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El PSOE seguirá presionando a Podemos pese a que no ve en Iglesias voluntad de acuerdo
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NO HAY VIRAJES TRAS LA CONTRAOFERTA DE LA FORMACIÓN MORADA

El PSOE seguirá presionando a Podemos pese a que no ve en Iglesias voluntad de acuerdo

Los socialistas mantienen inalterable su propósito de atraer a otras formaciones y contar con Podemos, aunque creen que su último órdago apunta a que quiere nuevas elecciones

Foto: Sánchez, junto al presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Sebastián Reina, durante su reunión, este lunes en el Café Central de Madrid. (EFE)
Sánchez, junto al presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Sebastián Reina, durante su reunión, este lunes en el Café Central de Madrid. (EFE)

No habrá cambios en la hoja de ruta socialista. Ninguno. La comisión negociadora irá acercando posturas con todos los grupos para buscar la investidura de Pedro Sánchez, y continuará presionando a Podemos para que se siente a la mesa, pese a que no ve voluntad de acuerdo en la formación morada, y a que en muchos dirigentes cunde la sensación de que lo que quiere Pablo Iglesias es caminar hacia nuevas elecciones, con la esperanza de poder certificar el 'sorpasso' al PSOE.

El secretario general de Podemos volvió este lunes por sus fueros. Con una rueda de prensa plagada de fuegos artificiales que venía a redoblar y perfilar el órdago que él mismo lanzó el pasado 22 de enero, cuando anunció su apuesta por un Gobierno de coalición con los socialistas e IU y con él de vicepresidente. Iglesias entró al detalle. Presentó su documento 'Bases políticas para un Gobierno estable y con garantías' [aquí en PDF], en el que deja por escrito que el referéndum catalán es "imprescindible" (lo reclama para la primera etapa en el Ejecutivo y con una pregunta "única y clara") y que incorpora una pormenorizada estructura gubernamental: 15 ministerios, una treintena de secretarías de Estado y una Vicepresidencia -en manos de Iglesias-, que asumiría la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el CIS, el BOE y una Oficina de Derechos Humanos.

"Pablo, no sabes dónde estás". Antonio Hernando, el jefe de los negociadores socialistas, resumía el sentimiento que recorría las filas del partido. No tanto porque sorprendiera la puesta en escena y el listón de las exigencias, sino porque venía a reflejar que Iglesias no acaba de asumir su "papel" y el rol que corresponde a Sánchez, que tiene la encomienda del Rey de intentar formar Gobierno, con lo que es él quien debe llevar la iniciativa. "Perplejidad, preocupación, decepción", señaló Hernando, que pidió al jefe de Podemos lo mismo que reclama a Mariano Rajoy: "Respeto a la Constitución y al encargo de la Jefatura del Estado".

El PSOE se sentará con Podemos, pero mantendrá el 'no' al referéndum

El candidato es Sánchez, y no Iglesias

Los socialistas quieren dejar claro que por ellos no quedará, que Sánchez peleará por el acuerdo a fin de conseguir su billete para La Moncloa a partir del 2 de marzo, cuando comenzará el debate de investidura en el Congreso. Que no será él quien rompa la baraja. De ahí que Hernando manifestara otra vez que su partido sigue con la "mano tendida". Y eso que la no renuncia al referéndum en Cataluña es un escollo insalvable, ya que el PSOE nunca transigirá con el derecho a decidir, pues su apuesta es la reforma constitucional, que luego sea votada por todos los españoles. Así se lo repetirá a los interlocutores de la formación morada. Misma idea, por cierto, que Sánchez recalcará este martes a ERC y DiL, con quienes se entrevistará por la tarde y con los que no pretende negociar nada.

Algunos dirigentes creen que con la exigencia del reférendum y la puesta en escena, Iglesias busca "la ruptura" y no pactar medidas concretas

Iglesias quiere verse con Sánchez otra vez. Quiere "recibirle", dentro de su ronda de reuniones propia con líderes políticos. El PSOE no está por la labor, porque entiende que ha de ser el aspirante presidencial designado por Felipe VI el que lleve la batuta. Hernando no descartó un encuentro entre ambos, pero fuentes de la dirección consultadas por este periódico confirmaron que no comparten la fórmula de Iglesias. "Pedro ya se vio con Pablo [el pasado 5 de febrero] y ahora es el turno de los equipos negociadores", indican en el entorno del secretario general. El problema es que Podemos no ha nombrado aún ninguna comisión encargada de dialogar con el PSOE, precisamente porque Iglesias desea ser él quien explique su documento al candidato a la investidura.

Pablo Iglesias dice ahora que "no toca hablar de sillones"

Con estos mimbres, "da la sensación de que Podemos no quiere acuerdos -aseguran desde el círculo de Hernando-. Hoy tiene más ganas de romper un acuerdo y de evitar Gobierno e ir a nuevas elecciones". "No es ya que nos moleste una parte u otra del documento, es que no es útil. Es que Pedro está cumpliendo la encomienda del Rey, y cada uno debe asumir el papel que le corresponde. Podemos quizá debe empezar a plantearse que esto no es la tele ni un plató de televisión", añaden con cierto malestar las mismas fuentes. "Pablo y los suyos buscan la ruptura -sentencia un miembro de la dirección federal-. No quieren acordar porque quieren ir a nuevas elecciones, por eso plantean el referéndum, que para nosotros no es asumible, porque el resto de medidas son razonables, incluso algunas se quedan más cortas de lo que nosotros proponemos, como en cuestiones de igualdad".

Oficialmente, "buena noticia"

Otra integrante de la ejecutiva comparte parcialmente esa impresión: no tiene seguro que Iglesias quiera ya la "ruptura", pero sí que no muestra "voluntad de negociar". "En todo diálogo siempre hay una parte de teatro, pero hay un momento en el que tienes que empezar de verdad, y yo eso no lo veo por ahora", señala esta dirigente, que ha estado muy cerca de Sánchez en las últimas horas y al que ve con la "misma tranquilidad y determinación" que en las jornadas precedentes.

La dirección confía en que al final Podemos no pueda "sobrevivir a la presión" de votar con el PP y abocar al país a la repetición de las generales

Oficialmente, el mensaje es que es una "buena noticia" que Podemos "quiera volver a la mesa de negociación" y que haya "levantado su veto sobre Ciudadanos". No solo eso, subrayan, es que Iglesias ahora pide reunirse con Albert Rivera para exponerle su proyecto y recabar su 'sí' o su abstención. "Estamos analizando el documento y ya les devolveremos el 'feedback'. Una cosa son las formas y otra el fondo, y lo importante es que el debate está donde queríamos, en el 'para qué', en las políticas", abundan los colaboradores de Sánchez, intentando proyectar una imagen más optimista.

Podemos pide la Vicepresidencia del Gobierno y un referéndum para Cataluña

Tiempo es lo que casi no queda. No demasiado, porque el debate de investidura comienza en dos semanas, aunque antes el acuerdo de gobierno debe pasar por el visto bueno de la militancia y del comité federal del PSOE. La esperanza del equipo de Sánchez es que Iglesias se vea entre la espada y la pared, en la tesitura de apoyar al candidato o bien votar junto al PP -visualizar la pinza- y abocar al país a nuevas elecciones. "Si no quiere que Pedro sea presidente, deberá explicarlo a la ciudadanía. Nosotros vamos a seguir adelante con nuestros planes. Y ellos al final deberán apretar el botón en el pleno del Congreso", manifiestan desde la cúpula del Grupo Socialista.

La marcha atrás de Iglesias no es descartable para los socialistas. "Podemos está cavando su propia tumba. Se está viendo que está más preocupado por el poder. Pero al mismo tiempo va cambiando de postura. Quizá Pablo no quiera, pero hay gente suya que sí quiere pactar con nosotros, igual que sus votantes. No sé si podrán sobrevivir a la presión", analiza un integrante de la ejecutiva.

La importancia de IU y Compromís

Para la dirección, otro elemento útil para empujar a Podemos es el avance de las negociaciones con Izquierda Unida-Unidad Popular y Compromís. De hecho, al poco de que la formación morada hiciera público su documento, el Grupo Socialista lanzó una nota en la que informaba de las 12 medidas de todo tipo -emergencia social, mercado laboral, regeneración democrática- que ya había consensuado con el equipo de Alberto Garzón. Las conversaciones incluso están más maduras de lo que enunciaba en el comunicado, pues, por ejemplo, en una cuestión clave para IU como la reforma electoral, el PSOE ya está trabajando en distintos modelos, como añadir una circunscripción nacional en la que se cuenten los restos de votos que no hayan sido utilizados para el reparto de escaños en las 50 provincias, según adelantaron a este periódico desde la federación de izquierdas. Si IU y Compromís -la coalición con la que Podemos concurrió en Valencia el 20-D- se mantienen del lado del PSOE, Podemos tendrá más difícil justificar, calculan en Ferraz, que Sánchez se ha escorado a la derecha.

Ayer mismo, PSOE, IU y Compromís registraron en el Congreso la petición de una comisión de auditoría de la calidad democrática y de lucha contra la corrupción. La primera iniciativa conjunta.

Que finalmente Podemos ayudara, siquiera con su abstención, a la investidura del líder socialista no prefigura un camino de rosas. Porque lo que persigue la formación morada, temen algunos dirigentes, es superar al PSOE en los siguientes comicios, cuando se haya "achicharrado en el Gobierno" tras una legislatura complicada y corta.

Respaldo interno

Fuera de Madrid, el pesimismo es mayor. En territorios como Andalucía o Castilla-La Mancha se percibe que Podemos quiere "con claridad" la repetición de las generales. El jefe del Ejecutivo manchego, Emiliano García-Page, lo dijo con rotundidad este lunes en La Sexta: Iglesias lanzó "un órdago a la grande" que pretende "romper la situación de Gobierno y provocar unas segundas elecciones". Aun así, pidió al PSOE que "no tire la toalla antes de ir a la investidura".

Mientras, las negociaciones de los socialistas e IU van avanzando, y ya hay 12 medidas acordadas, tanto sociales como laborales y de regeneración

Algunos dirigentes territoriales de primer nivel califican de "impresentable" la actitud de Iglesias, pero no afloran las críticas a la reacción de Antonio Hernando. Las dos últimas semanas, desde que Sánchez recibiera el encargo del Rey y desplegara una intensa ronda de contactos con dirigentes políticos y colectivos, han servido para reforzar el candidato y silenciar los recelos internos. El resultado es una percepción de sosiego en las huestes socialistas y de afianzamiento del líder y del PSOE, positivo en caso de que se repitan las elecciones. A falta de ver qué ocurre con la investidura, claro. No en vano, la presidenta andaluza, Susana Díaz, aseguró que "lo mejor" que le puede pasar a España es que su secretario general presida un Gobierno estable con un proyecto reformista que garantice la unidad de España. Un signo evidente de que no quiere que se la acuse de poner palos en la rueda de la negociación.

Semana y media real para rematar las negociaciones antes de ir a la investidura

En el calendario, la fecha marcada en rojo es la del miércoles 2 de marzo. Ese día, Pedro Sánchez tendrá que defender su programa de gobierno en el pleno del Congreso. Tenga o no tenga acuerdo. Ese es su compromiso. Al día siguiente, previsiblemente, tendrá lugar la primera votación, en la que requerirá de mayoría absoluta para resultar investido presidente. Su segunda oportunidad vendrá 48 horas después, el sábado 5 de marzo. Le bastará mayoría simple. Si el 2 de mayo no hay un nuevo Gobierno, se disolverán las Cortes y se convocarán elecciones. El Rey firmará ese decreto con refrendo del presidente del Congreso, texto que se publicará el 3 de mayo. A los 54 días, el domingo 26 de junio, se celebrarían los nuevos comicios.

Si Sánchez logra cerrar un acuerdo, deberá someterlo al escrutinio de la militancia. Eso hace que deba tenerlo listo antes del 2 de marzo. La semana pasada, la ejecutiva federal aprobó las bases reguladoras de la consulta a los afiliados, y aunque posibilita que se haga de forma muy rápida, necesita un mínimo de logística.

Visto el calendario, lo previsible es que el referéndum se celebre entre el 27 y el 29 de febrero, si se apuran mucho los tiempos. Además, la ejecutiva tiene que desplegar una campaña informativa, aunque sea mínima. Los militantes podrán votar a través de internet en las dos jornadas anteriores a la votación en urna. Al día siguiente, tendrá lugar el comité federal, que tiene estatutariamente la competencia para determinar la política de alianzas. La consulta no es vinculante, pero se da por descontado que los miembros del máximo órgano de dirección respetarán su dictamen. Ese comité, como tarde, habría de celebrarse el 1 de marzo.

No habrá cambios en la hoja de ruta socialista. Ninguno. La comisión negociadora irá acercando posturas con todos los grupos para buscar la investidura de Pedro Sánchez, y continuará presionando a Podemos para que se siente a la mesa, pese a que no ve voluntad de acuerdo en la formación morada, y a que en muchos dirigentes cunde la sensación de que lo que quiere Pablo Iglesias es caminar hacia nuevas elecciones, con la esperanza de poder certificar el 'sorpasso' al PSOE.

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