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Sánchez: "Le he dicho a Rajoy que nos gustaría que acabara la campaña del miedo"
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SEGUNDA Y GÉLIDA ENTREVISTA DE LOS DOS LÍDERES TRAS EL 20-D

Sánchez: "Le he dicho a Rajoy que nos gustaría que acabara la campaña del miedo"

El secretario general dice que su reunión con el presidente del Gobierno en funciones fue "útil", pese a que no han llegado a ningún tipo de acuerdo. Le pide que sea tan "leal" como el PSOE en la oposición

Foto: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, minutos antes del comienzo de la reunión de ambos en el Congreso, este 12 de febrero. (EFE)
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, minutos antes del comienzo de la reunión de ambos en el Congreso, este 12 de febrero. (EFE)

Pedro Sánchez quiere que cese "la campaña del miedo". Que el presidente del Gobierno en funciones y sus ministros no alienten el pavor a todo tipo de desastres si abandonan La Moncloa. Y que Mariano Rajoy y sus dirigentes del PP se comporten con "lealtad" si pasan a la oposición. Dos de las peticiones que trasladó de forma directa, en su cara, el secretario general del PSOE al jefe del Ejecutivo. Pero poco más podía sacar en claro. Porque los puentes están rotos, no hay posibilidad de entendimientos ni de acuerdos. Ni siquiera hubo ocasión de afearle los sucesivos casos de corrupción, que ni le mentó. Sánchez seguirá su camino, intentando amarrar un acuerdo para finales de mes, "cuanto antes", con el objetivo de someterse al debate de investidura "en los primeros días de marzo", para que así España tenga nuevo un nuevo Gobierno en el que quiere que se incorporen "independientes de prestigio". Para eso le harán falta los votos en el pleno. Y no los tiene aún.

A la reunión de este viernes en el Congreso -y no en La Moncloa, como todas las anteriores-, que duró apenas media hora, los dos líderes acudieron conscientes de que no iban a llegar a ningún acuerdo ni a ningún acercamiento. Rajoy sólo está interesado, desde el 20-D, en la gran coalición con PSOE y Ciudadanos, la única que a su juicio garantiza la estabilidad y la única que le garantiza permanecer en el Ejecutivo, y así se lo trasladó directamente. Sánchez, por su parte, no se apea del 'no' a los populares. Primero porque ese es el mandato claro y expreso de su partido y en segundo lugar, por razones obvias, porque él es ahora el candidato a la investidura. Él y sólo él. El tren del presidente "ya pasó", como indicaba gráficamente el portavoz de su equipo negociador, Antonio Hernando, ayer mismo.

Rajoy y Sánchez inician su reunión sin estrecharse la mano y con gesto serio

La cita comenzó pasadas las cinco en la antesala del comedor de la Presidencia del Congreso, un territorio neutral, fuera de las dependencias de los grupos y de la zona de Gobierno. Rajoy y Sánchez prácticamente ni se miraron y ni se estrecharon la mano, porque el presidente rehusó dársela cuando el socialista se la tendió. Los dos líderes incluso comparecieron en espacios diferentes: el jefe del Ejecutivo en funciones en el escritorio de la Cámara Baja -un salón pegado al hemiciclo- y el candidato en la sala de prensa. Este lo hizo después del líder del PP. Hasta ese punto fue negociado por los equipos de ambos.

Sánchez restó importancia a la actitud de Rajoy negándole el saludo. Pura "anécdota", pese a que en la cuenta de Twitter de su partido se criticaba al presidente por no haber sido "educado". El líder socialista dijo que desconocía ese mensaje y se mostró convencido de que el líder del PP no se dio cuenta, y en todo caso se saludaron en privado, ya sin las cámaras. Versión que los populares ratificaron vía portavoz parlamentario, Rafa Hernando.

"Doble cambio"

A pesar de la tensión, que en cualquier caso era indisimulable, Sánchez calificó la reunión de "útil", porque los españoles esperan ver a los jefes de los dos grandes partidos "dialogando, reunidos", hablando de cuestiones que afectan al conjunto de los españoles. Pero no de la investidura, en la que no hay ninguna posibilidad de entendimiento. Por eso mismo, alegó, su partido no le remitió el documento de programa de Gobierno, porque quiere propiciar un "doble cambio", de políticas y de personas. Y por eso insistió en que el PSOE no estará en ningún Ejecutivo a tres -con PP y C's- ni facilitará que los populares continúen en La Moncloa.

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Visto que por ahí la conversación no iba a conducir a ningún lado, Sánchez sí trasladó una reflexión y una exigencia a Rajoy. Le recordó que el PSOE, en la oposición, ha mantenido una actitud "leal y constructiva" en cuestiones de Estado, como en la lucha antiterrorista, la defensa de la unidad de España o en la reforma constitucional, en la medida en que esta debe contar "con el apoyo, el concurso y el respaldo del PP".

Sánchez no le saca la corrupción a Rajoy para no "ahondar" en la situación del partido, pero insiste en que España necesita un PP "fuerte y renovado"

"Le he trasladado que nos gustaría que se acabara la campaña del miedo", dijo Sánchez, en referencia a las palabras del presidente y a las de sus ministros en los últimos días, vaticinando toda suerte de males si el PSOE vuelve a La Moncloa con un acuerdo con Podemos bajo el brazo. "Es importante que no se traslade que la salida del PP del Gobierno va a traer el origen de muchos problemas cuando la realidad es que muchos de esos problemas se resolverán con la salida del PP del Gobierno".

Sánchez y Rajoy sí conversaron sobre el Consejo Europeo de la próxima semana, de la situación presupuestaria del país, de una eventual reforma de la Constitución. Pero el secretario general no le echó a la cara los casos de corrupción, porque, como aclaró en su comparecencia ante los periodistas, es un tema que el PP deberá "resolver" y en el que no quería "ahondar". Ahora bien, como en otras ocasiones insistió que España necesita un PP "fuerte y renovado". La regeneración democrática del país pasa "por la renovación del PP y de su liderazgo", y eso sólo puede producirse si deja La Moncloa y pasa a la oposición. Sánchez fue cuidadoso en sus términos: ni siquiera quiso decir si Rajoy está "inhabilitado" para gobernar, como le preguntaron. El presidente en funciones "estará muy preocupado por la situación de corrupción" que afecta a su partido, esquivó.

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Con los dos emergentes

Tampoco se abordó en la cita en el Congreso el desafío soberanista en Cataluña, aunque el candidato sí expresó al presidente en funciones su deseo de que en estas cuestiones "sería bueno" que los dos grandes partidos se entendiesen, aun dejando claro que los "culpables" son las formaciones independentistas y el "responsable", Rajoy por su "inacción".

El candidato vuelve a tender la mano a Podemos. Confía en tener un acuerdo a finales de mes y en poder sumar a su Gobierno a independientes

Sánchez mantiene sus planes intactos después de una semana y media de negociaciones. Confía en tener "a finales de este mes" un acuerdo de Gobierno "lo suficientemente maduro", y que incluya tanto a Podemos como Ciudadanos, con el fin de que la investidura se produzca "en los primeros días de marzo". No precisó más: no dijo si podrá acudir a la tribuna de oradores en la primera o en la segunda semana del mes próximo, aunque en todo caso antes deberá obtener el refrendo de la militancia y del comité federal. Su pretensión, en consecuencia, es "cumplir" su palabra de que necesitará entre tres semanas y un mes, pero del "cierre del acuerdo" dependerá de si el debate en la Cámara Baja es "un par de días más tarde". Como afirmara hace una semana, sostuvo que hay "mimbres" para un Gobierno "progresista y reformista".

Pedro Sánchez confía en tener a final de mes un acuerdo que incluya a Podemos y C's

A Rajoy no le pidió su abstención -como ya se sabía-, y a las "fuerzas del cambio" -o sea, a los emergentes-, les reiteró que hay más cuestiones que les unen que aquellas que les separan. Con ellas podría obtener una mayoría estable. Porque con la alianza de izquierdas, como la que mantiene en Portugal el líder de los socialistas, António Costa, no basta. No dan los números. Y además con Podemos ni han arrancado las negociaciones. El candidato volvió a apremiar a Pablo Iglesias a retornar al diálogo. Y a la exigencia de Albert Rivera de que figure por escrito que no habrá referéndum independentista, reiteró la postura del PSOE: su apuesta es una reforma constitucional, el derecho a decidir de todos los españoles. Así que "no es cuestión" de que escribir una u otra palabra, es que la posición de los socialistas es "clara", defendió.

El secretario general no se cierra "a ninguna puerta, a ninguna posibilidad" sobre la configuración de su Gobierno. Es decir, que no descarta un Ejecutivo de coalición. "Lo importante es que refleje la pluralidad del Congreso y la voluntad manifestada por los españoles". Sí indicó su voluntad de incorporar a "independientes de prestigio" como reflejo de la "naturaleza transversal" que quiere imprimir a su Gabinete. Pero esa será la última incógnita que se desvele.

¿Y contempla ir a nuevos comicios, como vaticinó esta semana Felipe González en una entrevista en Canal Sur? "Yo trabajo para que no se repitan las elecciones". El secretario general no aclaró si habló con el expresidente tras sus declaraciones en la televisión autonómica andaluza. "Yo hablo con Felipe", respondió lacónico, sin querer decir más.

Pedro Sánchez quiere que cese "la campaña del miedo". Que el presidente del Gobierno en funciones y sus ministros no alienten el pavor a todo tipo de desastres si abandonan La Moncloa. Y que Mariano Rajoy y sus dirigentes del PP se comporten con "lealtad" si pasan a la oposición. Dos de las peticiones que trasladó de forma directa, en su cara, el secretario general del PSOE al jefe del Ejecutivo. Pero poco más podía sacar en claro. Porque los puentes están rotos, no hay posibilidad de entendimientos ni de acuerdos. Ni siquiera hubo ocasión de afearle los sucesivos casos de corrupción, que ni le mentó. Sánchez seguirá su camino, intentando amarrar un acuerdo para finales de mes, "cuanto antes", con el objetivo de someterse al debate de investidura "en los primeros días de marzo", para que así España tenga nuevo un nuevo Gobierno en el que quiere que se incorporen "independientes de prestigio". Para eso le harán falta los votos en el pleno. Y no los tiene aún.

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