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Pedro Sánchez: "Es la hora crucial para comprometernos con nuestra patria, España"
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primera sesión del debate de investidura en el congreso

Pedro Sánchez: "Es la hora crucial para comprometernos con nuestra patria, España"

El candidato rechaza la entente con el PP y presiona a Podemos: "¿Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no?". Señala que el PSOE "no exige nada" y no tiene "líneas rojas"

Foto: Pedro Sánchez, en un momento de su discurso de investidura, este 1 de marzo en el Congreso. (EFE)
Pedro Sánchez, en un momento de su discurso de investidura, este 1 de marzo en el Congreso. (EFE)

"Todo esto lo podemos hacer la próxima semana". Mezcla de resignación, de esperanza y de apremio. Un canto a una investidura que previsiblemente no llegará y que podría poner "en marcha el cambio que esperan millones de españoles". Cambio, cambio, cambio. La palabra fetiche de Pedro Sánchez. Su arma más poderosa convencer a los que ya están convencidos de lo contrario de que "España necesita con urgencia un acuerdo político", de que llegó la hora de comprometerse con una "causa común". "Nuestra patria, España".

"Todo esto lo podemos hacer la semana próxima". La muletilla que el secretario general del PSOE introdujo este martes recurrentemente en su discurso de investidura ante el Congreso para mover las conciencias de la izquierda parlamentaria que dice no a su elección como presidente del Gobierno. Es también una de las frases que quedarán en la retina de la alocución de 96 minutos de Sánchez y que no llevaba escritas en su papel inicial. Una intervención articulada en casi tres capítulos: la pedagogía del acuerdo, de la necesidad del diálogo, de la exigencia de atender el "mandato" del cambio; la explicación del programa de gobierno pactado con Ciudadanos -con un desarrollo mayor de la tensión Cataluña y una llamativa eliminación del pasaje dedicado a la controvertida supresión de las diputaciones provinciales- y la apostilla final, la que recorría toda su argumentación: no hay más que dos salidas: o él o Mariano Rajoy. "Y a esta pregunta tendremos que responder sencillamente sí o no. En ese momento sabremos dónde está cada uno".

[Consulta aquí en PDF el discurso de investidura de Pedro Sánchez]

El mensaje tenía un destinatario claro desde el principio: la izquierda parlamentaria. Podemos, Izquierda Unida y Compromís. Son ellos los que tienen en su mano facilitar la investidura del líder socialista. Sánchez no cesó de repetir que sólo hay una disyuntiva: "¿Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no?". Y para ello el PSOE "no exige nada, no aspira a nada", ni pone "líneas rojas", tan sólo pone "firmes convicciones" sobre la mesa.

Discurso de Pedro Sánchez

Sánchez construyó su discurso sobre esa doble alternativa con la que machaca su partido: "O no hacer nada y dejar al señor Rajoy y su Gobierno en funciones durante los próximos meses, o apostar por un cambio nacido del diálogo y del acuerdo. Sólo hay dos opciones. A esta Cámara le toca decidir qué postura tomar. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha". "Encastillarnos en nuestras posiciones no puede ser una alternativa. Equivale a que no pase nada", sostuvo.

No a la gran coalición

El líder socialista pretende encabezar, pues, el "Gobierno del cambio", que deje atrás "el chantaje, la imposición y el abandono", que destierre de la vida pública "el insulto, la descalificación", el "miedo que atenaza y fractura", que abra "un tiempo de tolerancia y respeto", que esté presidido por el "diálogo y el acuerdo", en el que se tenga presente que "la cesión no es una derrota, sino un puente hacia el entendimiento". Asumió que el PSOE no tiene la mayoría suficiente para llevar su programa a cabo, y para gobernar en solitario, por lo que hace falta la convivencia, el consenso, el acuerdo. "Creo, de corazón, que en esta hora es crucial para quienes tenemos diferentes ideas, comprometernos en una causa común: nuestra patria, España".

El candidato enhebra una enmienda a la totalidad a los años de Rajoy, por su inacción, por sus recortes, por el nivel de corrupción "insoportable"

La solución no puede ser, defendió, "una gran coalición", como quiere el PP. Y ahí estaba otro de los protagonistas de su discurso, aparte de la izquierda, aparte de su socio, Ciudadanos: Mariano Rajoy. Al presidente en funciones le dedicó las mayores críticas, por su inacción, por sus políticas de recorte, por la corrupción que "ha alcanzado un nivel insoportable". El Gobierno que quiere encabezar supondría, de hecho, una enmienda a la totalidad de los últimos cuatro años.

La solución tampoco puede venir por una coalición de izquierdas. Porque, sencillamente, no suma, sería una "falsa esperanza". Sánchez reconoció que a "muchos votantes socialistas nada les gustaría más" que un Gobierno con las izquierdas.

Pedro Sánchez da las gracias a Rivera "por su valentía y coraje"

No cabe, esgrimió. La única salida es un Gobierno "que haga efectivo lo que une a la mayoría de los 350 diputados". "¿Por qué no nos unimos para hacer un Gobierno del cambio? ¿Por qué no votamos juntos a favor de todo en lo que estamos de acuerdo? ¿Dónde está el problema?". Sánchez lo sabe también: que Ciudadanos y Podemos se anulan mutuamente. Que se declaran incompatibles.

No hay suma con la misma ideología

El secretario general, no obstante, insistió en que toca "configurar una nueva forma de hacer política", que se modela "a partir del diálogo", de acuerdo, "y no del asalto", como querría Pablo Iglesias. La aritmética actual "no es un puzle irresoluble". "No hay una suma posible posible sólo con partidos de la misma ideología. Estamos obligados a mezclarnos. Tenemos que hacer mestizaje ideológico. Tenemos que hacerlo bien". Porque el mestizaje "enriquece" y la "uniformidad empobrece".

Estamos obligados a mezclarnos. Tenemos que hacer mestizaje ideológico, y descubriremos que enriquece, y la uniformidad empobrece

Guiado por esa convicción, Sánchez dio "un paso adelante" para intentar conformar Gobierno, sin caer en el "escapismo" de Rajoy. Ese paso, ese "primer paso" es el acuerdo con Ciudadanos, a cuyo presidente, Albert Rivera, dio gracias por su "valentía y coraje". Ambos tejieron un pacto que "no confronta sino que convoca a la mayoría de españoles", que es "abierto al encuentro" de otras formaciones y que permite "una salida al atasco político que vive España", ya que pone en marcha la cadena de plazos que puede conducir a nuevas elecciones el 26 de junio si antes del 2 de mayo no hay presidente del Gobierno.

Sánchez hace un guiño a los grupos de izquierdas que no gusta a Podemos

Ese canto a la alianza con la formación naranja dio paso a la explicación de su programa, que intenta dar respuesta a los "cinco desafíos" que tiene por delante el país: el empleo y la economía, la lucha contra la desigualdad, la regeneración democrática y el blindaje de los derechos y libertades, la potenciación del papel de España en el mundo y Cataluña. Sánchez desarrolló este capítulo más de lo que figura en el acuerdo con C's. Partiendo de la evidencia: que parte de la sociedad catalana "ha desconectado" con el proyecto común de España. Para resolver la crispación, no basta con la "defensa de la legalidad vigente", hay que "tender puentes". Y para ello prometió activar las comisiones bilaterales Gobierno-Generalitat, asumir las 23 demandas que en su momento planteó Artur Mas a Rajoy, dar vida a aquellas reclamaciones que comparten Cataluña y otras comunidades, como la derogación de la reforma local o la "paralización de la Lomce". Y, en fin, la reforma de la Constitución, en la que tiene encaje el desarrollo de la estructura "federal" del Estado.

El cambio "que une"

En la última parte, Sánchez volvió al principio. A su defensa del Gobierno del cambio, del consenso. Porque los ciudadanos "exigen arriesgarse a un diálogo del que ninguno saldrá igual que cuando lo inició". "Tenemos una oportunidad, la tenemos al alcance de la mano, para reconducir la historia de España a la senda de prosperidad y convivencia", alertó. El candidato propuso construir "una España mejor", "fuerte y solidaria en el mundo", "la España de las oportunidades, los derechos y las libertades", la "España laica", la España "libre de corrupción", la España "federal". "Este es el cambio que propongo. Un cambio que una de nuevo a los españoles, y a todos los territorios", redondeó, recuperando una idea de largo aliento, desde su proclamación como candidato para las generales.

Sánchez acaba presentándose como "uno más de los 350" diputados, al que correspondió hoy traer a la Cámara una propuesta de Gobierno "abierta"

Al final, Sánchez retornó al punto de origen. Insistió en que el cambio no es posible si no se implica la izquierda. No fue iluso: "Todos sabemos de antemano el resultado de la votación final de esta investidura si nos atenemos a lo escuchado estos días". Pese a la previsible derrota, el candidato se proclamó "orgulloso" de lo recorrido: por trabajar "por el cambio" para los españoles, por "extender la mano a todos los que compartan un objetivo común" y por no haber fallado al Rey. "Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del jefe del Estado". Por eso, siente que ha "cumplido".

Sánchez hace del pacto su mantra para gobernar

El secretario general se presentó, a la postre, como "uno más de los 350" diputados. Uno más al que este martes le correspondió "traer a la Cámara una propuesta abierta a su votación esta semana". Propuesta con tres ejes: sacar a España del "bloqueo", poner en marcha "el cambio" que los españoles "esperan" y avanzar. A su juicio, sólo cabe responder "sencillamente sí o no". O sea, un plebiscito sobre él. O sobre la salida o no de Rajoy, que es el negativo de su oferta.

Siguieron este lunes el discurso del candidato tres presidentes socialistas -el valenciano Ximo Puig, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el manchego Emiliano García-Page-, y varios líderes autonómicos del partido, como la vasca Idoia Mendia o la navarra María Chivite. Además, arroparon al secretario general miembros de su equipo negociador que no son diputados, como Jordi Sevilla, José Enrique Serrano o Rodolfo Ares.

En la tribuna de invitados también se sentaba su mujer, Begoña Gómez, junto a sus padres. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, no viajó a Madrid porque está preparando su comparecencia de mañana miércoles en el Parlamento de Andalucía. Entre los presentes, también los jefes de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez.

Las principales medidas de Sánchez

Buena parte del discurso de Sánchez se centró en la explicación de las medidas de su programa de gobierno pactado con Ciudadanos. Aquí reseñamos algunas de las 109 recogidas por el candidato:

-Impulsar un nuevo modelo productivo de crecimiento inclusivo, medioambientalmente sostenible y fundamentado en la productividad.

-"Derogar" los elementos más "nocivos"de la reforma laboral del PP.

-Poner en marcha el diálogo social para elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores.

-Cierre progresivo de las centrales nucleares al cumplir 40 años de su vida útil.

-Pacto de Estado de la energía.

-Negociar con Bruselas un nuevo calendario para la reducción del déficit.

-Renunciar a que el ajuste se haga recortando el Estado del bienestar.

-Efectuar una reforma fiscal integral y progresiva. Reforzar la lucha contra el fraude.

-Poner en marcha de forma inmediata un plan de emergencia social que reconozca el ingreso mínimo vital y la reducción de la pobreza laboral con un complemento salarial garantizado.

-Subida del salario mínimo.

-Recuperación del subsidio de desempleo para los parados de más de 52 años.

-Aprobación de una ley de lucha contra la pobreza energética.

-Impulso de medidas contra el sobreendeudamiento y los desahucios.

-Recuperar la universalidad de la sanidad pública.

-Recuperar el consenso alrededor del Pacto de Toledo.

-Revitalización de la Ley de Dependencia.

-Reconocer a todas las mujeres un bonus de dos años de cotización por cada hijo a efectos del cálculo de las pensiones.

-Pacto social y político por la educación que contenga la configuración de la beca como un derecho.

-Rebaja del IVA cultural.

-Primar la independencia, profesionalidad e imparcialidad de los cargos de designación parlamentaria. Una "auténtica revolución", dijo.

-Reforma del sistema electoral.

-Derogación de la prisión permanente revisable.

-Derogación del artículo 315. 3 del Código Penal sobre el ejercicio del derecho de huelga.

-Derogar la última reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en lo referido a los plazos de la instrucción.

-Reforma de la Ley de Financiación Autonómica.

-Derogar la reforma local impulsada por el PP.

-Reforma exprés de la Constitución para acabar con los aforamientos, limitar a ocho años el mandato del presidente del Gobierno, reducir a 10 el número de vocales del Poder Judicial y reducir a 250.000 las firmas necesarias para presentar una iniciativa legislativa popular.

-Garantizar el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad.

-Ley de muerte digna.

-Revitalizar la Ley de Memoria Histórica.

-Eliminar los aspectos regresivos de la 'ley mordaza'.

-Pacto social, político e institucional contra la violencia de género.

-Impulsar una política europea común de asilo e inmigración.

-Recuperar la justicia universal.

-Apoyar la coalición global contra el Estado Islámico.

-Activar las comisiones bilaterales Estado-Generalitat.

-Compromiso con algunas de las peticiones de la Generalitat (financiación suficiente, paralización de la Lomce, incremento del presupuesto en políticas de empleo...).

-Creación de una subcomisión que estudie la modificación de la Carta Magna.

"Todo esto lo podemos hacer la próxima semana". Mezcla de resignación, de esperanza y de apremio. Un canto a una investidura que previsiblemente no llegará y que podría poner "en marcha el cambio que esperan millones de españoles". Cambio, cambio, cambio. La palabra fetiche de Pedro Sánchez. Su arma más poderosa convencer a los que ya están convencidos de lo contrario de que "España necesita con urgencia un acuerdo político", de que llegó la hora de comprometerse con una "causa común". "Nuestra patria, España".

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