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Podemos se impacienta con Sánchez y ve más lejos el pacto "cada día que pasa"
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EVITAN PONER UN PLAZO LÍMITE

Podemos se impacienta con Sánchez y ve más lejos el pacto "cada día que pasa"

La falta de comunicación está agotando la paciencia de la dirección de Podemos que, además, lamenta que se hayan producido gestos en la dirección contraria a la de impulsar un acuerdo

Foto: Pablo Iglesias acompañado por una parte del equipo que negociaría con el PSOE: Julio Rodríguez, Xavier Domènech, Irene Montero, Victoria Rosell e Íñigo Errejón. (EFE)
Pablo Iglesias acompañado por una parte del equipo que negociaría con el PSOE: Julio Rodríguez, Xavier Domènech, Irene Montero, Victoria Rosell e Íñigo Errejón. (EFE)

La comunicación entre el PSOE y Podemos está estancada. Desde que el pasado viernes Pablo Iglesias puso sobre la mesa la propuesta de conformar un gobierno de izquierdas, presidido por Pedro Sánchez e incluyendo a Izquierda Unida, solo se ha producido una conversación telefónica, en la noche del domingo, de apenas 20 minutos y con un intercambio de formalidades que soslayó el debate de fondo. Sánchez tampoco ha descolgado el teléfono para ponerse en contacto con las candidaturas territoriales, actores políticos soberanos y con sus propias condiciones a la hora de negociar la investidura.

La falta de comunicación está agotando la paciencia de la dirección de Podemos que, además, lamenta que se hayan producido gestos en la dirección contraria a la de impulsar un acuerdo. “Cada día que pasa vemos más decisiones orientadas a una alianza con Ciudadanos, que ellos mismos denominaban de derechas, y el PP”, explican fuentes cercanas a la Secretaría Política que dirige Íñigo Errejón.

El tiempo sigue pasando, aún con el reloj de los plazos parado tras la jugada de Mariano Rajoy, y desde Podemos recalcan cada vez con menos expectativas que “seguimos esperando”. La decisión adoptada por la Mesa del Congreso para relegar al grupo parlamentario de Podemos al gallinero ha sido un golpe bajo. Los representantes del partido en la Mesa han acusado directamente a la dirección socialista: “Es una propuesta del PSOE acordada con PP y C's. Estaba ya todo cocinado y nos lo hemos encontrado como planteamiento cerrado en la Mesa y listo para votar, sin ningún margen". La respuesta no se ha hecho esperar en forma de contraataque dirigido al PSOE.

Desde la dirección de la formación emergente evitan hablar de plazos e insisten en que “les toca mover ficha a ellos”, en referencia al PSOE, puesto que Izquierda Unida, la otra fuerza directamente aludida en la propuesta, ya ha mostrado su predisposición para “trabajar por un gobierno del cambio”. También niegan que vayan a meter prisa, “si necesitan más tiempo nos parece bien”, y aseguran que respetarán los procesos internos de los socialistas, que este sábado celebran un transcendental comité federal. Sin embargo, Pablo Iglesias animaba a Sánchez, durante una entrevista en 'Onda Cero', a que respondiese “pronto”. En su opinión, añadía, “hay que dejar de marear la perdiz y empezar a trabajar por tener un gobierno de cambio”.

“Cada día que pasa vemos más decisiones orientadas a una alianza con Ciudadanos, que ellos mismos denominaban de derechas, y el PP”

Las presiones internas a Sánchez, la última comandada por el expresidente Felipe González, para que se abstenga y deje paso a un Ejecutivo de PP y Ciudadanos, refuerzan unas contradicciones, “las dos almas del PSOE”, que Podemos siempre se afanó en visibilizar. “El PSOE se encuentra en una encrucijada”, apuntan desde la Secretaría Política de la formación. Unas tensiones “entre dos partidos socialistas”, uno que conectaría más con la mayoría de sus votantes, que quieren un cambio en el país, y otro, dicen, netamente inmovilista. Contradicciones que Podemos ya se afanó en subrayar en los parlamentos autonómicos, y que utilizan para blanquear su hoja de ruta. Si se repiten elecciones o si no hay un gobierno de cambio, la responsabilidad sería ajena, echando así la red sobre el electorado socialista.

El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, verbaliza ya esta situación en un reduccionista lema de campaña: “O Gobierno de cambio o gran coalición”. Los planteamientos del sector “inmovilista” del PSOE, como los expresados por el expresidente González no hacen más que darle munición para seguir cultivando su estrategia: “No es lo que quieren sus votantes”. La controvertida decisión de la Mesa de ubicar en el gallinero a los 65 diputados de Podemos, incluidos el presidente del grupo, Pablo Iglesias, el portavoz Íñigo Errejón y la secretaria Carolina Bescansa son igualmente munición para reforzar sus argumentos: “Las últimas decisiones del PSOE parecen señalar su preferencia por el acuerdo con PP y Ciudadanos”, se aventura en afirmar el número dos del partido.

El camino que marca Felipe González

Las decisiones que adopte el comité federal del PSOE este sábado serán cruciales para intuir las posibilidades de una coalición de izquierdas. Solo tres días después el Rey recibirá en audiencia a Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, con la intención de ahondar en las conversaciones con los dos principales candidatos a la Presidencia del Gobierno. El turno de Pablo Iglesias será un día antes, el lunes por la tarde, cuando el secretario general volverá a insistir al Monarca sobre su propuesta de un gobierno de coalición presidido por Sánchez, según adelantan fuentes de la formación.

Desde Podemos no entran a valorar los equilibrios internos en el PSOE, pero sí describen lo que para ellos son las consecuencias de las dos opciones que representan. Una de ellas, explican, conduce al reforzamiento de la austeridad y el inmovilismo a través de una abstención que deje seguir gobernando a Rajoy o Soraya. La otra opción, acorde con su propuesta, “es la apuesta por un gobierno de cambio que asuma la plurinacionalidad de este Parlamento en términos proporcionales, garantizando así una legislatura de crecimiento económico, reducción de las desigualdades y fin de la impunidad para los corruptos”.

El paso adelante de González no ha cogido por sorpresa a la dirección de Podemos. “Es lo que siempre ha defendido”, explican al mismo tiempo que recuerdan que “en democracia quién decide es la gente”. En este sentido, desde las filas de la formación morada incluso se lanzan a defender que “la opinión de referentes progresistas como Íñaki Gabilondo es decisiva para alejar a los socialistas del camino que marca Felipe González y suscriben demasiados barones del partido”. El balón está en el tejado de Sánchez y Podemos disfruta de su posición en el mirador, tras tomar la iniciativa, mientras se enfrentan “las dos almas” del PSOE. Siguen a la espera.

La comunicación entre el PSOE y Podemos está estancada. Desde que el pasado viernes Pablo Iglesias puso sobre la mesa la propuesta de conformar un gobierno de izquierdas, presidido por Pedro Sánchez e incluyendo a Izquierda Unida, solo se ha producido una conversación telefónica, en la noche del domingo, de apenas 20 minutos y con un intercambio de formalidades que soslayó el debate de fondo. Sánchez tampoco ha descolgado el teléfono para ponerse en contacto con las candidaturas territoriales, actores políticos soberanos y con sus propias condiciones a la hora de negociar la investidura.

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