se vetan mutuamente. Pero que lo positivo es que las tres emprenderán conversaciones juntas a partir de la próxima semana.

El secretario general sostuvo que la próxima legislatura "necesariamente pasará por el Congreso", que será necesario un "Gobierno parlamentario", de modo que no será tan importante la composición del Ejecutivo como el debate en las Cámaras, dado que las tres fuerzas "del cambio" deberán llegar "permanentemente a acuerdos". A los dos emergentes les reclamó "unidad" en "esta hora decisiva" y responsabilidad para liquidar al Gobierno de Mariano Rajoy, y para ello apremió a Iglesias y a Rivera a "ceder", igual que los socialistas están dispuestos a hacer en las apenas tres semanas que quedan para saber el final del viaje de las generales del 20-D.