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El Congreso reparte cargos y complementos a los diputados sin saber qué tareas tendrán
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la incertidumbre de la formación de Gobierno

El Congreso reparte cargos y complementos a los diputados sin saber qué tareas tendrán

Sin materia sobre la que legislar ni Ejecutivo que controlar, los parlamentarios entran en su segundo mes con nómina mientras los grupos se temen seguir así hasta abril

Foto: El presidente del congreso, Patxi López (c, fondo), se dirige a los diputados del Congreso durante la sesión constitutiva de la Cámara Baja. (EFE)
El presidente del congreso, Patxi López (c, fondo), se dirige a los diputados del Congreso durante la sesión constitutiva de la Cámara Baja. (EFE)

A la espera de que la XI Legislatura pueda arrancar de verdad, el Congreso cierra el reparto de cargos (y complementos salariales) entre los diputados sin saber qué tareas podrán afrontar el mes próximo si sigue sin haber Gobierno. Sin materia sobre la que legislar ni Ejecutivo que votar y controlar, los parlamentarios entran en su segundo mes con nómina a cargo de la Cámara Baja mientras los grupos se ponen en lo peor: la repetición de elecciones.

Los responsables parlamentarios debaten ya cómo justificar sus sueldos durante dos meses y medio a base de conferencias de prensa, comparecencias de expertos en las comisiones o plenos "declarativos" para asuntos de mayor calado. La primera tarea del Congreso, una vez formado después de las elecciones, es investir un presidente del Gobierno, misión que hasta los comicios del 20-D se culminaba en menos de cuatro semanas cuando el resultado era claro y en ocho en el caso más complicado, cuando José María Aznar obtuvo 156 escaños en 1996.

Esta vez, 61 días después de las elecciones, las negociaciones de los partidos no acaban de arrancar. El mayor avance constatado en público es que el PSOE (90 escaños) sigue sus conversaciones para que los de Albert Rivera (40 diputados) se abstengan. Pedro Sánchez no ha sumado todavía ningún voto para sus aspiraciones a ser jefe del Ejecutivo, y los partidos más propicios a apoyarle (IU y Compromís) podrían aportar hasta seis. Supone un total de 96 diputados en una Cámara compuesta por 350 miembros.

Con ese panorama, en el Congreso, la cita del pleno de investidura del próximo día 2 de marzo se espera y teme como un mero trámite para que se ponga en marcha el mecanismo constitucional que obliga a disolver las Cámaras a los dos meses, en caso de seguir sin presidente del Gobierno. Luego, la ley electoral fija otros 54 días para sacar las urnas, exactamente el 26 de junio. En ese caso, los diputados y los senadores elegidos en diciembre pasado habrán cubierto seis meses en el cargo y cobrado de las Cámaras durante ese tiempo, aunque apenas se hayan estrenado en sus funciones.

Los parlamentarios tienen garantizados sus ingresos, asignación constitucional más indemnización, entre la elección y la disolución de las Cámaras. Los miembros de la Diputación Permanente mantienen íntegro su salario hasta que dan el relevo a los miembros de las Cortes entrantes.

La principal novedad en la XI Legislatura, inédita en casi todo, sería que la práctica totalidad de los parlamentarios que terminaran mandato en la primera semana de abril pedirían la compensación estipulada (dos mensualidades) para cada final de legislatura con destino a los diputados y senadores que aspiran a repetir. En este supuesto, todos, salvo algún arrepentido o disidente que los partidos dejarían fuera. En el caso del PP, Pedro Gómez de la Serna se quedaría sin escaño.

De momento, la Mesa del Congreso que preside el socialista Patxi López ha desplegado a toda prisa la constitución de las comisiones parlamentarias como si ya hubiera un Gobierno que controlar y proyectos de ley que tramitar. Solo quedan por formar algunas comisiones mixtas, a medias con el Senado. Incluso la de Asuntos Exteriores se ha estrenado para escuchar las explicaciones del ministro del ramo en la materia, José Manuel García-Margallo, ante la cita del Consejo Europeo de esta semana. Y pese a que el titular está en funciones: procede de un Ejecutivo elegido en la anterior legislatura.

En el Congreso se han constituido ya una veintenta de comisiones parlamentarias, lo que conlleva la elección de los presidentes, vicepresidentes y secretarios de cada una, más los portavoces y adjuntos correspondientes de cada grupo parlamentario. Los complementos salariales mensuales brutos oscilan entre los 1.431 euros de los cargos principales, los 1.046 de los secundarios y 697 de los adjuntos.

Para dar trabajo a las distintas comisiones, algunos grupos como el PSOE ya proponen el desfile de expertos o responsables de distintos sectores sociales con la idea de debatir o tantear al menos algunas de las contrarreformas o derogaciones de leyes que defienden, como la laboral. Para el pleno, plantean debates teóricos o declarativos, dado que no hay Gobierno que pueda proponer nada, los grupos parlamentarios tampoco pueden 'instar' a ningún Ejecutivo a hacer nada y si se ponen ellos de acuerdo en alguna medida concreta legislativa tampoco cuentan con un Gabinete que la presupueste y aplique.

En fuentes parlamentarias comentan que aunque los partidos no se puedan poner de acuerdo para formar Gobierno, sí lo tendrán que hacer para fijar un mínimo de actividad parlamentaria seria, no solo ruedas de prensa, que justifique los sueldos durante los próximos meses.

A la espera de que la XI Legislatura pueda arrancar de verdad, el Congreso cierra el reparto de cargos (y complementos salariales) entre los diputados sin saber qué tareas podrán afrontar el mes próximo si sigue sin haber Gobierno. Sin materia sobre la que legislar ni Ejecutivo que votar y controlar, los parlamentarios entran en su segundo mes con nómina a cargo de la Cámara Baja mientras los grupos se ponen en lo peor: la repetición de elecciones.

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