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Ciudadanos 'esprinta' para sentar en la mesa a PP y PSOE antes de Semana Santa
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PRESIONAN PARA QUE HAYA UNA PRIMERA TOMA DE CONTACTO

Ciudadanos 'esprinta' para sentar en la mesa a PP y PSOE antes de Semana Santa

Aunque hasta después de la festividad no habrá grandes novedades, Ciudadanos presiona para que haya un encuentro a tres bandas. Todos están de acuerdo en sentarse a hablar

Foto: Albert Rivera habla con Rafael Hernando, portavoz en el Congreso del PP, en la votación de investidura de Sánchez. (EFE)
Albert Rivera habla con Rafael Hernando, portavoz en el Congreso del PP, en la votación de investidura de Sánchez. (EFE)

PP, PSOE y Ciudadanos están de acuerdo en sentarse en una mesa para negociar. Los populares prefieren hacerlo por separado, primero con los socialistas y después con el partido de centro. En cambio, los firmantes del acuerdo de Gobierno que tanto rechazo causó entre sus rivales políticos siguen apostando por acudir de la mano a cualquier reunión, aunque el PSOE por primera vez incluyó al PP en su ronda de negociaciones. "Paso a paso", como aseguran fuentes de la formación naranja, se van levantando algunos vetos.

A pesar de que distintas fuentes parlamentarias afirman que hasta después de Semana Santa no habrá novedades notables en las conversaciones -más teniendo en cuenta la decisión del Rey de no nombrar un nuevo candidato a la investidura de momento- el grupo liderado por Albert Rivera está presionando a izquierda y derecha para lograr un encuentro a tres bandas antes de la festividad para, como mínimo, que haya una primera toma de contacto. La mayor resistencia de Génova viene dada por el documento elaborado por los equipos negociadores de PSOE y C's que contiene 200 reformas como plan base.

El Partido Popular insiste en que las fuerzas han de llegar a la cita con un "folio en blanco" y pretenden además que la negociación pivote sobre el documento que Mariano Rajoy entegó al dirigente catalán en su encuentro hace semanas. Fuentes de Ciudadanos insiste en que una hoja en blanco "sólo era posible el 21 de diciembre" y, sobre el texto propuesto por el PP insisten en que "es demasiado generalista" ya que el acuerdo logrado por ellos y los socialistas desarrolla las grandes líneas trazadas por el PP. Aunque todavía no hay fecha concreta para que se produzca el encuentro, miembros de la formación naranja reconocen que hay contactos telefónicos y esperan poder confirmar pronto una cita entre equipos o portavoces. La idea es que el encuentro se produzca con representantes de los tres partidos constitucionalistas y Ciudadanos forzará que el PP diga sobre el papel las reformas que de verdad son contrarias al partido y sus votantes como tantas veces ha asegurado el propio Rajoy. "Que se retraten porque la mayoría son perfectamente asumibles", insisten altos cargos del partido nacido en Barcelona.

Desbloquear la situación con una reunión es el primer objetivo para Rivera, que lo ve bastante factible. "También parecía imposible que se sentaran PSOE y PP y ahora públicamente han dicho que lo harán", asegura un miembro del equipo negociador. Ciudadanos ha contado siempre con desarrollar su estrategia teniendo en cuenta los plazos. "Dos meses dan para mucho", aseguran integrantes de la Ejecutiva, convencidos de que el PP en un sentido u otro deberá ceder. Todas las encuestas publicadas auguran un panorama sin diferencias sustanciales si se repiten elecciones generales y la única cosa clara es que deberá haber diálogo entre tres fuerzas políticas como mínimo.

En ese contexto, la formación de centro presiona a los populares mientras agita la posibilidad de que si no hay un acuerdo entre los tres partidos constitucionalistas, la vía de la izquierda con Podemos a la cabeza comenzará a ganar peso. Con todo, tanto Ciudadanos como PSOE están recibiendo la crisis interna del partido liderado por Pablo Iglesias como un soplo de aire fresco, ya que se han visto obligados a rebajar la presión en el plano nacional para apagar los fuegos de su propia casa.

Por ahora, el partido centrista ve con optimismo la situación y se creen capaces de sortear las dificultades. La cúpula del partido generó tres grandes retos en los últimos meses. El primero de ellos y tras los resultados de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, Ciudadanos se puso como objetivo terminar con la sensación de que su formación y PP así como PSOE y Podemos debían ser socios naturales. En vista de lo acontenido, la formación de centro consiguió desvincularse de esa idea al acercar a los grandes líderes hasta el punto de firmar un acuerdo de Gobierno. "Ahora nadie nos puede decir que sólo estemos en el centro-derecha. Estamos en el centro de un lado y de otro y los ciudadanos lo pueden juzgar cada día", insiste un dirigente de la formación. El segundo reto pasaba por lograr un resultado en las generales de diciembe que fuera decisivo a través de la abstención. Con 40 escaños -PP con 123 y PSOE, 90- no lo consiguieron. Los diputados logrados por Ciudadanos obligan a que el pacto incluya siempre una tercera fuerza.

De ahí la durísima autocrítica que el partido protagonizó en la reunión de su ejecutiva nacional del 7 de enero cuando el vicesecretario general, José Manuel Villegas, anunció la apertura de un informe técnico para diseccionar cada uno de los errores que pudieron cometer en la campaña electoral y que culminaron con un resultado inferior al de las expectativas generadas. Entre los 'desaciertos', el partido aseguró haber quemado las 'balas' de su propuesta con demasiada antelación, provocando un evidente desgaste e la propia formación y sus líderes. También achacaron el relativo 'pinchazo' a la falta de estructura territorial y mala gestión de su vertiginoso crecimiento.

En tercer lugar y último reto urgente, también en vista del desenlace de las elecciones generales, Ciudadanos debía evitar el acercamiento entre el PSOE y Podemos para postularse como eje de la otra alternativa. También el partido se siente satisfecho en este punto. La firma del acuerdo de Gobierno de Albert Rivera y Pedro Sánchez es definitiva al respecto. Después de tres semanas de intensas negociaciones, las dos formaciones consiguieron ponerse de acuerdo en temas complejos y antagónicos según sus programas, que iban desde la reforma laboral hasta el sistema fiscal, pasando por la educación y la reforma constitucional. Tras cesiones, cambios de última hora y algún malestar que otro, consiguieron sacar adelante el documento de 66 páginas que ninguna otra formación respaldó en el debate de investidura, entregándole el 'no' a Sánchez, a excepción de Coalición Canaria.

Con Rajoy, "es imposible"

La ofensiva lanzada por Rivera en las últimas semanas contra la figura de Mariano Rajoy parece ya imparable. En Ciudadanos no hay ninguna duda: no ven posible que el actual presidente en funciones encabece la nueva etapa política en España tras la gestión realizada y especialmente con los múltiples casos de corrupción que estallado en el partido durante los últimos meses.

El acuerdo firmado con el PSOE debe ser la base sobre la que trabajen las tres formaciones aunque el partido de centro insiste en que en estos momentos "no hay un candidato" a la presidencia del Gobierno sobre la mesa. Rivera llegó incluso a afirmar que sin Rajoy al frente "podría cambiar todo" y dirigentes de la formación reiteran que no cierran la puerta a Génova, aunque el rechazo a su jefe actual es innegable. El líder catalán lanzó varios 'recados' a algunos dirigentes de las filas populares con la intención de que se abra el debate acerca del liderazgo en el PP.

Ni un sólo peso pesado del partido conservador pone en tela de juicio a Rajoy como líder, pero miembros de Ciudadanos aseguran que tampoco antes estaba ni siquiera sobre la mesa la posibilidad. "Ahora se habla del tema", sugieren. La intención de Rivera pasa por que los populares valoren la dimensión de la situación actual y vean qué posibilidades reales tiene el partido con él como candidato. "Nosotros no pedimos la cabeza de nadie. Ellos se deben dar cuenta", afirman.

PP, PSOE y Ciudadanos están de acuerdo en sentarse en una mesa para negociar. Los populares prefieren hacerlo por separado, primero con los socialistas y después con el partido de centro. En cambio, los firmantes del acuerdo de Gobierno que tanto rechazo causó entre sus rivales políticos siguen apostando por acudir de la mano a cualquier reunión, aunque el PSOE por primera vez incluyó al PP en su ronda de negociaciones. "Paso a paso", como aseguran fuentes de la formación naranja, se van levantando algunos vetos.

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